En mi molesta opinión

El Gobierno deja caer a Rubiales y el PP habla -un poco- con Puigdemont

El sueldo de Luis Rubiales: 7,5 veces más que el del presidente del Gobierno
El Gobierno deja caer a Rubiales y el PP habla -un poco- con Puigdemont
EP

La madre de Luis Rubiales ha salido en defensa estoica y religiosa de su hijo y se ha encerrado con huelga de hambre incluida en una iglesia de Motril hasta que cese la “cacería inhumana y sangrienta” contra su vástago. Las madres siempre acuden en defensa de sus retoños a lavar lo que sea y sin preguntar demasiado, desde un sucio calzoncillo hasta una imagen denostada que medio mundo ha visto por televisión, pero que otros y otras juran que han visto lo contrario.

El problema de Rubiales no es Ángeles Béjar, su madre; ni su resistencia numantina a dimitir, ni tan siquiera el pico “consentido” (o no) con Jenni Hermoso. El problema es que el Gobierno ha dejado caer a su protegido. Hasta la fecha Rubiales era un buen amigo de la casa socialista, que intercambiaba mensajes de móvil con el presidente Sánchez. Cierto es que de casta le viene, ya que su padre fue alcalde de Motril por el PSOE y durante años desempeñó altos cargos autonómicos hasta que se vio involucrado en los turbios asuntos de los ERE de Andalucía.

El hijo salió listo como el padre pero con más aspiraciones nacionales. Mientras él mejoraba social y económicamente el Gobierno le permitía sus excesos en la Federación de Fútbol y, sobre todo, con la corrupción, que para el socialismo parece ser un vicio de menor importancia. Pero todo cambió el día que Rubiales se vino arriba por un pico “consentido” y reconocido -a ratos- por la afectada. En el ámbito social el presidente de la Federación lo tiene todo perdido porque la dictadura de lo políticamente correcto ha dictado sentencia; en el ámbito legal saldrá exonerado. Sin embargo, tendrá que interponer alguna que otra querella contra Irene Montero y Yolanda Díaz, dos ministras en funciones del Ejecutivo, casi nada, por acusarle de agresor sexual y acosarle públicamente en los medios de comunicación.

Rubiales puede ser un impresentable y merecer su cese por sus excesos, pero no es, salvo para feministas alocadas, un agresor sexual. El problema es que vivimos tiempos muy “lerdos” y la Justicia no es la que absuelve o condena, como debiera ser en un Estado de derecho, sino que son las emociones primitivas -e incluso crueles- las que deciden lo que es verdad o mentira en este mundo adulterado y poco apetecible. El falso feminismo lo sabe, y como hace Irene Montero, se aprovecha de ello para destruir una vez más a una persona sin pruebas. Ella, que es la única que debe dimitir, entre otras cosas, por su nefasta ley del “Sólo sí es sí” que puso en la calle a cientos de violadores, se dedica ahora a blanquear su mala imagen acusando a los demás de actitudes que no han cometido.

Pasemos a la otra cuestión del día. ¿Se equivoca o acierta Núñez Feijóo en su intención de hablar con Junts, el partido que lidera Carles Puigdemont? A priori parece que se equivoca porque los de Junts son un partido echado al monte y que cuestiona todo lo que propone y viene de España; pero dentro del engranaje político Junts es una pieza política importante, y la cuestión consiste en gobernar, aunque sin saltarse los argumentos fundamentales que marcan la Constitución y las leyes, sobre todo porque de este modo también mantienes la unidad a pesar de las discrepancias.

Si Núñez Feijóo no dialoga, sin necesidad de poner en riesgo el Estado, un Pedro Sánchez con menos escrúpulos lo hará con el claro objetivo de desarmar a la derecha durante décadas e impedir que pueda pactar con nadie. Más que aproximaciones son acercamientos que el PP está obligado a probar, primeros contactos para explorar la relación con unos independentistas que no gustan a nadie, pero que forman parte del juego democrático. España es un país peculiar y difícil territorialmente, no más que otros como Italia, y necesita organizar y regenerar su estructura política para mantener su deseada fortaleza y unidad. El negarse a hablar con los que no piensan como tú solo conduce, cuando menos, a la hostilidad y al enfriamiento sin diálogo, y con esta actitud son imposibles los pequeños progresos. Si no hablas te quedas mudo en tu rincón; si te comunicas, al menos, avanzas.

El PP está obligado a hablar con todos los partidos representados en el Parlamento, a excepción de Bildu que todavía no ha pedido perdón por los más de 800 muertos de la banda terrorista ETA. Además de hablar con los otros partidos deberá conseguir que de un modo u otro se limen asperezas y se entre en razón, ahora o en unas futuras elecciones para poder unir fuerzas y conseguir objetivos mayores y comunes. El termino Parlamento, que viene del francés “parler” -hablar-, designa a un órgano y a un espacio político en el cual los diputados acuden para deliberar, dialogar y votar; y tiene su interés siempre y cuando se intercambien opiniones e ideas para mejorar el desarrollo social y económico del país.

Hablar con Puigdemont sin ceder no es blanquear, es actuar con responsabilidad democrática. Incluso hablar con un PNV perdido en sus cábalas erróneas y en sus miedos y complejos, también es necesario. El pavor de los jeltzales a lo que puede pensar la sociedad vasca si pactan con la derecha -su misma ideología- es irracional y provocará para sus intereses mayores problemas. Los intrépidos son los que arriesgan y ganan. Lo que la sociedad vasca no entiende es que pudiendo viajar en primera, por ejemplo en AVE, se queden en tierra comiendo las migajas.

Tal y como avanzan las negociaciones en estos primeros días, no está claro que Sánchez pueda pactar su investidura con Junts. Si lo logra y forman Gobierno con el apoyo de los soberanistas, todo depende de si concede la amnistía sin despertar muchos recelos en la sociedad, Feijóo podrá argumentar que él no pagó el precio que está dispuesto a satisfacer el líder del PSOE. En definitiva, son más las ventajas que los inconvenientes porque el PP está obligado en esta partida de ajedrez a moverse en todas las direcciones. Si sigue sin hacer nada, el jaque mate será definitivo.

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