La Píldora Económica

El 'superbono 110' italiano, la eficiencia energética y el crecimiento

Meloni escucha las explicaciones de Sánchez en la cumbre Italia-España de abril.
El super bono italiano 110, la eficiencia energética y el crecimiento.
Governo Italiano vía La Información

Los últimos datos de contabilidad nacional nos indican que la economía de la zona euro no creció en el cuarto trimestre de 2023 y, lo que es más llamativo, que sin el aporte del crecimiento del consumo público o de la inversión en construcción la zona estaría en situación de recesión.

También es de destacar que, por países, sólo el crecimiento de Italia y de España explica que la zona euro no haya experimentado crecimiento negativo dada la contribución positiva de ambos países en los dos últimos trimestres de 2023. Pero, si todos los países de la zona euro del norte y del centro no crecen o están en recesión, ¿qué explica este mayor dinamismo de estos dos grandes países del sur que contribuyen a que la zona euro como un todo no esté en recesión?

Pues que en ambos países se dispara la contribución al crecimiento de dos distintos componentes de la demanda agregada: el consumo público en España y la inversión en construcción en Italia. Déjenme que les sitúe primero en las cifras y que analicemos posteriormente las diferencias de comportamiento entre estas dos economías en el periodo 2017- 2023, para continuar con los cambios de comportamiento económico -si los hubiera- como consecuencia de la pandemia; y por último y no menos importante, hablar de la difícil sostenibilidad de estas dos fuentes de crecimiento que deberían tener poco recorrido con la aplicación de nuevo de las reglas fiscales en la Unión Europea a partir de este año. Dicho de otro modo, las fuentes de crecimiento de los dos países que están contribuyendo a sostener la economía de la zona euro están en peligro en 2024 y 2025 por la consolidación fiscal.

Con el fin de entender y comparar ambas economías, he llevado a todas las variables económicas al nivel igual 100 en 2017, y he visto el comportamiento de algunas de ellas hasta 2023. De esta forma se visualiza mejor el comportamiento diferencial entre España e Italia de algunas variables como consumo público, valor agregado de la construcción y PIB.

Empecemos por el consumo público, donde se observa un comportamiento diferencial en ambos países. En el periodo 2017-2023, el consumo público en términos reales en España crece un 16%, hasta el nivel 116%, mientras que en Italia solo crece un 1,4%, situándose en el tercer trimestre de 2023 en el nivel 101,4. Este diferente comportamiento es muy claro en 2023, ya que, en España, solo en 2023, creció prácticamente un 4% y nada en Italia. Por lo tanto, el dinamismo de la variable consumo público de la zona euro, que creció en el último trimestre, viene en gran parte explicado por el gasto público en España.

Pero lo más sorprendente, al menos para este que escribe, es el comportamiento diferencial de la construcción. Si examinamos el valor añadido bruto de la construcción y lo igualamos a 100 en 2017, se observa que el valor en 2023 en Italia es del 130, un crecimiento acumulado del 30%, mientras que en España es del 95,5, es decir, un 5% por debajo de su valor en 2017. Además, claramente este comportamiento diferencial se concentra en 2021 y 2022, cuando las tasas de crecimiento de la construcción en Italia fueron del 20 y del 11% respectivamente, frente al -1% y el 3% en España en iguales periodos.

Recordemos que durante 2022 se produjo la invasión de Ucrania, que los tipos de interés no dejaron de subir y que la inflación se comía el poder adquisitivo de las familias. Entonces, ¿cómo se explica este dinamismo italiano que ha llevado a que en el periodo 2021- 2023 el PIB de Italia crezca como el de España después de tres décadas de menor crecimiento? Pues por una razón: una política de gasto keynesiana en la que Keynes no había pensado y es subvencionar la mejora de la eficiencia energética de los edificios hasta con el 110% de lo gastado. Esta política introducida en mayo de 2022 por el gobierno de las cinco estrellas es conocida como el 'Superbono 110', que es una bonificación de entre el 70 y el 110% de dichas obras. Hasta septiembre de 2023 se podía obtener también como una transferencia de crédito o como un descuento en factura, y no solo como un crédito fiscal. Como es lógico, la avalancha de solicitudes y de gasto publico realizado contra presentación de facturas (¡válgame Dios si Koldo hubiese sido italiano!) ha llevado a suprimir estos procedimientos tan abiertos al fraude y al cobro instantáneo de subvenciones.

Este mecanismo del 'Ecobono' ha permitido tanto un crecimiento económico histórico, como aprovechar al máximo al menos 40.000 millones de los 100.000 millones de subvenciones de los fondos europeos Next Generation. El problema es el agujero fiscal que ha creado en las cuentas públicas italianas pues, según las últimas estimaciones, las “bonificaciones” ya han supuesto 140.000 millones de menores ingresos públicos. Es verdad que, como dicen los técnicos, el mayor gasto en construcción repercute en un aumento del 0,35% en los ingresos públicos como consecuencia de más facturación de IVA y de IRPF sobre el nuevo empleo creado. Con esta argumentación se puede justificar que el “agujero sería de solo unos 100.000 millones de euros”, vamos el 5% de PIB de Italia; eso sí, una parte de esta cifra cargada ya a los fondos europeos.

La medida puesta en marcha por el gobierno cinco estrellas siguen en la práctica, aunque ahora se modifica y el bono se limitará al 70%, excepto a las rentas bajas, que podrán llegar a la subvención del 110%. Parece ser que una parte importante del Ecobono 110 en 2021 y 2022 se destinó a segundas residencias, muchas propiedades de extranjeros en la Toscana y también a bastantes castillos.

Desde luego hay que descubrirse ante la capacidad negociadora de los italianos en Europa, pues en septiembre de 2023 el Consejo de la Unión Europea aprobó las modificaciones al Plan de Recuperación y Resiliencia de Italia, señalando que se aumentaría la partida para eficiencia energética, incluido el 110% del gasto en paneles solares, dado que las obras de protección sísmica eran muy pocas, vamos que el 'Seismobono' no debió tener mucho éxito, entre otras cosas porque la zona de riesgo sísmico es de renta baja, así que más dinero para eficiencia energética. Si me permiten, esto sí que es negociar una “adenda” al Plan Nacional de Resiliencia, lo demás son aproximaciones de aficionados/ aficionadas.

Se supone que con la entrada en vigor de las nuevas reglas fiscales y el hecho de que Italia confirme un déficit por encima del 7% del PIB y España del 4% estas dos fuentes de crecimiento desaparecerán o se moderarán en gran medida. El problema es que existe una corriente de opinión entre economistas que habla de que necesitaremos mucho más déficit para luchar contra el cambio climático y renacionalizar las cadenas de valor mundiales.

Así, aunque sé que Mario Draghi está en contra del Superbono, no puedo dejar de citar unas palabras de su último discurso en el mes de febrero: “El segundo cambio clave en el panorama macroeconómico es que la política fiscal tendrá que desempeñar un papel más importante, lo que se traducirá –espero– en déficits públicos persistentemente más altos. El papel de la política fiscal se divide clásicamente en asignación, distribución y estabilización, y es probable que aumenten las demandas sobre el gasto público en los tres frentes”. Vamos, que 'Super Mario' no quiere el superbono pero prevé superdéficits.

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