Medio millar de detenciones

La represión policial sobre las protestas en Birmania se saldan con 18 muertos

Los ciudadanos sigue saliendo en masa a las calles en manifestaciones contra el golpe de estado de los militares, que replican que las fuerzas de seguridad están ejerciendo "la mínima respuesta".

Imagen de una nueva protesta multitudinaria este domingo 28 de febrero en Mandalay, Myanmar.
Imagen de una nueva protesta multitudinaria este domingo 28 de febrero en Mandalay, Myanmar.
EFE

Birmania sigue muy lejos de volver a cierta normalidad. Al menos 18 personas han muerto y una treintena han resultado heridas de bala este domingo en Birmania durante la represión policial contra las manifestaciones en rechazo al golpe de Estado militar. La Policía disparó varias rondas con munición real para dispersar una protesta en la sureña ciudad de Dawei alcanzando a una docena de personas, una de las cuales perdió la vida, reporta el medio local Dawei Watch. Además, las detenciones en un solo día rozan el medio millar en el que ha sido, finalmente el día más sangriento de estas revueltas.

"En varios lugares en todo el país, fuerzas policiales y militares se han enfrentado a manifestaciones pacíficas utilizando la fuerza letal", denunció en un comunicado la Oficina de la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet. Según las informaciones recogidas por este organismo, las muertes han ocurrido como resultado de los disparos contra manifestantes en Rangún, la mayor ciudad del país, Dawei, Mandalay, Bago, Pokokku y Myeik.

Por ejemplo, un joven perdió la vida en las manifestaciones en Rangún, antigua capital del país, tras recibir un disparo efectuado supuestamente por los agentes, apunta el diario Mizzima y recoge Efe, que además informa de al menos cuatro heridos por disparos contra una casa. Miles de birmanos salieron este domingo a las calles de la antigua capital y otras ciudades a lo largo de país a pesar de la represión policial de la víspera, que arrojó un balance de al menos una mujer herida de bala en Monywa y cientos de detenidos a lo largo de la nación.

La Policía usó también hoy balas de goma, gas lacrimógeno y granadas aturdidoras contra los manifestantes, quienes levantaron en Rangún barricadas improvisadas para frenar las acometidas. A pesar de las cargas y violencia policial, los manifestantes vuelven una y otra vez a las calles al rebajarse la tensión y en desafió a las fuerzas de seguridad, apoyados en las calles de la capital por unidades militares.

Desde hace semanas, centenares de miles de personas se manifiestan en contra de la junta militar, encabezada por el general Min Aung Hlaing, que tomó el poder el 1 de febrero, y para exigir la liberación de los políticos electos detenidos, entre ellos la depuesta líder, Aung San Suu Kyi. El canal público MRTV, ahora bajo control militar, informó anoche de la detención el sábado de 479 personas acusadas de "protestas contra el Estado" durante una de las jornadas más violentas desde la sublevación militar.

La junta militar asegura, por su parte, que la Policía utiliza la fuerza mínima contra las manifestaciones, mientras el diario oficialista "The Global New Light of Myanmar" publicó este domingo un artículo donde la Policía amenaza con "tomar acciones legales" contra los líderes de las manifestaciones. El Ejército justifica la toma de poder por un supuesto fraude electoral en los comicios de noviembre, donde observadores internacionales no detectaron ningún amaño, en los que arrasó la Liga Nacional para la Democracia, el partido liderado por Suu Kyi, como ya hiciera en 2015.

A pesar de la celebración de elecciones y el proceso iniciado en 2011 en Birmania hacia una "democracia disciplinada", como la denominan el Ejército -que gobernó el país con puño de hierro de 1962 a 2011-, el mando castrense mantenía todavía un amplio control sobre los aspectos políticos y económicos del país.

Mostrar comentarios