La invasión rusa, en punto muerto

Cien días de guerra en Ucrania: "Será larga y solo se acabará negociando"

Stoltenberg, secretario general de la OTAN, señala que depende de ellos decidir si ceden territorios si llega el momento de negociar, y que la obligación de la Alianza es ayudar a ese país a defender su soberanía.

Ucrania
Cien días de guerra en Ucrania: "Será larga y sólo se acabará negociando"
CONTACTO vía Europa Press

La primera guerra en suelo europeo del siglo XXI cumple cien días. Lo hace encallada, con un frente de batalla situado a ambos lados del río Donets por el control de las regiones del este. El fracaso de Rusia de generar una invasión 'relámpago' mediante la conquista de la capital ucraniana, Kiev, ha decaído en una guerra que se libra por los territorios prorrusos del Donbás, el primer y principal objetivo de Putin desde que en 2014 comenzara el conflicto en las regiones del este de Ucrania. Tampoco han conseguido afianzar el corredor del sur que conectase ambas regiones con la península de Crimea y la región independentista moldava de Transnitria, pese a los cruentos combates desarrollados en ciudades como Mariupol o Jerson.

Llegados a este punto, el escenario de combate que ha dejado miles de muertos y millones de desplazados sólo aspira a recrudecerse. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, apuntó este jueves a que será una "larga guerra de desgaste" que sólo puede acabar mediante la negociación entre ambas partes, y que implicaría que Ucrania tuviera que valorar la cesión de estos territorios, aunque no quiso especular al respecto. "Depende de ellos tomar esas duras decisiones, nuestra obligación es apoyarlos. No depende de nosotros decidir lo que Ucrania debe aceptar o no. Nosotros debemos ayudarles", apuntó.

Stoltenberg, que ha reafirmado que la obligación de la OTAN es "defender la soberanía de Ucrania", ha hecho estas declaraciones en el marco de su visita al presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, reunidos para tratar la cumbre de Madrid. El máximo responsable reconoció que Ucrania está pagando un "alto precio" por defender su país pero Rusia también está acusando "elevadas pérdidas". En el día de ayer, el Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Ucrania declaró que el ejército ruso habría sufrido "pérdidas significativas" en la ciudad de Popasna (Lugansk), que alcanzan al menos al 50% de los efectivos rusos que combaten en esa urbe. 

La invasión rusa ha causado importantes movimientos en la defensa de los países europeos. Suecia y Finlandia, países históricamente neutrales, han formalizado una solicitud conjunta de adhesión a la OTAN al ver amenazada su seguridad. Hasta el momento, su entrada en la organización cuenta con la oposición de Turquía. Stoltenberg afirmó que tendrán que abordar sus preocupaciones y encontrar una solución "desde la unidad", dado el papel de Turquía, a quienes consideran "un aliado importante". En los próximos días se reunirán todas las partes implicadas para resolver el veto. Biden, por su parte, trasladó "un fuerte apoyo" para facilitar "la rápida adhesión" de los países nórdicos.

Tras confirmarse la invasión, los países integrados en la OTAN, liderados por Estados Unidos y la Unión Europea, han protagonizado una coordinación sin precedentes y especialmente eficiente para enviar ayuda militar y humanitaria a Ucrania, así como sancionar el sistema financiero ruso, evitando siempre un conflicto militar directo con Moscú. El Congreso estadounidense, por ejemplo, ha aprobado más de 53.000 millones de dólares en ayuda para Ucrania, principalmente en envío de armamento para que los ucranianos "se defiendan", así como el despliegue de miles de militares en Polonia o Rumanía. Esta semana ha anunciado la donación del sistema HIMARS de misiles de alto alcance. 

Por su parte, la Unión Europea aprueba hoy el sexto paquete de sanciones desde que se iniciara la guerra el 24 de febrero, que en esta ocasión incluyen un veto a la importación del 90% del petróleo ruso. Para sacarlo adelante ha hecho falta un mes de negociaciones al más alto nivel y dos concesiones a Hungría: seguir abasteciéndose de crudo ruso por oleoducto hasta una fecha indeterminada y sacar de la lista de sancionados al patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa Kiril. De esta excepción también se beneficiarán Eslovaquia y República Checa, que podrán seguir comprando petróleo a Rusia a través del oleoducto Druzhba por un tiempo aún indeterminado.

Estos paquetes de sanciones afectan a sectores estratégicos de la economía rusa como las finanzas, el transporte o la energía, y los cinco primeros fueron aprobados con relativa comodidad hasta que entró en juego la variable energética, que ha mostrado las costuras de Europa en cuanto a su dependencia energética del exterior. De hecho, ha puesto en entredicho la unidad mostrada desde el primer momento por los veintisiete miembros, después de que los líderes de Austria y Bélgica, Karl Nehammer y Alexander De Croo, descartasen ir más allá en el veto energético. El francés Emmanuel Macron no quiso descartar futuros embargos al gas ruso. Según datos del Centro de Investigación en Energía y Aire Limpio (CREA), el bloque ha pagado a Moscú cerca de 60.000 millones de euros por compras de combustibles fósiles, de los que 31.000 millones son en petróleo y casi 27.000 millones en gas. 

En materia social, la UE ha acogido a seis millones de ucranianos como refugiados temporales y aportado 2.000 millones de euros para la compra o cesión de armamento a las fuerzas armadas ucranianas. También ha abierto las puertas a Dinamarca para integrarse en la Política de defensa comunitaria. En el aspecto económico, ha conectado a Ucrania a la red eléctrica europea, suspendido los aranceles y cuotas sobre productos ucranianos y ofrecido una ayuda macrofinanciera extraordinaria de 9.000 millones de euros para el país para este año, aunque Ucrania necesita 5.000 millones mensuales para cubrir sus gastos básicos de funcionamiento. 

"Haremos todo lo que esté en nuestras manos para que los ucranianos puedan volver a ser los dueños de su propio futuro", afirmó este jueves en Bratislava la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la primera en decir al poco de comenzar la guerra que los ucranianos forman parte de la "familia europea". Su candidatura a la adhesión a la Unión Europea se espera que sea debatida en la cumbre de líderes europeos del 23 y 24 de este mes.

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