Escalada agresiva de los tipos de interés, inflación disparada, crisis de los bancos regionales en Estados Unidos, conflicto en Oriente Próximo. Los mercados enfrentaron un 2023 repleto de acontecimientos históricos que, como era previsible, generaron cierta volatilidad. Sin embargo, los mercados aguantaron mejor que lo esperado, con la deuda como protagonista.
El volumen de bonos emitidos en España en 2023 fue un 30% más respecto al volumen colocado en 2022, hasta los 90.000 millones de euros, según datos de Société Générale. El incremento ha sido impulsado por los emisores financieros, que el año pasado crecieron casi un 50%. Los analistas no tienen duda: el sector ha sido la gran estrella del año.
A pesar de la crisis de Credit Suisse, que ha hecho titubear una vez más a los inversores internacionales, las entidades financieras, ya favorecidas por un entorno de tipos altos, han aprovechado para adelantar sus planes de financiación. Lo hicieron especialmente en los primeros meses del año, con emisiones de 30.000 millones de euros y 10.000 millones en la segunda parte de 2024. La mayoría de los lanzamientos fueron de deuda senior. Carlos Cortezo, responsable de mercado de capitales para instituciones financieras de Société Generale, tilda de “importante” el incremento del 48% en volumen de emisiones del sector respecto al año anterior.
El acelerón de las entidades se ha debido principalmente a la necesidad de cumplir con los objetivos regulatorios, con el plazo límite de enero de 2024 para alinearse a los requisitos del MREL, es decir, para disponer de un colchón de solvencia que absorba las pérdidas de la entidad financiera en caso de necesidad.
Por ello, Cortezo advierte que para este año se esperan volúmenes menores que los de 2023, aunque reconoce que en las primeras semanas del año ya se está viendo como las entidades financieras con planes de financiación abultados han estado adelantando el máximo número de operaciones para sortear posibles eventos de volatilidad en los mercados. El experto puso como ejemplo a Banco Santander: "Hizo una operación de doble tramo de 3.700 millones de euros, emitiendo 1.220 millones en Tier 2 y en diferente divisas", ha explicado.
Ante el aumento de volúmenes de emisiones, los instrumentos fueron variados. Al principio los bancos optaron por las cedulas hipotecarias, un tipo de bono que se emite agrupando carteras de hipotecas y que los bancos normalmente utilizan como colateral a la hora de obtener liquidez en el banco central, además de que les ayuda a diversificar el riesgo al crédito.
Pero en la segunda parte de 2023, ante un elevado nivel de liquidez y con las expectativas de que los tipos habían tocado techo y que los bancos centrales se iban acercando a los recortes, las entidades optaron por instrumentos de más margen –y también de más riesgo- como los CoCos (bonos contigentes convertibles) cuyas emisiones aumentaron respecto a 2022 pese a la crisis desatada por el rescate de Credit Suisse, que valoró a cero esos instrumentos de capital regulatorio del banco suizo para cubrir pérdidas.
"La banca española y en general la banca europea tiene unos niveles de capital, de solvencia excepcionales, tiene unos balances sólidos a pesar de que vimos que va a haber un incremento de mora", concluye Cortezo. Ante este escenario, los analistas prevén que en 2024 los volúmenes sean menores respecto a 2023, mientras que los niveles se mantengan sin grandes cambios en la mayoría de los instrumentos, algo que permite a las entidades financiera mantener cierta tranquilidad a la hora de plantear sus planes de financiación.
