La joya pop de Universal Music

La fortuna de Taylor Swift entra al olimpo de los 'ultra millonarios' con el 'Eras Tour'

La estrella del pop de 33 años se convierte en una de las pocas artistas discográficas que ha construido una fortuna de 10 cifras casi en su totalidad gracias a su música y a una edad temprana.

Taylor Swift estrenará el nuevo Bernabeu en Madrid en mayo de 2024.
Taylor Swift estrenará el nuevo Bernabeu en Madrid en mayo de 2024.
Shanna Madison / Contacto vía Europa Press

La historia definitiva sobre la riqueza de la estrella del pop del momento muestra que es una de las pocas artistas que ha construido una fortuna de diez dígitos (más de 1.000 millones de dólares) casi en su totalidad a partir de su música. Taylor Swift, de 33 años, está arrastrando masas, generando cifras sin precedentes, tanto dinero en el último año con su gira 'Eras Tour' como las economías de países pequeños, según un análisis de Bloomberg en el que se repasa la historia de la cantante desde el punto de vista empresarial y se tasa su catálogo musical en más de 1.000 millones de dólares, además de otras cifras que le convierten en una máquina de hacer dinero.

La versión cinematográfica de la gira de conciertos de Swift está dominando la taquilla en los cines haciendo frente a las producciones de Hollywood, dando pie a un fenómeno sin precedentes en el mundo de la música. Solo en su primera semana ha recaudado cerca de 200 millones de dólares en todo el mundo y aspira a convertirse en uno de los taquillazos de la pantalla grande 2023. Su discográfica Universal Music, controlada por Vincent Bolloré (Vivendi), se mantiene cerca de sus máximos desde que salió a bolsa con una valoración cercana a los 45.000 millones.

Swift, como los observadores de la cultura pop menos habituales pueden atestiguar, está en todas partes. Y en uno de los años más grandes de su carrera de casi dos décadas, ha alcanzado un estatus aún más exclusivo: se ha convertido en 'billonaire', es decir, poseer un patrimonio demostrable de más de 1.000 millones de dólares y por tanto poder acceder al exclusivo club de la lista Forbes.

El éxito de la gira Eras Tour, un evento del tamaño del Super Bowl que abarca numerosas ciudades y que ha batido récords, desencadenado el furor por conseguir una entrada, ha elevado la fortuna neta de la estrella del pop por encima de los 1.000 millones de dólares, según un análisis de Bloomberg News. Es una de las pocas artistas en alcanzar ese estatus basado únicamente en la música y el espectáculo, resultado del trabajo y el talento, pero también de un marketing inteligente que se combina ahora el salto a los cines de una película sobre sus conciertos.

La guerrera en rebeldía con la industria musical

Swift es una luchadora pero ha demostrado ser muy inteligente y estar bien asesorada. Su prolífica composición de canciones y las negociaciones en torno al 'streaming' con pulsos a gigantes como Spotify le llevaron a situarse en el punto de mira de los grandes monopolios de la música pero también a granjearse el apoyo incondicional de millones de fans y muchos colegas de profesión.

Pero si hay algo que ha trascendido en su historial profesional fue la decisión estratégica  de volver a grabar sus primeros seis álbumes para recuperar los derechos de reproducción que habían caído en manos de uno de un antiguo colaborador y productor que se convirtió en su peor enemigo. La batalla de Swift fue clave para lograr el gran éxito financiero en un momento en que los músicos han perdido influencia en la industria.  

Taylor tenía un contrato con la compañía Big Machine Records y en 2018 se cambió a Universal Music. No obstante, las grabaciones originales de sus primeros seis álbumes (Fearless, Speak Now, Red y 1989, entre otros) quedaron en poder de su antigua discográfica. Unos meses más tarde, Big Machine Records fue comprada por Ithaca Holding, una empresa propiedad de Scooter Braun, con quien Taylor había colaborado previamente y empezó una guerra porque Braun obtuvo el control del catálogo de la cantante y se negó a darle la oportunidad de recuperar los derechos.

En un acto de venganza y libertad premeditado, Swift comenzó a regrabar esos álbumes, asegurando el control sobre los derechos y al mismo tiempo diluyendo el valor de sus másters originales. Eso ha vuelto a colocar canciones de hace más de una década en lo alto de las listas de éxitos y ha influido en los algoritmos de streaming para priorizar la música etiquetada como "versión de Taylor", al tiempo que produce más contenido para sus apasionados seguidores para comprar. Se espera que el 27 de octubre se lance su regrabación de "1989", su álbum más vendido, e incluirá además cinco canciones inéditas

Impacto en el PIB y la vigilancia de la Fed

La estrecha relación que ha cultivado con sus millones de fervientes seguidores ha llevado a un grupo demográfico más unido que cualquier partido político, como lo demuestra el intercambio de pulseras de amistad inspiradas en Swift que se ha convertido en un rito universal entre los asistentes a los conciertos. En conjunto, Swift S.A. es hoy una multinacional con la base de clientes más devota del mundo, su consejera delegada (CEO) más carismática y un poder económico significativo. 

Según estimaciones de Bloomberg Economics, los 53 conciertos de Swift en Estados Unidos este año provocaron un impacto de 4.300 millones de dólares en el Producto Interno Bruto (PIB del país. "Además de ser un talento generacional, Taylor Swift es una gran economista. Taylor tiene grandes ideas, es capaz de escalar sus ideas y parece ser bastante propensa al riesgo", dijo Carolyn Sloane, una economista laboral de la Universidad de Chicago.

Si bien abundan las estimaciones de las ganancias del Eras Tour de Swift, el análisis de Bloomberg es conservador y se basa únicamente en activos y ganancias que se pudieron confirmar o rastrear a partir de cifras divulgadas públicamente. El cálculo tuvo en cuenta lo siguiente: el valor estimado de su catálogo musical y cinco casas, así como las ganancias de acuerdos de streaming, ventas de música, entradas de conciertos y mercancías. Las estimaciones tienen en cuenta el impacto del impuesto sobre la renta, los costos de producción de la gira y de viaje, y las comisiones pagadas a los gerentes y agentes.

Después de lanzar una avalancha de canciones durante la pandemia, la estrella regresó al circuito de conciertos justo cuando el mundo ávido de música en vivo estaba listo para gastar, lo que ayudó a que Eras Tour acumulara más de 700 millones de dólares en ventas de entradas para los espectáculos realizados hasta la fecha, según estimaciones de Bloomberg. El precio promedio de una entrada fue de 254 dólares, aunque muchas personas pagaron mucho más en la reventa.

Swift fue mencionada en el 'Beige Book' de la Reserva Federal (Fed) de Filadelfia de junio por estimular el crecimiento de la economía de la ciudad, mientras que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, indicó que el gasto en fenómenos culturales como los conciertos de Swift, la gira Renaissance World Tour de Beyoncé y la película de Barbie está en el radar de los responsables de la política mientras debaten sobre nuevas subidas de los tipos de interés y determinan cómo le va al consumidor estadounidense.

"El hecho de que las personas tuvieran la capacidad de pagar precios tan altos por las entradas es importante", dijo Brett House, profesor en la Escuela de Negocios de Columbia. "Fue una confluencia de personas que tenían ahorros, personas que tenían el deseo de gastar y el hecho de que ella produjo una serie de álbumes que para muchas personas fueron la banda sonora de la pandemia". Esas fuerzas económicas también beneficiaron a Beyoncé, otro fenómeno cultural intocable que ejerce una influencia comercial similar sobre su devoto séquito de fanáticos. Su  finalizada gira Renaissance recaudó 579 millones de dólares, según Live Nation.

El Eras Tour, una gira convertida en fenómeno

Pero Swift todavía tiene 89 espectáculos más por delante. También tiene una relación franca y comunicativa con sus millones de fanáticos, en su mayoría jóvenes, que han crecido con la cantante de 33 años en una época en la que la confianza y la intimidad confluyen de forma bastante natural. Internet ha permitido a Swift comercializar eficazmente a su base de seguidores mucho más fácilmente que las estrellas culturalmente dominantes de antaño, como Madonna o Michael Jackson.

"Parte de eso implica lanzar constantemente productos que los fanáticos están ansiosos por comprar", aseguró Alice Enders, quien sigue la industria de la música como jefa de investigación en Enders Analysis y es una ex economista sénior de la Organización Mundial del Comercio. "Ella tiene todo un ecosistema y es muy lucrativo para ella". Su fervor ha impulsado las ventas de entradas para conciertos, pero también de discos de vinilo, pulseras y cuentas, lentejuelas, boletos de avión y miles de millones de reproducciones de canciones nuevas o regrabadas.

Las contribuciones de Spotify a los músicos pueden ser microscópicas en términos de pago por reproducción, según estimaciones de la industria, ronda alrededor de 0,0038 dólares en promedio. Los ingresos por reproducción han disminuido un 20% desde 2017, aunque el consumo de música en streaming ha aumentado 2.5 veces, según Goldman Sachs, dejando a los artistas en una situación financiera mejor, al menos en comparación con la época dorada de la piratería a principios de los 2000.

Megastrellas como Swift, que abandonó temporalmente Spotify como protesta por lo que consideraba regalías injustas para los artistas (más tarde regresó), ha demostrado que se pueden negociar condiciones más favorables. Luego está el valor de su catálogo en sí. Dado el extraordinariamente grande y devoto grupo de seguidores de Swift, una gran cantidad de éxitos y el potencial de ser popular en el futuro, expertos en valoración musical dicen que su catálogo total podría valer potencialmente 1.000 millones. No todo iría a Swift si lo vendiera. Hay otras partes a considerar, incluyendo coautores, su socio en publicación y grabación, Universal Music Group, sin mencionar a los agentes, asesores y abogados.

Swift tiene generaciones de errores de los cuales aprender. Los principales compositores de The Beatles, John Lennon y Paul McCartney, perdieron los derechos de publicación de su música al principio de su carrera. Cuando los derechos salieron a subasta años después, McCartney volvió a quedarse sin ellos tras una oferta de Michael Jackson. Prince cambió su nombre a un símbolo en medio de una disputa contractual con Warner Music. Sin embargo, es la gira lo que ha surgido como una de las empresas más lucrativas para los músicos. Su parte de las ventas brutas de entradas es mucho más alta que las ganancias de las reproducciones.

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