Posee 20.100 millones de euros

El 'superfondo' de Japón sube su apuesta en bolsa española y retrocede en la deuda

El mayor vehículo de inversión del mundo, con 1,2 billones de euros en activos, recupera peso en la bolsa española después de tres ejercicios menguantes por la pandemia y el lastre de la depreciación del yen frente al euro. 

El mega-fondo de pensiones de Japón eleva su exposición al Ibex 35.
El mega-fondo de pensiones de Japón eleva su exposición al Ibex 35.
L. I.

El Fondo de Pensiones del Gobierno de Japón (GPIF, por sus siglas en inglés) el gran 'kaiju' de la escena bursátil. Un bestia financiera de 1,2 billones de euros en activos bajo gestión que permanece fuera del radar de los pequeños inversores, pero es uno de los fijos de la élite mundial que busca vender acciones o bonos. También en España es uno de los inversores más activos, sobre todo, en las emisiones de deuda, aunque también posee una cartera milmillonaria de acciones que está referenciada a los principales valores del Ibex 35, el índice guía de la bolsa española. 

Su posición global en España entre activos cotizados españoles (renta fija y variable) supera los 20.100 millones de euros (3 billones de yenes), un 4,3% más en divisa nipona y un 4,6% menos al cambio con la europea, según datos obtenidos por 'La Información' a partir del último informe anual del GPIF. La fuerte depreciación del yen con el euro sigue marcando la pauta para el mayor inversor de Japón, que ha visto como el yen ha perdido cerca del 25% de su valor desde la pandemia de 2020. El tipo de cambio ha pasado de 120 a 150 unidades por cada euro en estos tres años.

El fondo nipón mantenía alrededor de 40 acciones españolas en cartera, en su mayoría del Ibex 35, por valor de 2.300 millones de euros, apenas un 10% del total de su cartera. Iberdrola, Banco Santander, BBVA, Inditex, Amadeus, Telefónica, Cellnex, Repsol, Caixabank y Ferrovial completando el top 10 donde más dinero tiene con posiciones valoradas entre los 150 y 450 millones de euros.

Destaca la incorporación de Logista tras su ingreso en el Ibex 35, aunque también ha añadido Unicaja Banco y FCC, la constructora de Carlos Slim. En cambio, salieron Vidrala, Zardoya Otis y Siemens Gamesa, estas dos últimas tras sus exclusiones de bolsa. El fondo nipón recupera algo de terreno pero todavía está lejos del valor de la cartera en bolsa española que tenía en 2019, por encima de los 3.300 millones.

Preferencia por la renta fija

La preferencia del fondo de pensiones de los japoneses que dirige Miyazono Masataka está claramente inclinada por la renta fija. El GPIF poseía al cierre de su último ejercicio una posición de 17.800 millones de euros (2,6 billones de yenes) en deuda española, conformada por emisiones corporativas de empresas españolas del Ibex 35, pero especialmente estaba invertido en renta fija ultraconservadora, que en 2022 sufrió una caída en precio -y subida de rentabilidad- por el alza de tipos.

A diferencia de la bolsa, el valor de su inversión se ha visto mermada en torno al 6% interanual frente a los casi 19.000 millones de euros que tenía al cierre de marzo de 2022. De los 92 bonos que tiene en cartera, las 50 mayores inversiones son bonos del Tesoro Público. A la cabeza se encuentra los 637 millones de euros que mantiene en una Obligación emitida en 2013, y con vencimiento en 2028, que le paga un cupón anual del 5,15%. En segundo lugar, con el mismo importe, un bono de 2001 y vencimiento en 2032 que le renta un 5,75% cada año. Son las dos joyas de la corona de una cartera en la que también hay deuda con plazos más cortos y cupones 0% que el Gobierno español emitió entre 2020 y 2021 gracias al BCE.

El espejo en el que se mira el ministro Escrivá

El fondo de pensiones de Japón es el mayor vehículo de inversiones del mundo, gestionando las pensiones niponas con un enfoque de largo plazo y diversificación.  Es el equivalente al fondo de reserva de la Seguridad Social en España, solo que se creó en 2006 pero en lugar de vaciarse recibe aportaciones, se nutre de sus propios rendimientos y está gestionado de forma independiente y profesional. 

Su misión es "contribuir a la estabilidad del sistema nacional de pensiones, asegurando un rendimiento con riesgo mínimo en beneficio de los pensionistas", según explica en su página web. El sistema público de pensiones de Japón es de reparto e incorpora el "concepto de dependencia intergeneracional", donde las contribuciones de los trabajadores sustentan a los jubilados, igual que en España. En ambos casos, se busca compensar el impacto descenso de natalidad, envejecimiento  poblacional e incremento del número de pensionistas en el coste del sistema. En España, la factura se ha duplicado en 15 años hasta los 190.000 millones de 2023.

El GPIF divide su asignación de capital en cuatro áreas principales: bolsa japonesa, deuda pública doméstica, acciones y bonos extranjeros. El fondo de reserva de la Seguridad Social español en cambio solo invierte en deuda pública y, en su mayoría, es la emitida por el propio Estado con lo que incumple el principio de diversificación. El Gobierno de Pedro Sánchez aceleró poco antes de las elecciones del 23-J la puesta en marcha del reglamento para el desarrollo de planes de pensiones similares.

Otro ejemplo destacado es el fondo soberano de Noruega (NBIM), aunque su titularidad es estatal y no de los pensionistas y empleados que cotizan. El valor de su cartera ronda también el billón de euros y es utilizado por el Gobierno de Oslo para diversificar las reservas de divisas que le genera la explotación de recursos naturales como el petróleo y el gas natural. En su caso, solo invierte en acciones y bonos de otros países, aunque en los últimos años ha diversificado hacia el inmobiliario, los proyectos de infraestructuras renovables y también el capital riesgo.

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