Una fortuna de 10.000 millones

Strüngmann, los gemelos millonarios tras la vacuna de Biontech para Pfizer

La alemana Biontech salió a bolsa en octubre de 2019, poco antes de la pandemia, para impulsar su alianza con la estadounidense Pfizer en el desarrollo de vacunas ARN contra virus como el SARS o la gripe.

Los hermanos Thomas y Andreas Strüngmann, fundadores de Biontech.
Los hermanos Thomas y Andreas Strüngmann, fundadores de Biontech.
L. I.

Los hermanos gemelos Thomas y Andreas Strüngmann son fundadores en serie de compañías del sector farmacéutico como empresarios e inversores. Hicieron fortuna con la venta de sus acciones en el laboratorio de genéricos Hexal a Novartis en 2005 por algo más de 7.500 millones de dólares. Desde entonces no han dejado de invertir en el negocio que mejor conocen. Ahora son los propietarios del 51% de Biontech, la biotecnológica alemana que ha alumbrado la primera vacuna viable contra el Covid-19 con el respaldo de la estadounidense Pfizer, con la que mantiene una alianza desde hace dos años.

Los Strüngmann se cruzaron en el camino de tres cerebros investigadores de la Universidad de Mainz, su ciudad natal en el länder de Hesse, cerca de Fráncfort. Era el matrimonio de origen turco formado por Ugur Sahin y Özlem Türeci. Junto al alemán Christoph Huber habían fundado en 2001 una spin-off universitaria entre Mainz y Zurich (Suiza) llamada Ganymed Pharmaceuticals. Su investigación iba por buen camino pero el proyecto estaba necesitado de financiación y de un mecenas con experiencia. 

Se juntaron el hambre con las ganas de comer. En 2008, los cinco crearon Biontech pasó a financiar aquella compañía hasta su venta a la nipona Astellas en 2016 por 1.400 millones de euros. Sahin, Türeci y Huber se conocían bien por su trabajo conjunto y se dieron la oportunidad de compartir proyecto con los Strüngmann en el desarrollo de tratamientos contra el cáncer, virus e infecciones.

Entre sus líneas de investigación se encontraban los tratamientos basados en ARNm (código genético) que buscan entrenar al sistema inmunológico humano para que detecte y se defienda de enfermedades ante las que antes no podía hacer nada. Es el punto de partida de la nueva generación de vacunas en fase de investigación contra el Covid-19.  Se trata de nuevos tratamientos que permiten ajustar más rápido una vacuna ante una mutación y encontrar vacunas ante nuevas enfermedades.

En 2018, dos años después de la venta de Ganymed y diez desde la fundación de Biontech, la biotecnológica alemana alcanzó un acuerdo con Pfizer para desarrollar vacunas más efectivas contra la gripe usando su nueva tecnología. El gigante estadounidense, inventor de la Viagra, era consciente del talento detrás de Biontech y extendió un cheque de 425 millones de dólares (360 millones de euros al cambio actual) al grupo alemán para adelantarse a la competencia de Roche, Eli Lilly o Sanofi, que también habían trabajado con esta empresa. Fruto de esa alianza surgió la necesidad de salir a cotizar en bolsa en Wall Street, un estatus casi obligatorio para hacer negocios en EEUU y aportar transparencia ante los reguladores.

Salida a bolsa y el Covid-19

En octubre de 2019, apenas unos meses antes del inicio de la pesadilla del Covid-19, la alemana Biontech comenzó a cotizar en el Nasdaq con una valoración 100% de apenas 3.400 millones de dólares (3.200 millones de euros). Vendió apenas 10 millones de títulos a 15 dólares cada uno con el objetivo de recaudar 150 millones para financiarse. Hoy vale diez veces más que hace doce meses. Aquella operación desveló su accionariado, uno de los secretos mejor guardados de la compañía. Según la documentación financiera a la que ha tenido acceso 'La Información', los Strüngmann controlan el 51% de las acciones a través de su 'family office' Athos KG.

El segundo mayor accionista es Ugur Sahin, consejero delegado de la biotecnológica, con el 18,3% del capital a través de la sociedad patrimonial Medine Gmbh, en la que es el único titular. Su mujer, la doctora Özlem Türeci, no mantiene ninguna participación directa aunque como cofundadora de la empresa se presume que compartirá en gananciales esa participación. El profesor Chris Huber controla un 1,1% del capital.

La mayor fortuna turca

Ugur Sahin, cofundador y consejero delegado de Biontech.
Ugur Sahin, cofundador y consejero delegado de Biontech.
L. I.

El debut en bolsa de Biontech apenas cambió el estatus millonario de los tres científicos o de los hermanos Strüngmann, pero a partir de enero de 2020 estalló la Covid-19. La alerta sanitaria desde Wuhan (China) y los primeros confinamientos masivos en ese país encendieron todas las alarmas entre los epidemiólogos e investigadores. Pfizer confirmó con Biontech el viraje de la biotecnológica hacia el nuevo reto: encontrar la vacuna contra el bautizado como SARS-Cov-2, el virus que causa la enfermedad del Covid-19.

Las acciones de la compañía subían y subían semana tras semana contagiadas por la fiebre inversora ante la posibilidad de la primera vacuna global, aunque también por el respaldo del Gobierno alemán, que dotó a la compañía con 445 millones de dólares de dinero público. Pfizer, en cambio, rechazó acceder al plan de ayudas de la Administración Trump, consciente que la vacuna con Biontech se estaba desarrollando en Alemania. El papel de la multinacional en la alianza era aportar toda la infraestructura en investigaciones, acelerar el desarrollo, desplegar los ensayos en humanos, asegurar la fabricación y comercializar la vacuna.

Biontech ha vivido en 2020 un cambio de dimensión como empresa en bolsa, pasando de cotizar en 15 dólares en su debut a situarse por encima de los 112 dólares ahora. El valor en bolsa de la compañía ha pasado de 3.800 millones a más de 26.000 millones. La fortuna de los Strüngmann supera los 13.000 millones de dólares solo por su participación en esta empresa, aunque cuentan con intereses en decenas de compañías. En el caso de Ugur Sahin, la euforia con Biontech le ha convertido en el turco más rico del mundo, aunque el profesor de Mainz lleva la mayor parte de su vida viviendo en Alemania. Su 18,3% de Biontech vale cerca de 5.000 millones de dólares.

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