Bajadas en verano

La resistencia del BCE a bajar los tipos se agrieta con el discurso 'dovish' de Lagarde

La declaración blindada del banco central evitando la cuestión de las rebajas de tipos de interés quedó desarmado después de que Lagarde abriese las puertas de par en par a un movimiento en verano.

Lagarde, de blanco en la primera reunión del BCE en 2024.
Lagarde, de blanco en la primera reunión del BCE en 2024.
Angela Morant / BCE vía La Información

El Banco Central Europeo (BCE) cumplió con lo previsto en su primera reunión de 2024, manteniendo los tipos de interés por tercera reunión consecutiva y anclando su mensaje central de que tardarán en bajar, que se mantendrán altos más tiempo y "en niveles suficientemente restrictivos el tiempo que sea necesario", según su declaración. Sin embargo, la presidenta de la institución, Christine Lagarde, resultó poco convincente a la hora de reforzar la declaración y abrió la muralla al señalar que en verano, en apenas cinco meses, se producirá la primera rebaja de tipos.

"Mantengo mis comentarios [sobre posibles recortes de tipos en verano] Dependemos de los datos, no de la fecha", dijo la banquera gala pese a que tachó de "prematuro" cualquier conversación sobre una rebaja de tipos en la zona euro. Para los mercados e inversores, las palabras de Lagarde vienen a significar que esa posibilidad ya está en la mesa de cara a la reunión del 7 de marzo y del 11 de abril porque, como se encargó de recalcar, todo dependerá de los datos. Con el PIB de la zona euro en contracción que no en recesión, los indicadores de actividad "débiles" y los índices de inflación en zona de control, los datos adelantan ese camino.

¿Cómo lo ven los expertos?

Manuel Pinto, analista de XTB, señala que las explicaciones de Lagarde se mantienen en la senda de los últimos meses, pero ofrecen algunas pistas sobre la situación económica a futuro. "Mantiene firme su discurso de continuar analizando los datos macroeconómicos de manera recurrente, pero nos llama la atención que el foco se trasladase a las presiones salariales, principal motivo por el que el BCE podría aplazar los recortes de los tipos de interés. Las posibles consecuencias en los resultados empresariales debido al alza de los tipos de interés y la subida en el coste laboral, es la variable clave de los próximos meses", argumenta. 

Los mercados reaccionaron a las palabras de Lagarde en dirección contraria a la que cabía esperarse, después de que en las últimas actas del BCE de diciembre, el Consejo de Gobierno acordó que se debía transmitir a los mercados que las rebajas de tipos tardarán en llegar. Ayer sucedió al revés. "De hecho, tras finalizar la reunión, se descuenta con una probabilidad del 70% la existencia de un primer recorte de los tipos de interés en abril, y 140 puntos básicos de flexibilización durante el año, frente a los 130 p.b que se preveían antes de la reunión", recuerda Pinto.

En esa línea de interpretación, François Cabau y Hugo Le Damany, economistas de AXA IM, destacan que el mensaje previsto de tipos de interés "altos durante mucho tiempo" tuvo un sorprendente  sesgo pesimista. "El Consejo de Gobierno del BCE parece más inseguro y dividido de lo que pensábamos. El proceso de desinflación está en marcha. Todo sigue su curso, que se confirmará con las previsiones actualizadas de marzo de los funcionarios. Por tanto, no puede descartarse una bajada de tipos en abril si los datos de inflación no sorprenden al alza", señalan. Aun y todo desde Axa todavía creen que el ciclo de recortes se inicie en junio.

"Lagarde ha reconocido que las bajadas de tipos de interés podrían darse en verano, es decir, la discusión está en la mesa. Los mercados reaccionaron aumentando la probabilidad de bajadas de tipos este año, interpretando el mensaje de Lagarde como 'dovish' (suave o expansivo desde el punto de vista monetario)", argumenta Miguel Ángel Rico, director de inversiones de Creand Asset Management. El comportamiento de los mercados a la reunión del BCE no ha dejado demasiadas dudas, con el Euro a la baja respecto al dólar, las bolsas remontando desde pérdidas y el rendimiento de los bonos soberanos también en descenso. "Claramente el mercado ha interpretado como “dovish” la intervención de hoy del BCE", añade.

Robert Schramm-Fuchs, gestor de renta variable europea de Janus Henderson Investors, tiene claro por dónde van los tiros y cree que en seis semanas se confirmará cuándo se producirá la primera rebaja de tipos en la zona euro. "Ha dejado la puerta firmemente abierta a un inicio del ciclo de recortes de tipos en abril, al destacar la importancia de las proyecciones actualizadas de los expertos que estarán disponibles en marzo. La presidenta ha hablado mucho hoy de las presiones salariales, pero la realidad es que la inflación general y subyacente a seis meses en la Eurozona ya ha retrocedido hasta la baja tasa anualizada del 2%", opina.

Orla Garvey, gestora sénior de carteras de renta fija en Federated Hermes, cree que el BCE está perdiendo la batalla frente a las expectativas de tipos de interés. "El mercado está valorando aproximadamente 180 puntos básicos de recortes en el transcurso de los próximos dos años, la mayor parte de los cuales se producirán en el segundo semestre de 2024. Creemos que, teniendo en cuenta los progresos realizados en materia de inflación y las débiles perspectivas de crecimiento, esta cifra es totalmente razonable. De cara al futuro, la pregunta clave ahora es si el ciclo terminará con los tipos en territorio neutral o de estímulo. Eso dependerá en parte de cuánto espere el BCE para empezar", argumenta tras la reunión de este jueves.

En cambio, Konstantin Veit, gestor de Pimco, no tiene tan claro que el BCE dé su brazo a torcer tan pronto como están descontando ahora los inversores. "Aunque las tasas de interés presumiblemente han alcanzado su punto máximo, el mercado está valorando un cambio rápido y temprano en la política monetaria. Creemos que el riesgo sigue inclinado hacia una relajación algo más tardía y menos agresiva de lo incorporado en las expectativas del mercado para este año", expone. Su tesis es que los datos clave a observar serán las condiciones financieras, la postura fiscal de los gobiernos, los márgenes de beneficio de las empresas y los desarrollos en los costes unitarios laborales, con un enfoque particular en el crecimiento salarial.

Madison Faller, estratega de Inversiones Globales en JP Morgan Private Bank, no ve sorpresas en la posición del BCE, sobre todo teniendo en cuenta que varios miembros del banco central, incluyendo a Lagarde, han dicho con claridad que necesitan confirmación de que la inflación ha regresado a la senda del 2% en el medio plazo. También la previsión de desaceleración rebatirse si los índices de actividad manufacturera o servicios de los PMI (gerentes de compras) levantan el vuelo.  "Esto concuerda con la reciente resistencia a las expectativas del mercado. Los datos salariales que se publicarán en junio probablemente sean la variable clave desde nuestro punto de vista. Dicho esto, vale la pena señalar que el progreso en materia de inflación ha sido impresionante. Los datos del PMI de enero sugieren que la corrección en el crecimiento podría estar tocando fondo también", concluye.

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