Pendiente de aprobación

Recorte de gasto y tipos: la letra pequeña que salva el 'default' de la deuda en EEUU

El preacuerdo contempla una hoja de ruta de ajustes a largo plazo después de que el coste en intereses de dar servicio a la deuda supere el medio billón de dólares anuales, casi el doble que antes de las subidas de tipos.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, con el líder republicano Kevin McCarthy.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, con el líder republicano Kevin McCarthy.
Yuri Gripas - Pool via CNP / Europa Press

La subida de tipos de interés de 500 puntos básicos de la Reserva Federal (Fed) desde marzo de 2022 no solo ha provocado pérdidas masivas en los bancos que tienen deuda pública en balance. También en el propio banco central, que posee la mayor cartera de bonos en balance tras las compras pandémicas por valor billones de dólares. Pero el efecto que menos había trascendido su efecto al alza sobre la deuda pública de EEUU y se ha sido un acelerador hasta situarla al borde del 'default'. Hay un motivo: el coste de dar servicio a ese endeudamiento se ha disparado.

En concreto, según estimaciones de la firma suiza Julius Baer, el pago anual en intereses del Tesoro de EEUU creció un 41% durante 2022, hasta 518.000 millones de dólares, y prevé que se incremente otro 28%, hasta 663.000 millones en este 2023. De ese modo, las arcas públicas federales deben afrontar un aumento de más de 300.000 millones en solo dos años en el coste de tener al día los pagos de la deuda. Es uno de los motivos por los que la deuda se está incrementando, pero es un problema creciente. Cada vez que el Tesoro sale al mercado a refinanciarse con los vencimientos, sus costes se elevan y ya suponen más del 2% de su deuda total.

"No deberíamos olvidar que el Tesoro de EEUU fue uno de los grandes beneficiarios de la política monetaria acomodaticia de la Fed. Las tasas de interés cero permitieron al Gobierno refinanciarse de forma casi gratuita. En la crisis financiera mundial iniciada en 2007, el Tesoro pudo subastar sus letras a tasas de descuento cercanas al 0%. Esto se ha acabado", subraya Yves Bonzon, director de inversiones (CIO) en Julius Baer, que recuerda las refinanciaciones de EEUU están por encima del 5% a corto plazo y cercanas al 4% a largo plazo.

Hay otra cuestión que afecta a la Reserva Federal (Fed) y que puede obligar a cambiar de nuevo su política monetaria antes de tiempo. El aumento de tipos ha provocado que la Fed esté pagando más por sus reservas de lo que ingresa por sus activos, la mayoría de ellos adquiridos a tipos de interés cercanos a cero en la pasada crisis, y necesita de las transferencias de Tesoro para compensarlo y, según Bonzon, pronto tendrá que destinar un tercio de sus ingresos a pagar el servicio de la deuda. 

En su opinión, esta situación hace que las pretensiones de mayores subidas de tipos del banco central de Jerome Powell tengan un límite político. "La Fed debe aceptar una tasa de inflación permanentemente más alta y recuperar pronto un nivel de tasas de interés más bajas y sostenibles", señala el experto de Julius Baer. Dicho de otro modo, la posibilidad de rebajas de tipos en EEUU en 2023 está cada vez más cercana si se termina de apaciguar la inflación. Solo es cuestión de tiempo.

Pendiente del techo de deuda

Durante el fin de semana, los equipos de negociadores de Joe Biden (Partido Demócrata) y Kevin McCarthy (Republicano) anunciaron que habían alcanzado un preacuerdo para elevar el techo actual de endeudamiento público de 31,5 billones de dólares, aunque el borrador deberá recibir el respaldo de congresistas y senadores esta semana, antes de la nueva fecha límite prevista por el Tesoro (5 de junio).

Según este hipotético pacto, se suspendería dos años el límite del techo de deuda.  "La cuantía del recorte fiscal directamente atribuible al acuerdo va a ser mínima, y es probable que sólo cause una pequeña mella en la trayectoria de crecimiento de EEUU para el próximo año", opina Gilles Moëc, economista jefe en AXA IM.

La sola mención de los recortes presupuestarios, simbólicos y pequeños, cambia por el momento el escenario de la política de gasto de la Administración Biden, aunque sigue sin abordar los problemas estructurales de largo plazo que plantea la abultada deuda pública de EEUU y los costes financieros crecientes asociados a la misma, el citado servicio de la deuda. "La deriva a largo plazo de las finanzas públicas estadounidenses sigue sin abordarse", añade Moëc. 

Entre las partidas concretas que han trascendido a través de la prensa estadounidense, el documento de McCarthy y Biden contempla el endurecimiento de los requisitos para acceder a los subsidios alimentarios que reciben algunos grupos de trabajadores e introducirá topes de gasto durante dos años. La línea roja que no se ha traspasado es el gasto en Defensa, que crecerá un 3,5% el año que viene por encima de los 800.000 millones de dólares anuales, pero sí habrá tijera en otras. 

"Es poco probable que el proyecto de ley se someta a votación antes del miércoles, y debe ser aprobado en la Cámara antes de pasar al Senado. Un plazo ligeramente más largo daría al Congreso más tiempo para lograrlo. Las primeras reacciones de los representantes indican que es probable que el proyecto de ley sea aprobado, pero será importante vigilar si crece la oposición al proyecto fuera del ala derecha republicana, lo que indicaría mayores dificultades", señala Lizzy Galbraith, economista especializada en asuntos políticos en abrdn.

La posibilidad de un Congreso dividido, la fragmentación del voto dentro de ambos partidos, así como la experiencia de las pasadas negociaciones del techo de deuda de EEUU implican que un impago es improbable, pero el riesgo de un cierre (parcial) del gobierno estadounidense "es muy real", como advierte Claudio Wewel, estratega de divisas en J. Safra Sarasin Sustainable AM

"Dado que se trata de un asunto muy delicado, existe un riesgo real de que no se llegue a un acuerdo antes de la “fecha X”. Sin embargo, esto no desencadenaría automáticamente un impago, que sigue siendo un escenario poco probable, en nuestra opinión. Por el contrario, esperamos que el Tesoro diera prioridad al cumplimiento de su deuda sobre otros pagos, incluso si se alcanzan sus límites de tesorería", advierte Wewel. En todo caso, la resolución está en marcha.

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