El núcleo del Gobierno roza el 50% del capital

JP Morgan se une con Escribano al baile bróker en Indra tras Goldman y Deutsche

El banco está detrás de la estructura financiera que se ha creado para elevar el peso de Escribano en el nuevo núcleo duro de accionistas de Indra que el Gobierno (SEPI) y que está a punto de superar el 50% del capital.

Logo de JP Morgan coronando el rascacielos de sus sede en Sidney.
Logo de JP Morgan coronando el rascacielos de sus sede en Sidney.
JPMorgan vía La Información

Si el rayo y el relámpago son la antesala del trueno, los grandes brókeres de los bancos de inversión son la señal de que un gran cliente está entrando en el accionariado de una empresa cotizada. Ha sucedido hasta en tres ocasiones ya en Indra con los movimientos accionariales que se vienen notificando en 2022 y 2023 en los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Si Deutsche Bank antecedió a la familia Aperribay (SAPA Plasencia), Goldman Sachs lo hizo con las compras de acciones del 'hedge fund' del presidente de Prisa y Amber Capital, Joseph Oughourlian. Ahora JP Morgan se ha convertido en el mayor accionista indirecto de Indra por detrás de la SEPI (Gobierno) con más del 10% del capital, según el registro de CNMV. El problema es que no es real.

El bróker del mayor banco de Wall Street está declarando un posición que no es suya, sino que en su mayoría pertenece a los hermanos Escribano, que han elevado su participación en Indra del 3% al 8% del capital. El resto es de otros clientes como 'hedge funds' que operan en corto sobre la acción. Una parte de ese 10% está en modo préstamo de valores para estos inversores. El resto es la declaración de una estructura de derivados financieros con vencimiento en 2026 para este cliente.

Solo las dos operaciones en bolsa duplican el propio valor de la empresa Escribano o su perímetro de ingresos del año pasado. Los 175 millones invertidos en Indra equivalen a 13 veces su beneficio neto anual en 2022.

En concreto, el 8% indirecto que asegura poseer JP Morgan son en realidad opciones de compra con entrega física sobre 14,1 millones de acciones. ¿Cómo funciona esto? ¿De qué estamos hablando? Se trata de un contrato bilateral entre las dos partes que se registra en OTC (over the counter) sin pasar por un mercado organizado de forma transparente y con una liquidación central.

Las opciones 'call liquidadas físicamente ('physically-settled call Options', tal como se publica en CNMV) son aquellas que implican la entrega real del subyacente, es decir, esos títulos de Indra. El dueño de opciones de compra (JP Morgan) compraría esas acciones, mientras que el titular de opciones de venta liquidadas físicamente (Escribano) vendería ese porcentaje de Indra que tiene actualmente. 

Un startup de defensa con JP Morgan

¿Cuál es el motivo entonces de esta sofisticada operativa? Este tipo de estructura responde a la necesidad del cliente de asegurarse un respaldo en la inversión y a que el propio JP Morgan financia a Escribano la adquisición del 5% adicional de Indra, como publicó 'Economía Digital'. El importe no es menor ya que requeriría poner sobre la mesa 110 millones de euros 'a tocateja', pero de este modo el capital que pone el comprador es muy inferior. Además, JP Morgan puede recuperar ese 8% del capital como una suerte de seguro y si el cliente decide o debe vender.

Escribano no es una empresa de gran tamaño pese a su rápido crecimiento en los últimos años, de ahí que la compra del 5% adicional de Indra sin apoyos externos parece impensable. El importe de la inversión supone ahora mismo el equivalente a toda su facturación anual. Sin embargo, el plan del gobierno para cimentar un nuevo núcleo duro accionarial en torno a Indra les ha permitido contar con ese respaldo, y contratar a uno de los bancos de inversión más importantes de EEUU.

El consejero delegado de Escribano Mechanical & Engineering, Ángel Escribano, confesaba en 2019 en 'La Información que hace apenas una década eran una empresa pequeña que cambió su modelo de negocio y comenzó a fabricar su propia tecnología, en lugar de comprar máquinas a otras compañías. Cerró 2018 con unas ventas anuales de 50 millones de euros y en 2022 con 91 millones

En 2016, el fondo soberano de Omán compró el 32% de la antigua Mecanizados Escribano a través de la sociedad Bucotelar SL. En 2022, la familia Escribano recompró esa participación por 34 millones de euros, es decir, con una valoración del 100% de su propia empresa tasada en 106 millones de euros. 

En marzo de 2023, Escribano compró el primer 3% de Indra con una inversión asociada de 65,7 millones de euros y en noviembre se ha hecho junto de nuevo junto a JP Morgan con otro 5% con una inversión asociada de 110 millones. Solo las dos operaciones en bolsa duplican el propio valor de la empresa Escribano o su perímetro de ingresos del año pasado.

Los 175 millones invertidos en Indra equivalen a 13 veces su beneficio neto anual en 2022. Eso sí, los responsables de Escribano aseguran en informe de gestión que la empresa está en pleno despegue con "un fuerte crecimiento tanto a nivel nacional como internacional" y prevén alcanzar una facturación de 200 millones de euros en los "próximos años" y una plantilla de 1.000 personas frente a los 680 actuales.

Un núcleo duro con el 50% de Indra

Según explica la propia empresa, su entrada en Indra se produce "como paso importante para poder debatir y participar en las decisiones que pudieran afectar directa o indirectamente al desarrollo de la actividad de Escribano E&M", debido a la influencia que tiene Indra sobre todo el sector de defensa en España, ya que la práctica totalidad de los contratos son con estados.  Escribano asegura contar con "un plan de inversión que le permitirá aumentar su participación hasta que pueda tener el escenario adecuado para el desarrollo de su estrategia". 

No hay detalles públicos del alcance de ese plan, pero el registro de accionistas de Indra apunta a grandes cambios después de dos años frenéticos en los que SAPA (Aperribay) se hizo con el 5% del capital, Amber Capital con algo más del 6%, Escribano con otro 8% y el Estado, a través de la SEPI, disparó su participación en la compañía que preside Marc Murtra hasta el 28% del capital. En total, el grupo accionarial roza la frontera de la mayoría absoluta con la cota del 50% del capital.

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