Perspectivas de bolsa

JPMorgan cree que las caídas en la bolsa son el principio de una corrección mayor

Wall Street había levantado el pie del acelerador en las tres primeras semanas de abril conforme se acerca la reunión de la Reserva Federal (Fed) y las grandes empresas comienzan a publicar sus resultados trimestrales.

Marko Kolanovic, estratega de mercados de JPMorgan.
Marko Kolanovic, estratega de mercados de JPMorgan.
L. I.

Wall Street había levantado el pie del acelerador en las tres primeras semanas de abril. El índice S&P 500 ha cedido en torno al 5% y ahora el debate se encuentra en si la corrección actual tiene más recorrido a la baja o se puede cimentar un rebote sobre este punto. Ahí es donde reside el debate principal en estos momentos en la industria financiera norteamericana.

El último en lanzar sus previsiones ha sido Marko Kolanovic, estratega jefe de JPMorgan, que advierte de que la actual caída de la bolsa y los bonos no ha terminado. Esta semana se publican los resultados de las compañías conocidas como las Siete magníficas (Apple, Microsoft, Amazon, Tesla, Nvidia, Alphabet, Meta), así como de una amplia variedad de empresas.

La evolución de la cotización puede depender de los beneficios empresariales y podría estabilizarse a corto plazo, ya que aproximadamente el 40% de las compañías estadounidenses por capitalización bursátil publican cifras trimestrales esta semana, tal y como publicó Kolanovic en su informe más reciente.

“Más allá de esto, creemos que las caídas en la bolsa tienen aún más recorrido”, asegura el estratega del banco de inversión estadounidense. “Seguimos preocupados por la continua complacencia en las valoraciones de la renta variable, la inflación demasiado alta, las expectativas de la Reserva Federal y unas perspectivas de beneficios en las que la aceleración implícita este año podría resultar demasiado optimista”, afirma.

Tanto los mercados de renta variable como los de renta fija sufrieron una importante corrección este mes, ya que el cambio en la narrativa del mercado, que pasó de la "desinflación inmaculada" a la "inflación más alta durante mucho tiempo", provocó una reducción del riesgo por parte de los inversores. Para el experto, el deterioro geopolítico incentivó una mayor reducción del riesgo, actuando como un lastre adicional.

“Es poco probable que estos dos problemas, la obstinación inflacionista y las tensiones geopolíticas, desaparezcan pronto, por lo que pensamos que ejercerán una presión adicional sobre los inversores para que reduzcan el riesgo”, analiza el estratega de la entidad financiera norteamericana.

Más riesgos a la vista

El precio objetivo de JP Morgan para final de año se habría revisado a la baja hasta los 4.200 puntos para el S&P 500. Esto supondría un importante recorte sobre los niveles actuales, ya que el índice de referencia de Wall Street se enmarca en la actualidad sobre los 5.000 puntos, aproximadamente.

"Los riesgos de inflación y geopolíticos mencionados son las principales razones por las que mantenemos una postura defensiva en nuestra cartera modelo y seguimos recomendando a los inversores que cubran sus activos de riesgo mediante exposiciones largas a volatilidad y a materias primas, como el oro", apunta.

Desde su punto de vista, aunque el metal dorado en principio el oro podría servir como cobertura frente a una corrección del mercado, ve algunos vientos en contra a corto plazo, ya que parece haberse comprado de manera más amplia por parte de los inversores minoristas e institucionales especulativamente, junto con Bitcoin.

“Como ya comentamos, los inversores institucionales especulativos, incluidos los operadores de momentum como los CTA, parecen haber comprado en gran medida futuros tanto de oro como de bitcoin desde febrero… En la medida en que estos cambien su sesgo, hay riesgos correctivos en el horizonte”, comenta Kolanovic.

Otra razón que le mantiene con una postura defensiva es el posicionamiento inversor. Tal y como destacó JPMorgan en nuestra publicación de flujos y liquidez del 17 de abril, la narrativa y las pautas actuales del mercado se parecen cada vez más a las del verano pasado: a medida que la inflación sorprende al alza y los mercados de tipos descartan los recortes de tipos de la Fed o de otros bancos centrales, los inversores empiezan a reducir sus sobreponderaciones o a añadir coberturas como la renta variable y el crédito.

El verano pasado, los mercados de renta variable y de crédito ignoraron en gran medida el aumento de las rentabilidades de los bonos a 2 años, que pasaron de un mínimo del 3,8% a principios de mayo al 4,9% a principios de agosto. Sin embargo, una vez que los rendimientos de estos bonos empezaron a consolidarse en niveles tan altos como el 5%, los mercados de renta variable y de crédito empezaron a sufrir a partir de principios de agosto. Entre principios de agosto y finales de octubre, la bolsa sufrió una corrección de alrededor del 10%. 

Una caída similar se produjo en LQD, el mayor ETF de crédito, que perdió un 9% durante el mismo periodo. Nada es casualidad. "En la coyuntura actual, el bono a 2 años ha pasado de un mínimo del 4,2% en enero al 4,9% actual, es decir, a un nivel similar al del pasado agosto… El riesgo es que, a medida que la rentabilidad se consolide en torno al 5%, se repita en el futuro la narrativa de los tipos más altos durante más tiempo de los pasados meses de agosto-octubre, que en aquel momento había desencadenado el temor a un posible aterrizaje forzoso y había afectado a los activos de riesgo”, termina el experto.

Mostrar comentarios