Elecciones en EEUU

Joe Biden se la juega con las 'midterms': qué puede cambiar para los mercados

Demócratas y Republicanos se enfrentan en las urnas en la renovación parcial de Congreso y Senado que puede impulsar uno contrapeso a la presidencia de Joe Biden en la recta final de su mandato.

Joe Biden enseña sus calcetines en un acto electoral en Filadelfia.
Joe Biden enseña sus calcetines en un acto electoral en Filadelfia.
DPA vía Europa Press

Llega una fecha clave para la política de Estados Unidos que suele tener históricamente la capacidad de cambiar el devenir económico del país y de los mercados. Son las elecciones legislativas, 'midterms' o de mitad de mandato, en el país norteamericano. ¿Cuáles son los escenarios más probables y de qué forma puede impactar en la bolsa? Según Christophe Foliot, gestor del fondo Edmond de Rothschild Fund US Value, el tema de las elecciones de mitad de mandato nos parece "más bien secundario para los mercados" en comparación "con la inflación", cuyo próximo dato se conocerá el miércoles a las pocas horas de saberse el resultado electoral.

Los estadounidenses votarán por la renovación completa de la Cámara de Representantes y por un tercio del Senado. Los demócratas tienen actualmente una mayoría (extremadamente estrecha) en el Congreso, pero el consenso es cada vez mayor en cuanto a que los republicanos ganarán la Cámara de Representantes y los demócratas el Senado, donde se renovará la mayoría de los escaños que ocupan los republicanos.

El aborto está en el centro de los debates y podría animar a algunos votantes republicanos (sobre todo mujeres) a votar al partido de Joe Biden. El presidente de Estados Unidos prometió el 18 de octubre incluir en la agenda del Congreso la votación de una ley que garantice este derecho, en caso de victoria demócrata en las elecciones de mitad de mandato. Sin embargo, el suspenso se mantiene. El historial económico de Biden ha sido criticado con lo que ha provocado la caída de su índice de popularidad. “Si el Congreso sale dividido, pocas reformas podrán llevarse a cabo. Las órdenes ejecutivas en relación con la política exterior serían una forma de llevar a cabo la segunda mitad del mandato del presidente. Esto supondría un menor riesgo legislativo, algo que suele gustar a los mercados”, apunta Foliot.

“Un statu quo, es decir, un Congreso totalmente demócrata, tampoco supone un gran cambio para los inversores, por lo que, es poco probable que las elecciones de mitad de mandato generen un cambio en el posicionamiento de la asignación de activos”, destaca el experto de Edmond de Rotschild. George Brown, economista de Schroders, explica que un mal resultado para ambos partidos podría ser “el mejor resultado para los inversores”, entre otras cosas porque daría “a la Reserva Federal una oportunidad clara de controlar la inflación”.

Como punto de partida, las elecciones de mitad de mandato no suelen ser benévolas con el partido que preside el país. De las 19 'midterms' celebradas desde la Segunda Guerra Mundial, sólo en 2002 el partido en el poder consiguió ganar tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado. “Esto se debió a un efecto patriótico tras los atentados del 11 de septiembre que se tradujo en un éxito electoral”, comenta Brown.

Los escenarios posibles

Tal y como están las cosas, el resultado más probable es el de un Congreso dividido. Los pronósticos de Betfair dan a los Republicanos un 80% de probabilidades de hacerse con la Cámara de Representantes. Pero son los menos favorecidos en el Senado, donde los demócratas tienen un 60% de posibilidades de mantener el control.

Desde el punto de vista legislativo, esto es problemático. Una Cámara republicana bloquearía los proyectos de ley partidistas presentados por los demócratas. “También provocaría una oleada de investigaciones en el Congreso, que consumiría el tiempo y los recursos de la Administración”, dice Brown.

Otra posibilidad es que los republicanos arrasen en la Cámara y el Senado. En este escenario, el Partido Republicano se asegura el control de ambas cámaras del Congreso. Se hace con la Cámara de Representantes y se consigue el escaño necesario para obtener la mayoría en el Senado. “Este es un resultado menos probable, ya que, aunque los 435 escaños de la Cámara se disputan, sólo 35 de los 100 escaños del Senado están en juego”, asegura Brown. “Y de los 14 que defienden los demócratas, las mejores opciones para los republicanos son Georgia y Nevada, ambas con un resultado desigual”, añade. El hecho de que los demócratas se inclinen por arrebatar Pennsylvania es un dolor de cabeza adicional para los republicanos.

La última posibilidad es que los demócratas mantengan el statu quo. En 2017, el profesor de política Matthew Goodwin prometió comerse su libro si los laboristas conseguían más del 38% de los votos en las elecciones generales de ese año en el Reino Unido. Ganaron el 40%. Y cumplió su palabra ingiriendo su libro en directo en 'Sky News'.

A principios de año podría haber sido tentador hacer una promesa similar acerca de que los demócratas mantuvieran su triunfo. Pero ahora se están en una posición en la que podrían conseguir lo que antes era una quimera. “Los demócratas se envalentonarían para seguir adelante con la agenda del presidente. La subida de los tipos máximos del impuesto de sociedades, de la renta y de las plusvalías estaría sobre la mesa”, relata Brown.

Desde el punto de vista de la renta variable, el resultado óptimo sería el de una situación de bloqueo en el Capitolio. Sin embargo, históricamente las acciones han tenido un buen comportamiento independientemente de la composición del Congreso. “El factor que más influirá en el sentimiento durante los próximos dos años será la medida en que la Reserva Federal (Fed) tenga que subir los tipos de interés para controlar la inflación”, cuenta Brown. Y eso dependerá en parte de qué partido, si es que hay alguno, salga vencedor en las elecciones de mitad de mandato.

Una presencia demócrata significativa probablemente perseguiría políticas que, en última instancia, serían estimulantes, lo que obligaría a mantener los tipos más altos durante más tiempo. Mientras que un Congreso más dividido aumenta la probabilidad de parálisis política, dando a la Reserva Federal una carrera sin obstáculos para ajustar la política. Y es probable que la legislación sea prácticamente inexistente bajo un triunfo republicano en el Congreso, aunque con el riesgo de otro estancamiento fiscal.

Las elecciones de mitad de mandato también servirán como prueba de fuego para Donald Trump y sus posibilidades de volver a ocupar la Casa Blanca. Aunque no ha confirmado explícitamente que se presentará en 2024, tiene un 25% de posibilidades de ganar, según Betfair. Los mercados vivieron cuatro años salvajes durante su presidencia, caracterizados por tensiones geopolíticas y repetidos ataques a la Fed. Sin embargo, el S&P 500 obtuvo una rentabilidad anualizada del 13,7% durante ese periodo.

“Los mercados de renta variable de Estados Unidos han tenido históricamente un rendimiento inferior durante el año que precede a las elecciones de mitad de mandato”, asegura François Rimeu, estratega senior de La Française AM. La rentabilidad media en 12 meses del S&P 500 antes de las elecciones de mitad de mandato es cercana al 0, significativamente inferior a la media histórica del 8,1%.

El periodo posterior a las elecciones de mitad de mandato es una historia muy diferente, ya que el S&P 500 obtiene mejore rendimientos durante el periodo de 12 meses posterior a las elecciones de mitad de mandato, con una rentabilidad media del 16,3%. “Esto ha sucedido especialmente en los periodos de uno y tres meses posteriores a las elecciones de mitad de mandato”, describe Rimeu.

Los analistas de los mercados financieros pueden utilizar las elecciones de mitad de mandato para explicar los movimientos que se producen en el mercado de renta variable estadounidense en torno al 8 de noviembre, pero esto, en opinión de Rimeu es, sobre todo, “ruido” que tiene poco o ningún impacto a largo plazo. “A lo sumo, el hecho de que los demócratas ganen las dos cámaras probablemente conducirá a un mayor gasto que, a su vez, podría llevar a una subida de los tipos de interés y del dólar”, concluye.

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