En Europa

La deuda pública canaliza la mitad de las entradas de dinero a los ETF de renta fija

Los fondos indexados de bonos igualan en el primer semestre por primera vez en flujos a los de renta variable, atraídos por el despegue de su rentabilidad, aunque hay indicios de que comienza a actuar como activo refugio. 

Los ETF gestionados activamente: la moda que atrapa a grandes inversores
La deuda pública canaliza la mitad de las entradas de dinero a los ETF de renta fija. 
Pixabay

En la primera parte del año el mercado de deuda ha vuelto a gozar de atractivo a ojos de los inversores, algo que no hubiera sido posible sin la subida escalonada de los tipos de interés, que ha impulsado su rentabilidad después de años aciagos. De hecho, una de las frases más escuchadas en el mundo inversor este 2023 es que la renta fija está de moda, mantra al que ahora refrendan los datos. Dentro de esta categoría, sobresalen los bonos soberanos, que canalizan la mitad de las entradas de dinero hacia los ETF en Europa. Según los datos recabados por Amundi, de los 32.600 millones de euros que ha acaparado la renta fija, 16.300 millones han tenido como destino deuda pública.

"La popularidad de los bonos soberanos refleja el mayor rendimiento de estos productos", señalan desde Amundi, al tiempo que advierten de que ya "hay indicios de que los inversores "están recurriendo a estos activos como refugio seguro". La recomendación estrella entre la banca de inversión dentro de la tipología de renta fija desde el arranque de 2023 han sido los tramos de corta duración, una estrategia que ha concentrado casi un tercio de las suscripciones (4.700 millones) de este tipo de productos, que permiten al inversor replicar de manera inmediata activos cotizados que serían más caros de adquirir por separado. 

El fenómeno conocido como inversión de la curva de tipos, que implica que los bonos a corto plazo ofrecen más interés que a largo y está asociado a recesiones económicas, ha desembocado en una mayor demanda de bonos inferiores a un año, especialmente, en los primeros meses del ejercicio. No obstante, el grueso de los citados 16.300 millones de patrimonio captado por los ETF a nivel europeo han ido a parar al papel de más largo plazo. "Los bonos con vencimientos más cortos siguen ofreciendo mejores rendimientos, por lo que el aumento de las asignaciones a bonos a largo plazo debe reflejar la preocupación de los inversores por las perspectivas económicas", apuntan desde la firma francesa. 

La popularidad de la deuda pública ha desplazado a un segundo plano a los bonos corporativos de bajo riesgo, que suman 10.400 millones. Destaca también el 'high yield' (2.100 millones), fondos monetarios (1.000 millones) y bonos garantizados (600 millones). Por el contrario, los fondos indexados a los CDS, los bonos convertibles, así como los ligados a la inflación reducen su cuantía en 100, 200 y 1.600 millones, respectivamente. Este balance se ha visto impulsado por el mayor número de ETF enfocados en renta fija y le permiten equiparar el flujo de entradas al nivel de la renta variable (33.600 millones), algo inusual. 

Los europeos han demandado principalmente ETF que replican índices bursátiles de mercados emergentes (13.400 millones), así como asiáticos (3.300 millones). Las menores valoraciones con respecto a Europa y Estados Unidos, además de las expectativas de crecimiento iniciales de la reapertura de China tras levantar la política de 'Covid-cero', favorecieron este escenario. Algo menos de un tercio ha ido a parar a índices globales (11.800 millones), en línea con el volumen que suelen registrar. La novedad en este caso viene de la mano de la caída de los precios energéticos, que aboca a retirar 2.000 millones de ETF de la empresas del sector, movimiento que contrarrestan los fondos dedicados a tecnología (1.000 millones y al consumo discrecional (500 millones).

En conjunto, el mercado de ETF a nivel mundial sumó 300.000 millones y empuja a los activos totales de renta variable hasta los siete billones de euros, en contraste con los dos billones de la renta fija, tras el 'rally' experimentado en el último semestre. Esta tipología de inversión pasiva ha experimentado un verdadero auge en los últimos trece años, con un crecimiento del 15% desde 2010, revolucionando la industria de la gestión de activos, una velocidad que triplica el crecimiento observado en los fondos de inversión tradicionales, según Oliver Wyman. De cara al futuro, la consultora augura un futuro halagüeño y estima que pueden llegar a representar una cuarta parte de los activos de fondos en 2027, frente al 17% de la cuota que contabilizan en el momento actual. 

Mostrar comentarios