Reapertura a medio gas

El sector inmobiliario y la desaceleración ponen en jaque el crecimiento de China

La empeoramiento de la confianza de los consumidores va acompañado de una menor inversión en viviendas, que se desploma más de un 7% hasta mayo, medio punto superior a las previsiones de los analistas. 

El sector inmobiliario y la desaceleración ponen en jaque el crecimiento de China
El sector inmobiliario y la desaceleración ponen en jaque el crecimiento de China. 
Pixabay

Después un fuerte repunte de la actividad en el primer trimestre de 2023, la recuperación de China ha pinchado en hueso desde ese momento. La debilidad del sentimiento ha tomado el relevo, liderada por el sector de la vivienda, que está lejos de estabilizarse. En consecuencia, el crecimiento de la actividad industrial se ha suavizado, mientras que la actividad de los servicios se ha mantenido, pero a un ritmo más lento. 

La incertidumbre sobre las perspectivas económicas y de empleo ha mermado la confianza de los hogares chinos, perjudicando el consumo y la inversión en vivienda. La relajación de la política monetaria ha sido marginal y probablemente ineficaz, dada la debilidad de la demanda. "Vemos más probable un modesto paquete de medidas de estímulo tras la reunión del Politburó de julio si el PIB del segundo trimestre decepciona. Sería positivo un mayor gasto del Gobierno central, así como nuevas reformas estructurales para mejorar el consumo de los hogares", según Mali Chivakul, economista de mercados emergentes en J. Safra Sarasin Sustainable AM.

El ritmo de la recuperación en China se ha ralentizado tras el fuerte repunte de los tres primeros meses del año. La debilidad de la confianza de los inversores y los consumidores se ha apoderado del país, mientras persiste la inquietud en torno al sector inmobiliario. Tras el impulso de las ventas y la construcción de viviendas a principios de año, ambas han vuelto a debilitarse desde abril. Además, la inversión inmobiliaria en el gigante asiático se redujo un 7,2% en los cinco primeros meses de 2023, peor que el descenso del 6,2% registrado en el periodo de enero a abril y mayor que las expectativas de los economistas que esperaban una caída del 6,7%. 

Parece que empieza a oler a chamuscado, teniendo en cuenta que las presiones deflacionarias aceleran con un último dato de IPC anualizado en el 0% y un índice de precios al productor en negativo (-5,4%). Dada su gran participación en la economía, la debilidad de la vivienda ha provocado un estancamiento de la recuperación de la producción industrial y los PMI manufactureros han sido moderados. 

La escasa confianza empresarial, especialmente en el sector privado, también significa que las expectativas de ingresos y empleo han caído desde sus máximos del primer trimestre. Aunque el repunte del sector servicios se ha mantenido, las tasas de crecimiento secuencial se han ralentizado. En esta línea, la encuesta de hogares del Banco Popular de China (PBoC) correspondiente al segundo trimestre es bastante reveladora. Tanto las expectativas de ingresos como las de empleo cayeron desde sus máximos de reapertura en el primer trimestre. Aunque las previsiones del segundo trimestre seguían siendo significativamente mejores que las de 2022, eran inferiores a las de 2021.

Chivakul asegura que los hogares esperan que el precio de la vivienda siga cayendo y, por lo tanto, han reducido su demanda de inversión en vivienda: "Dado que la inversión en vivienda representa la mayor parte de los activos de los hogares chinos, unos precios más bajos tendrían efectos negativos sobre la riqueza y perjudicarían el gasto de los consumidores", subraya. En este sentido, se habría producido cierta relajación de la política marginal para hacer frente a la debilidad del sentimiento. 

Los incentivos fiscales para la compra de vehículos eléctricos, por ejemplo, se han ampliado hasta finales de 2025 (la mitad de las subvenciones se concederán en 2026-27). "Es probable que la relajación de la política monetaria no sea eficaz, ya que la demanda de préstamos se redujo notablemente desde el repunte del primer trimestre (…) De hecho, el crecimiento del crédito se ha ralentizado tras el impulso de la emisión de deuda pública y la creación de préstamos bancarios en el primer trimestre", afirma el experto de la gestora.

El sector turístico se mantiene a flote

El único punto positivo sigue siendo el sector de los viajes y el turismo. Durante la última festividad (el Festival del Barco del Dragón en junio), los ingresos por turismo no fueron tan elevados como durante la festividad del Día del Trabajo en mayo, pero siguieron siendo muy superiores a los de 2022. La encuesta de hogares del PBoC también sugiere que los hogares prefieren aumentar su proporción de viajes en el consumo general. Los vuelos salientes han aumentado gradualmente, pero siguen estando muy por debajo de los niveles anteriores a la pandemia.

Para el segundo semestre, Chivakul prevé que el mercado de la vivienda siga débil, ya que el Gobierno dejará que se impongan las fuerzas estructurales. "El declive demográfico, la ralentización de la urbanización y el endeudamiento relativamente elevado de los hogares se traducen en una menor demanda de vivienda", cuenta. Al mismo tiempo, es probable que el Gobierno siga ajustando las políticas administrativas (restricciones a la compra de vivienda y otras restricciones) para garantizar que la ralentización no sea perturbadora y que la corrección de precios sea gradual. El contexto pende de la incertidumbre. 

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