Cae un 19% en el año

El imperio de Boeing en bolsa se tambalea: en el ojo del huracán por varios incidentes

La compañía se deja un 19% en lo que va de año, y cotiza un 52% por debajo de sus máximos de marzo de 2019, mientras las acciones de Airbus, su principal competidor, marcaron su nivel más alto en enero de 2024

Boeing
El imperio de Boeing en bolsa se tambalea en el ojo del huracán por varios incidentes.
Nerea de Bilbao (Infografía)

Soplan malos vientos contra Boeing. La compañía no logra levantar cabeza desde los accidentes mortales del 737 Max de 2018 y 2019. Este año parecía recuperarse, pero el incidente del Alaska Airlines del pasado 5 de enero -cuando una pieza de la puerta de emergencia se desprendió en pleno vuelo- volvió a tumbar los esfuerzos de la firma. Boeing se deja un 19% en bolsa en lo que va de año, un 15% tras el último incidente. Sus acciones cotizan un 52% por debajo de los máximos alcanzados en marzo de 2019. Desde 2018 ha perdio más de 76.000 millones de capitalización.

El termómetro de la gravedad de la situación fue la presentación de sus cuentas la semana pasada. En el ejercicio de 2023, Boeing registró unas pérdidas netas de 2.242 millones de dólares, mejorando los números rojos del año anterior, que alcanzaron los 5.053 millones de dólares. Sin embargo, la firma decidió abstenerse en dar previsiones para 2024. El consejero delegado, Dave Calhoun, hizo un mea culpa durante la reunión. “Nosotros hemos causado el problema. Aunque en esta época del año solemos actualizar nuestros objetivos financieros y operativos, ahora no es el momento para eso”, ha afirmado.

Boeing está cooperando con la Administración Federal de Aviación (FAA), para poder tomar las medidas necesarias para reforzar la calidad de las aeronaves 737 Max, a través de inspecciones adicionales en fábricas y en proyectos clave. Javier Cabrera, analista de XTB, explica que la compañía está muy centrada en el corto plazo para evitar a cualquier costa que se produzcan más fallos en sus aviones. Asimismo, pretende restablecer la confianza con los clientes y, también, con sus empleados. “Uno de los problemas recientes con los nuevos aviones es que no se informa a los pilotos de las nuevas modificaciones, lo que aumenta el riesgo en caso de que ocurra algún percance”, destaca Cabrera.

Si bien este accidente ha sido de mucha menor gravedad respecto a los anteriores, Boeing tendrá que luchar una vez más para recuperar su reputación marcada por demasiados fallos en los últimos años. Por ello, la compañía se enfrenta a un escenario muy incierto. Los analistas, de hecho, manifiestan sus dudas sobre las consecuencias de la investigación de la FAA, tanto por las cuentas de la empresa, como por el sentimiento de los inversores. 

El equipo de análisis de Deutsche Bank Research afirma que la duración de la investigación de la FAA marcará inevitablemente el ritmo de producción y entregas de las aeronaves 737 Max. Los analistas de la firma confiesan que ya habían asumido que la compañía estadounidense mantendría un ritmo de 38 aviones al mes hasta el tercer trimestre, frente a los 42 previstos por la empresa. No obstante, destacan que empiezan a surgir dudas entre los clientes sobre la capacidad de Boeing de mantener este nivel de producción, ante los esfuerzos para garantizar una mayor calidad de los velívolos.

Por este motivo consideran que las acciones de la compañía podrían sufrir cierta erosión por la incertidumbre alrededor de los controles que efectuará la FAA. Pese a reconocer que cualquier hallazgo negativo por parte de la auditoría podría llevar a un retraso significativo de las entregas y de la producción, consideran que el perfil riesgo/recompensa es atractivo. Por ello recomiendan comprar las acciones de la empresa y le otorgan un precio objetivo de 285 dólares, entre los más altos de las firmas de análisis.

Desde Goldman Sachs coinciden en la incertidumbre que rodea las previsiones de la compañía, pero destacan algunos factores a favor de Boeing. En primer lugar, por lo que se refiere al sector aeroespacial, observan que la oferta sigue considerablemente por debajo de una demanda muy sólida, que deja entrever posibilidades de crecimiento en la producción. De la misma forma, recuerdan que los vuelos globales aumentaron un 19% interanual en el cuarto trimestre de 2023, en comparación con el mismo periodo del año anterior. Además, ven cierta fortaleza en la división de los jets privados, donde también la demanda sigue superando la oferta. A la espera de las consideraciones de la FAA, los analistas de Goldman Sachs todavía prevén que Boeing podrá aumentar la tasa de producción de aeronaves en 2024. Por ello, le otorgan un precio objetivo de 268 dólares.

En cambio, JP Morgan no espera que Boeing pueda asumir un aumento de producción de 42 aviones al mes hasta el segundo semestre del año, y menos tras el accidente que ocurrió en enero. Sin embargo, destaca que la entrega por parte de la compañía de un Boeing 737 MAX 8 a la empresa China Southern Airlines representa un hito importante para la compañía, que considera al dragón rojo como un mercado estratégico. De esta manera, la firma pone fin a cuatro años de paralización de las entregas al gigante asiático, tras los accidentes que involucraron los aviones 737 Max. Ante este escenario, desde JP Morgan recomiendan sobreponderar las acciones de Boeing y le otorgan un precio objetivo de 270 dólares.

Desde Barclays, en cambio, se mantienen neutrales y recortan las previsiones de entregas para 2024, aunque las mantienen para 2025 puesto que esperan una normalización de la producción para entonces. Para Boeing han reducido su previsión de entregas del modelo Max en 2024 a 500, desde los 575 previstas anteriormente. Para 2025, en cambio, mantienen la previsión para 2025 en 600 aviones, con una tasa de producción promedio de 40 al mes. Los analistas de la firma le otorgan un precio objetivo de 235 dólares.

Competencia

Ante la incógnita de lo que comunicará la FAA sobre la revisión a los aviones de Boeing, las entregas futuras están en el aire. Por ello, los clientes han tomado medidas, dando por hecho que no recibirán ese modelo de avión este año, o eliminándolo de sus planes internos ante un escenario incierto, según Bloomberg. Mientras tanto, la competencia se hace más agresiva. Airbus, el principal competidor para Boeing, sube casi un 7% en bolsa desde el accidente, y el pasado 18 de enero ha marcado nuevos máximos históricos, hasta los 150.04 euros por acción.

Pese a los daños a la reputación de Boeing, Javier Cabrera, de XTB, destaca que se trata de una empresa dominante en un sector con poca competencia. “Está en un sector oligopolístico, en el que tan solo tres compañías tienen la capacidad para producir 50 o más aviones al mes, y estas son Airbus, Boeing y Comac (Commercial Aircraft Corporation of China)”, explica. Además, señala que está generando flujo de caja positivo y, hasta que sea capaz de hacerlo, tendrá un colchón para recuperar la confianza de sus clientes. Por ello, el experto prevé que en 2024 y 2025 la firma entre en la senda de los beneficios.

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