Los mercados financieros han subrayado en la agenda el próximo 3 de noviembre, día de las elecciones presidenciales en Estados Unidos y analistas y gestores prevén que hasta entonces -si es que el positivo de Donald Trump no afecta a la cita- la volatilidad será la tónica dominante en las bolsas. Los años en los que el inquilino de la Casa Blanca pelea por su reelección suelen ser positivos en general para los índices estadounidenses. De hecho, el S&P 500, el índice que engloba al medio millar de compañías de mayor tamaño que cotizan en la Bolsa de Nueva York, ha registrado una subida media del 11,3% cada vez que un presidente norteamericano se ha enfrentado de nuevo a las urnas. Ese buen comportamiento ha contagiado a otros grandes índices mundiales.
En el caso del Ibex 35, si se compara su desempeño histórico con el S&P 500, hasta 2011 se observaba una cierta similitud en sus tendencia. A partir de entonces, cuando España tuvo que hacer frente a la crisis de la deuda y la reestructuración de su sistema financiero y posterior rescate, la diferencia ha ido ampliándose. Es por ello que más que hablar del índice en general habría que hacerlo de las compañías que operan en Estados Unidos cuya cuenta de resultados depende en buena medida de ese país.
Trump estrenó su mandato en 2016 con la mayor rebaja fiscal en la historia de los Estados Unidos y disparó la inversión en infraestructuras, energías tradicionales y siderurgia para dinamizar la economía. Esa apuesta dio un impulso 'extra' al que ha sido el periodo alcista más largo en Wall Street y sirvió para colocar la tasa de paro en mínimos de los últimos 50 años. La crisis generada por la pandemia de coronavirus y el 'crash' registrado en lo mercados el pasado mes de marzo han puesto fin a esa década dorada. El desempleo llegó a escalar al 14,7% en abril y el PIB de la primera economía ha registrado su mayor hundimiento de la historia en el segundo trimestre, del 32,9% según los datos oficiales.
Una de las apuestas más claras de Trump fueron las energías fósiles y la industria del fracking. "Esto fue muy positivo para algunas compañías españolas con alta exposición al mercado estadounidense, como fue el caso de la petrolera Repsol, que desde enero de 2016 hasta diciembre de 2019 vio una revalorización en sus acciones del 140,73%", explica Sergio Ávila, analista de IG, en un informe que el bróker ha elaborado sobre los comicios norteamericanos.
El petróleo llegó a revalorizarse un 215%, desde los mínimos de enero hasta los máximos de octubre de 2018. La petrolera capitaneada por Josu Jon Imaz, que recibió el año pasado un 10% de su facturación de Estados Unidos, se ha visto muy penalizada por la pandemia del coronavirus y se vería afectada negativamente si Joe Biden se impusiera en las elecciones, puesto que su programa electoral apuesta decididamente por un impulso a las energías limpias.
Es lo contrario de lo que le sucedería a Iberdrola (un 30% de su negocio depende del país) y por extensión a Acciona y a Siemens Gamesa, podrían verse aupadas en un escenario de 'ola azul'. Sin embargo, si es Trump quien se hace de nuevo con el poder, los mercados esperan un nuevo impulso al sector de las infraestructuras, lo que podría suponer un espaldarazo para empresas como ACS o Ferrovial, con un 43 y un 25% de sus ingresos dependientes del país.
Grifols tiene antídoto... para cualquier resultado
Los analistas recuerdan que Biden también podría recuperar el plan de sanidad pública implantado durante su vicepresidencia con Obama. Esta posibilidad dispararía la demanda de productos farmacéuticos. Quien se la juega aquí es Grifols que es, de hecho, la compañía del selectivo español más expuesta a Estados Unidos (un 60% de sus ventas provienen de este país y Canadá). La tercera mayor empresa del mundo en el sector de hemoderivados ha constituido una red de 300 centros en EEUU y Alemania que le han permitido expandir y diversificar su acceso a plasma.
Actualmente lidera el desarrollo de una inmunoglobulina con anticuerpos específicos contra el virus SARS-CoV-2 a partir del plasma de personas que han superado la enfermedad. Este estudio cuenta con el aval de la FDA estadounidense y del NIAID, lo que le ha permitido iniciar sus ensayos clínicos en territorio norteamericano. Teniendo en cuenta su evolución en bolsa podría decirse que la biotecnológica tiene el antídoto también a una victoria de Trump, puesto que desde comienzos de su mandato y hasta su máximo histórico de febrero de este año sus títulos han avanzado un 117,6%.
Entre las compañías del Ibex 35 también tienen una presencia importante los dos grandes bancos, con un 10% del negocio de BBVA dependiente de ese país y un 7% del de Santander. Sin embargo y según señala Sergio Ávila, ambos "podrían verse perjudicados tras haber realizado adquisiciones en el país, gane quien gane, debido a la debilidad de la economía". Al margen de esto, es cierto que la posibilidad de que Biden dé marcha atrás en algunas de las medidas aprobadas por su rival podría afectar más negativamente al sector financiero.
El positivo de Trump por Covid, un extra de incertidumbre
En última instancia, el positivo de Donald Trump por coronavirus ha añadido un poco más de incertidumbre en los mercados. Stephanie Kelly, economista política de Aberdeen Standard Investments, compara con la situación vivida en Reino Unido cuando el primer ministro, Boris Johnson, anunció que había contraído la enfermedad. "No está claro cómo afectará a la carrera de Trump, dado que su base electoral más escéptica acerca de la Covid que otras", sostiene. La analista considera que en adelante "los debates se pondrán en duda, incluyendo el de los vicepresidentes la semana que viene dependiendo de si Pence ha sido expuesto o no" y remarca que "gran parte del impacto dependerá de los síntomas de Trump y de cómo reaccione su base".
