Las ensoñaciones de convertir la península ibérica en el punto de entrada del gas americano para exportarlo a Europa han quedado varadas a las primeras de cambio de la actual crisis. Los datos apuntan en otra dirección. Francia ha adelantado o a España como principal destino de los barcos metaneros con gas licuado (GNL) desde EEUU, según los datos de junio del Departamento de Energía (DoE). El sistema galo recibió 37.600 millones de pies cúbicos diarios (Bcf), frente a los 34.400 millones (Bcf) de Países Bajos y los 29.600 millones Bcf de España. Las cifras confirman el sorpasso francés en este primer semestre de 2022 pese a que la red española ha sido el destino preferente en Europa durante los últimos seis años.
Desde que comenzó el boom del 'fracking' al otro lado del Atlántico en 2016, España ha ha recibido el 7,5% de todo el gas licuado exportado por EEUU y hasta 279 metaneros. Estos volúmenes solo se ven superados en el acumulado por China (7,8%), Japón (9,7%) y Corea del Sur (13,3%). Reino Unido (6,1%) y Francia (5,9%) están por detrás en el ranking. Sin embargo, la crisis energética provocada por Rusia con la reducción y cortes de suministro intermitentes en sus gasoductos a Alemania y Europa del Este ha provocado el vuelco porque tanto franceses como holandeses están ayudando a completar las reservas de gas alemán de cara al próximo invierno. Además, un factor inesperado se ha unido a la ecuación para catapultar los envíos desde EEUU a Francia: el parón de las centrales nucleares por la ola de calor y sequía que asola este verano a toda Europa.
Según datos de enero a junio, Francia ha recibido el equivalente a 295.900 millones de pies cúbicos diarios (Bcf) frente a los 258.157 millones de España o los cerca de 230.000 millones de Reino Unido. El liderazgo francés y holandés en la descarga de gas GNL pone datos al reciente debate sobre si la península ibérica será el principal hub exportador de gas a Europa pese a la falta de producción propia de gas y, sobre todo, de interconexiones gasistas con el resto del Viejo Continente y, en especial, Alemania. La estadística de Washington contradice el relato impulsado desde Moncloa en esa dirección.
Actualmente, España exporta gas a Portugal, su socio en Mibgas, y Francia a través de la interconexión VIP Pirineos por Irún y Larrau, pero tiene pendiente concluir el gasoducto Midcat, que sigue varado sin cruzar la frontera en Girona y que apenas cuenta con prolongación en el lado francés. Otro de los proyectos que facilitaría esa capacidad exportadora a Europa sería en el despliegue de un tubo submarino directo con Italia, aunque este país ya cuenta con tres gasoductos desde el norte de África y también está desarrollando su capacidad regasificadora para el GNL.
Fuentes del sector energético explican a este diario que el impulso de la capacidad exportadora a través de gasoductos tendría sentido en caso de la apertura de yacimientos propios o para el transporte del gas subsahariano procedente de Nigeria y otros potenciales productores de la región. La reciente crisis con Argelia, que ha rebajado a la mitad el envío de gas a España desde 2021 tras el cierre del tubo de Magreb, ha dejado tocada la capacidad española para revender gas a Francia, que ha tenido que echar mano de su propia capacidad para la descarga y almacenamiento de GNL.
EEUU se ha convertido en el principal beneficiado de la guerra del gas al sustituir a Rusia y Argelia como proveedor preferente de Europa, el mayor importador del mundo de este combustible que se usa tanto para calefacción como para generar electricidad. Las cifras son mareantes, sobre todo, porque los estadounidenses envía más gas que nunca desde sus hubs en Louisiana (Sabine Pass, Cameron), Texas (Corpus Christi, Freeport), Maryland (Cove Point) y Elba (Georgia). “Desde finales del año pasado, los países de Europa han importado cada vez más GNL para compensar las menores importaciones de gasoductos de Rusia y para llenar los inventarios de almacenamiento de gas históricamente bajos”, señala el informe del DoE.
Las importaciones de GNL en la Unión Europea y Reino Unido aumentaron un 63% en la primera mitad de 2022. De hecho, la mayoría de las exportaciones de GNL de EEUU fueron a parar a los territorios europeos con el 64% del total. EEUU ya representa en 2022 el 47% de las importaciones totales de GNL de Europa, seguido de Qatar con el 15%, Rusia con el 14%. No obstante, este boom de envíos afrontan un freno a partir de junio debido a la interrupción de la actividad del hub de Freeport por un accidente. Por tanto, desde junio a septiembre, las exportaciones desde EEUU sufrirán un estancamiento o, incluso, un descenso como el 11% registrado en junio.
Mientras tanto, la cotización del gas en los principales mercados europeos se sitúa en máximos históricos. Rusia anunció la semana pasada que realizará una parada técnica de 3 días el 31 de agosto en su gasoducto Nord Stream 1 con lo que cortará por completo el flujo de gas a Alemania en plena cuesta de septiembre. El mercado está de los nervios. Así, el contrato de gas con entrega en un mes del TTF holandés, la referencia centroeuropea, cerró este lunes con un alza del 15%, hasta los 280 euros por MWh. La subasta en el español Mibgas también dibujó otro momento de alta tensión ya que el precio se fue hasta los 216 euros arrastrado por esta gran incertidumbre.
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