Banco Sabadell y BBVA entre ellos

SVB y Credit Suisse provocan pérdidas del 15% en casi una veintena de bancos

Reguero de pérdidas entre las entidades financieras europeas. En apenas cuatro sesiones, el sector europeo cede de media más de un 10%, pero el grupo de entidades más castigadas en muy significativo. 

Credit Suisse
La crisis de SVB y Credit Suisse provoca un roto del 12% en la banca de Europa. 
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La banca europea no termina de rematar en bolsa. Esta vez la puñalada ha venido desde casa. Los temores a una caída de Credit Suisse impiden a las entidades del Viejo Continente salir del infierno en el que llevan instaladas desde el pasado viernes. En los últimos cuatro días el sector se ha dejado más de un 13% en el mercado bursátil, provocando un reguero de pérdidas generalizado. En este sentido, 16 de ellas acumulan retrocesos superiores al 15% en dicho periodo, entre las que se cuelan dos firmas españolas como 'farolillo rojo': Banco Sabadell y BBVA

La entidad liderada por César González-Bueno pierde más de un 21% de valor en bolsa, lo que en la práctica se traduce más de 1.500 millones de valor en bolsa, cifra que se eleva hasta los 7.300 millones en el caso del banco con sede en la vela, que ya cede más de un 17% tras el batacazo de este miércoles. En el listado también figuran otros gigantes europeos como Société Générale (-19%), Commerzbank (-19%), ING (-17%) o BNP Paribas (-16,9%) o Deutsche Bank (-16,6%). Otros como Unicredit (-16%), Barclays (-15,4%) o el italiano Intesa Sapaolo (-11,3%) también sucumben al rojo. 

El mapa ha sido muy similar en la jornada de este miércoles, cuando el Stoxx Banks 600 se ha despeñado casi un 7% con Société Générale (-12%), Sabadell (-10,5%), BNP Paribas (-10%), ABN Amro (-9,91%) y BBVA (-9,6%), liderando el batacazo. Esto provoca que el índice se encuentre al borde de perder todas las ganancias acumuladas desde el arranque del año, cuyo viento ha sido muy favorable para el sector bancario hasta el terremoto con epicentro en California. 

Los mercados financieros se han olvidado por completo de la tregua del martes después de que el principal accionista de Credit Suisse -el Banco Nacional Saudí- descartase inyectar más oxígeno a la entidad con una ampliación de su inversión, que ya roza el 10% en el capital social del banco helvético. Las declaraciones han terminado por arrastrar en bolsa al segundo mayor banco de Suiza y uno de los veinte más grandes de Europa. 

Sus acciones han llegado a caer en la jornada de hoy más de un 24% y el precio de sus acciones se hunde al mínimo histórico de 1,69 francos suizos (alrededor de 1,73 euros). El batacazo en el cómputo de los últimos cuatro días asciende al 41%. Esta situación ha provocado un efecto contagio al otro coloso financiero suizo y su principal competidor: UBS, que se desploma un 8,5% en la bolsa de Zúrich. Posteriormente al cierre de mercado, el banco central suizo y la FINMA, el regulador helvético, han salido a la petición de Credit Suisse de mostrar su respaldo y ha defendido la solidez del sistema bancario suizo en general y en concreto el de Credit Suisse. También ha abierto la puerta a dotar de liquidez a la entidad en caso de ser necesario. 

En este contexto, los analistas hacen un llamamiento a la calma y recuerdan que la situación de Credit Suisse no es nueva, después de quintuplicar sus números rojos en 2022, hasta los 7.300 millones de euros. "La banca europea está más regulada y controlada que los bancos regionales de EEUU, por ejemplo, en la banca española la cartera de deuda pública, en su mayoría, está clasificada como bonos a coste de amortización, es decir, sin venta anticipada y por tanto sin influir contablemente hasta vencimiento y, por supuesto, no es su único activo en cartera, caso de SVB", comenta el director del Máster de Mercados Financieros y Gestión de Activos del IEB, Juan Abellán.

Después de otra jornada de pánico, la clave ahora radica en el movimiento que ejecutará el Banco Central Europeo (BCE) este jueves. Su hoja de ruta contempla una subida de los tipos de interés de 50 puntos básicos, con el objetivo de colocar la tasa de referencia en el 3,5%. Sin embargo, las dudas son mayores al otro lado del Atlántico, donde los inversores no tienen tan claro el camino que seguirá la Reserva Federal la próxima semana

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