Por encima del 5%

El coste de la deuda de EEUU cotiza al rojo vivo con la banca, Yellen y empleo

El rendimiento de la deuda del Tesoro americano a corto plazo se consolida por encima del 5% y roza máximos desde 2001, mientras que los bonos a largo plazo se mantienen en torno al 4%

Janet Yellen, secretaria del Tesoro.
Janet Yellen, secretaria del Tesoro.
Alex Wong vía Europa Press

Este viernes se publica el informe de empleo en EEUU de febrero, uno de los tres datos clave que ha señalado la Fed como desencadenantes de una reaceleración de las subidas de tipos el próximo 22 de marzo. También este viernes comparecen el presidente del Gobierno, Joe Biden, y la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, para defender el presupuesto de 6,8 billones de dólares para 2024 y a la vez iniciar la negociación entre demócratas y republicanos para elevar el techo de deuda. El plazo límite es este verano para evitar una suspensión de pagos en la deuda y el cierre de la Administración.

La conexión de la evolución de los mercados de deuda con la política monetaria de la Reserva Federal (Fed) de Jerome Powell sigue mostrando interferencias. Mientras el rendimiento (y el coste para el emisor) sigue al alza en los plazos más cortos, el interés del bono a 10 años del Tesoro a 10 años se mantiene todavía en la cercanía del 4% consolidando la curva invertida que alerta de una futura recesión, según la estadística.

Sin embargo, la última llamada del gobernador Powell antes de la reunión del próximo 21 y 22 de marzo ha marcado el terreno para un cambio de expectativas de los mercados. El rector de la Fed ha alertado una posible reaceleración de las subidas de tipos de interés después de que en febrero aminorase la marcha con un aumento de 25 puntos básicos, la mitad que los 50 pbs de diciembre y un tercio de los 75 pbs de noviembre. 

Lo que sí ha confirmado la voz más autorizada de la Fed es que el techo de tipos que se marcó en diciembre, en el 5-5,25%, será revisado al alza. Los analistas ha comenzado a apuntar hacia la barrera del 5,75-6% como el límite al que llegará el banco central en 2023, es decir, 100 puntos básicos por encima del nivel actual de las tasas oficiales. Powell advirtió, eso sí, que todo dependerá "tres o cuatro" datos clave que se conocerán este mes, entre ellos, el informe de empleo de este viernes y el IPC del próximo martes. 

Si los informes vuelven a sorprender al alza, los inversores tomarán nota de que la Fed puede ir más allá de lo esperado. Así se expresa Alexis Bienvenu, gestor de fondos de la gestora francesa La Financière de l’Echiquier: "Si los datos volvieran a depararnos sorpresas al alza, el mercado podría alarmarse ante el riesgo de un sobrecalentamiento de la economía y la inflación, lo que daría lugar a unas expectativas de subidas de tipos aún más fuertes".

El interés de la deuda a 6 meses y 12 meses, junto al bono a 2 años, han saltado esta semana la barrera del 5%, un nivel que no se veía desde 2007, pero en algunas de las curvas ya se avistan máximos desde 2001. Mientras tanto, el bono a 10 años, la referencia para los inversores, sigue sin poder sobrepasar la cota del 4% que alcanzó el pasado noviembre. ¿Qué está ocurriendo entonces en las pantallas de la renta fija?

"El testimonio de Powell de esta semana resultó ser otro de los grandes impulsores del mercado en el contexto del flujo constante de sorpresas de datos al alza en lo que va de 2023. La atención se centró en sus comentarios sobre la posibilidad de un tipo terminal más alto y un ritmo de subidas más rápido si los datos lo justificaban, confirmando de hecho que la Fed revisaría al alza su gráfico de puntos en la próxima reunión, tal y como se esperaba", apunta Orla Garvey, gestora de Federated Hermes.

"La respuesta agresiva de los banqueros centrales a los indicios de una inflación cada vez más rígida ha afectado a los mercados, que continúan elevando las expectativas de tasas. Pero se considera la medicina adecuada, ya que las expectativas de inflación basadas en el mercado siguen cayendo mientras que los activos de riesgo se mantienen bastante bien por ahora", señalan en una nota Antoine Bouvet y Benjamin Schroeder, de ING.

Con las cartas marcadas en la escena macroeconómica, los inversores asisten en las últimas horas a un deterioro de la liquidez por el ascenso de los tipos de interés y la respuesta cada vez más agresiva de la Fed y el BCE pese a que las subidas de tipos interanuales se mueven ya por encima de los 400 puntos básicos, algo inédito por en la relación velocidad-tiempo. Ni siquiera Paul Volcker, el domador de la inflación en los años 80, tuvo que mover los tipos a la velocidad que lo está haciendo su alumno Powell.

Los expertos solamente ven un factor que puede dar al traste con la hoja de ruta de mayores subidas de tipos de aquí a verano, y es el estallido de algún evento de liquidez o crisis que obligue al banco central a pausar los movimientos. El colapso del banco SVB Financial en California este jueves -se desplomó un 60% en bolsa- puede representar ese tipo de eventos, explican fuentes del sector. De nuevo, el debate sobre si el remedio de los tipos para frenar la inflación es peor que la enfermedad entra en escena.

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