Fusiones a la vista

La concentración bancaria se acelera en EEUU al son de más tensión en el crédito

Los bancos más grandes comienzan a imponer sus mayores fortalezas de capital a la hora de conceder préstamos, atraer clientes y también talento humano desde las entidades más pequeñas.

Sede de la FDIC, el supervisor y fondo de garantía bancario de EEUU.
Sede de la FDIC, el supervisor y fondo de garantía bancario de EEUU.
FDIC vía La Información

La crisis bancaria en Estados Unidos ha generado estragos e inquietud para los inversores en los últimos meses. ¿Son estas caídas oportunidades incluso de las entidades más grandes para hacerse todavía de mayor tamaño? Aunque las turbulencias recientes en torno a los bancos regionales estadounidenses y Credit Suisse proyectaron brevemente una sombra sobre nuestro sesgo favorable al sector, los catalizadores de los impactos fueron muy específicos: una gestión inadecuada de entidades individuales, no un fallo del conjunto del sistema bancario.

La posibilidad de que los acontecimientos recientes en Estados Unidos se contagien al conjunto del sector bancario es pequeña. En opinión de Fidelity International, estos sucesos ya han comenzado a beneficiar a los campeones nacionales de la banca. “Muchos grandes bancos comerciales estadounidenses han registrado un aumento de los depósitos desde la crisis de los bancos regionales en marzo, mientras que el resultado neto de los seis grandes bancos estadounidenses aumentó considerablemente después de este episodio de tensiones”, exponen.

La menor competencia debería beneficiar a estas entidades a partir de ahora y, a este respecto, algunos de los bancos más grandes también han comenzado a aprovechar la debacle de los bancos regionales contratando activamente a empleados que ocupan puestos de responsabilidad.

La concentración bancaria está en el ojo del huracán. Janet Yellen, secretaria del Tesoro de Estados Unidos, ha asegurado en varias ocasiones en lo que va de 2023 que las dinámicas deberían seguir hacia las fusiones y adquisiciones: “Este podría ser un entorno en el que vamos a ver más fusiones, y ya sabe, eso es algo a lo que creo que los reguladores estarán abiertos, si se produce”.

Los bancos con importancia sistémica mundial van a beneficiarse aún más del hecho de encontrarse en un punto de partida muy sólido antes de la caída de los bancos regionales, merced a unos activos adecuadamente diversificados y unos niveles de capitalización muy elevados comparados con las entidades bancarias más pequeñas, que históricamente han estado menos reguladas. JP Morgan, como cabía esperar, aprovechó la oportunidad para adquirir First Republic.

Riesgos para las perspectivas

Existen riesgos en el horizonte, principalmente la oferta futura de títulos de los bancos. El efecto combinado del cierre del mercado de nuevas emisiones a comienzos de año y la adquisición de la base de depósitos de los bancos regionales quebrados por parte de muchos grandes bancos ha hecho que muchas entidades vayan retrasadas en su plan de emisiones para 2023.

Así, probablemente veamos cómo los grandes bancos emiten nueva deuda durante los próximos meses, lo que podría lastrar los diferenciales del sector financiero. “En nuestra opinión, se trata de un riesgo adecuadamente identificado que se compensa con creces con el atractivo de las valoraciones”, aseguran desde Fidelity.

Según recogían los expertos de Atlantic Capital en una nota reciente, para los bancos regionales que quedan en Estados Unidos, también es probable que veamos más emisiones a medida que los reguladores “impongan normas de concesión de préstamos más estrictas y exigencias en materia de requisitos de capital”. No obstante, en su opinión, estamos viendo “una diferenciación clara entre los bancos regionales más sólidos y más endebles”.

Aunque muchos de los títulos más débiles cotizan con grandes descuentos, los “megabancos regionales” más fuertes y de mayor calidad, como US Bancorp, PNC Financial Services Group y Truist Financial Corporation, son lo suficientemente atractivos para su nivel de riesgo, lo que “podría ofrecer oportunidades para aumentar la exposición”, concretan estos expertos.

La banca europea

A pesar del ciclo de fuertes subidas de tipos del Banco Central Europeo en 2022, las entidades del Viejo Continente se han visto escasamente presionadas para incrementar los tipos de los depósitos este año, lo que hace que la beta de sus depósitos sea muy baja comparada con otras regiones.

Ello se debe en gran medida a la naturaleza del sistema bancario europeo, que tiene más de oligopolio que otras regiones. La concentración mucho mayor de negocios en un puñado de bancos provoca que los clientes dispongan de menos opciones para mover los depósitos y que los bancos sientan menos presión para elevar la remuneración.

Así pues, los bancos europeos han presentado unos beneficios récord en lo que llevamos de 2023 y el regulador europeo ha aprobado el pago de dividendos y la recompra de acciones en la banca, tras prohibir estas medidas en pandemia. 

"Eso envía un mensaje muy positivo sobre la salud del sistema bancario europeo y, en general, gracias a la experiencia de la región con las crisis bancarias anteriores, pensamos que las entidades europeas van por delante de la regulación y son especialmente atractivas desde la perspectiva del riesgo y la recompensa”, relatan desde Jefferies en un reciente informe.

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