Alcanza el límite de deuda

Cómo evitar el 'default' de EEUU: los trucos de Yellen para maquillar deuda

La secretaria del Tesoro ha puesto en marcha una serie de medidas que permitirán a la Administración Biden seguir funcionando hasta verano sin tener que impagar a funcionarios, militares o inversores.

Janet Yellen, en una videoconferencia con la vicepresidenta Calviño.
Janet Yellen, en una videoconferencia con la vicepresidenta Calviño.
Mineco vía Europa Press

Estados Unidos ha llegado a su límite de deuda pública... otra vez. Hasta en 89 ocasiones ha ocurrido anteriormente y siempre lo ha solucionado de la misma manera: legislando para establecer otro techo más alto que los 31,4 billones de dólares. Pero mientras demócratas y republicanos se preparan para batallar por esta cuestión, la cuenta atrás para la suspensión de pagos (default) del país se ha activado y podría ocurrir en verano, según la Oficina de Presupuestos del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés). 

La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, ha comenzado a desplegar algunas contramedidas para evitar que la Administración se quede sin liquidez a la hora de pagar los intereses a los inversores que son acreedores de la deuda federal, a los militares de su vasto ejercito o los millones de funcionarios que conforman la administración estadounidense con agencias de renombre internacional como el FBI o la CIA. Para dar tiempo a que los legisladores establezcan medidas definitivas, el Departamento del Tesoro capitaneado por Yellne ha comenzado a considerar varias opciones para evitar un 'default' en el que pueda llegar a impagar sus obligaciones financieras.

Una de las medidas extraordinarias que ha considerado el Departamento del Tesoro es la suspensión de las aportaciones al Fondo G del Thrift Savings Plan, un fondo de ahorro para los empleados federales, que cuenta con activos valorados en 169.000 millones de dólares que reinvierten de forma diaria en ventanas de liquidez a un día. También podría paralizar las inversiones del Fondo de Estabilización del tipo de cambio, que contaba con 17.000 millones también de reinversión diaria a finales de enero de 2023.

Otra medida a disposición de Yellen es la suspensión de la emisión de nuevos valores o deuda para el Fondo de Jubilación y Discapacidad del Servicio Civil (CSRDF) y el Fondo de Beneficios de Salud para Jubilados del Servicio Postal (PSRHBF). Estos fondos consumen unos 4.000 millones al mes en nueva deuda y si se congela el pago de intereses de los valores asociados, el Tesoro podría generar 12.000 millones extra de liquidez hasta verano. La CBO estima que los reembolsos y canjes de deuda entre estos fondos puede abrir un colchón de otros 18.000 a 20.000 millones de dólares.

El límite legal es no sobrepasar los 31,5 billones de dólares, una cifra que multiplica por más de 20 veces la deuda pública de España, aunque su capacidad de repago también es superior. EEUU cuenta con un PIB al cierre del cuarto trimestre de 2022 que supera los 26 billones de dólares. El techo de endeudamiento es un mecanismo establecido para evitar que los gobiernos de turno en Washington mantengan el equilibrio de las cuentas públicas, sin embargo, tanto las presidencias demócratas como republicanas se lo han terminado saltando, llegando varias veces al límite del default.

Yellen también cuenta con la posibilidad de refinanciar deuda para poder afrontar este trance. Sin embargo, el ciclo de tipos de interés al alza en la Reserva Federal (Fed) ha provocado que la posibilidad de emitir nueva deuda para bajar el coste de la actual sea inviable. No haría sino empeorar la situación, según los expertos. La jefa del Tesoro sí tiene la posibilidad en cualquier caso de realizar emisiones de bonos a más largo plazo para obtener liquidez a corto o, incluso, realizar venta de valores con pagos de cupones a vencimiento con lo que podría ahorrar intereses ahora y pagarlos a futuro. La clave es que no superar el límite de 31,4 billones.

En diciembre de 2021, EEUU elevó su techo de deuda en 2,5 billones de dólares hasta ese nivel pero mientras duró el periodo de incertidumbre, la repercusión en los mercados fue irrelevante. Tampoco tuvo efectos negativos sobre Wall Street en las tres suspensiones del techo de deuda durante el mandato de Donald Trump. En marzo y septiembre de 2017 firmó la suspensión del límite de deuda y lo volvió a hacer en agosto de 2019 con un periodo de gracia hasta 2021 que coincidió con la pandemia de 2020. Pasará a la historia como el presidente que más endeudó a la Casa Blanca con un aumento del 38%, de 19,8 a 27,7 billones de dólares, en solo cuatro años.

En 2011, durante la presidente de Barack Obama, los mercados sí vivieron el temor a una suspensión de pagos de EEUU con fuertes caídas en las bolsas, aunque el arco temporal coincidió con el telón de fondo de la crisis de deuda europea que llevó a la intervención de Irlanda, Grecia, Portugal y al rescate bancario en España al año siguiente. El S&P llegó a caer más del 15% mientras el pulso legislativo para elevar el techo de deuda estuvo activo.

En 2023, tanto las bolsas como los bonos viven un periodo de bonanza que comenzó en octubre y que se está extendiendo hasta mediados de febrero. Sin embargo, las rentabilidades de la deuda pública están virando al alza desde que la Reserva Federal anunció el 1 de febrero su intención de seguir subiendo los tipos de interés en las próximas reuniones y al calor de la fortaleza de los datos de inflación y empleo en EEUU. Yellen notificó que se había superado el techo de deuda el pasado 19 de enero sin reacción de los inversores. En cambio, el aviso de la CBO este miércoles 15 de febrero sí ha hecho sonar algunas alarmas. El interés de las letras del Tesoro a 6 y 12 meses ha escalado por encima del 5%, mientras el del bono a 10 años está marcado cotiza en máximos desde noviembre cerca del 3,9%.

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