Las acciones del gigante aeronáutico estadounidense Boeing se desploman en bolsa este lunes después de la nueva crisis desatada sobre la fiabilidad de sus aviones comerciales, después del grave incidente registrado el pasado viernes en una de sus aeronaves cuando se desprendió un panel en la cabina de pasajeros en pleno vuelo.
En concreto, los títulos de la compañía que cotizan en la Bolsa de Fráncfort en euros están cayendo hasta un 7% hoy después de que la Administración Federal de Aviación de EEUU (FAA) haya ordenado la suspensión temporal de algunos aviones Boeing 737 MAX 9 equipados con ese panel como el que se rompió el pasado viernes. Su cotización en la preapertura de Wall Street se derrumba un 8,4%.
Las acciones del fabricante rival Airbus están subiendo un 2% en la Bolsa de París. Boeing compite con el grupo con sede en Francia, que está ampliando su participación en el mercado desde los dos accidentes de aviones de clase MAX de Boeing en 2018 y 2019, que causaron la muerte de casi 350 personas y llevaron a la suspensión mundial del MAX durante 20 meses.
Una crisis de fiabilidad que viene de lejos
La crisis de fiabilidad de los Boeing viene de lejos. Después de dos accidentes mortales en los últimos años, el serio percance ocurrido en la noche del 5 de enero, cuando un panel con forma de puerta se desprendió mientras un Boeing 737 Max 9 de Alaska Airlines despegaba de Portland, ha puesto en alerta otra vez a las autoridades. Los reguladores ordenaron dejar en tierra 171 de esa variante al menos de 24 horas después del incidente, incluida toda la flota de 737 Max 9 en EEUU.
Una parte del fuselaje del avión se desprendió durante el vuelo de una aeronave completamente nueva, dejando a los pasajeros aterrorizados con un enorme agujero en la cabina a 4.900 metros de altura hasta que regresaron al aeropuerto. En pocos meses, Boeing ha registrado una serie de problemas de calidad que ponen en riesgo la confianza en el principal exportador de EEUU, especialmente en su aeronave 737 Max, vital para la estrategia de la empresa.
This was the scene inside the Alaska Airlines plane that made an emergency landing in Portland, Oregon, on Friday after losing a chunk of its body. Regulators have ordered U.S. airlines to stop using some Boeing 737 Max 9 planes until they are inspected. https://t.co/pWcGzL0uMF pic.twitter.com/vdDgAyA2EF
— The New York Times (@nytimes) January 6, 2024
El 737-Max, en cuarentena a nivel mundial
Los investigadores examinan ahora el proceso de fabricación de Boeing para el 737 Max 9 mientras investiga lo que pudo haber provocado la explosión del panel. De particular interés son los componentes alrededor de la apertura de la puerta, así como la despresurización. Spirit, un proveedor de Boeing con sede en Wichita, Kansas, construye aproximadamente el 70% del fuselaje del 737, que se envían en tren a la fábrica de Boeing en Renton para el ensamblaje de alas, colas e interiores.
Según informa Bloomberg, Spirit ha tenido problemas con problemas de calidad, alta rotación de trabajadores, conflictos laborales y estrés financiero que requirió la recepción de ayudas públicas por la pandemia de Covid y la suspensión del Max en 2019. El susto ahora con el vuelo de Alaska Air ha llevado a los reguladores estadounidenses a ordenar inspecciones de emergencia para unos 171 modelos Max 9 de Boeing en todo el mundo.
Una de las consecuencias del incidente de Alaska Airlines puede ser un aumento más lento del ritmo de fabricación del 737 de lo que Boeing había planeado para el año. El fabricante de aviones enfrenta una enorme presión para volver a las tasas de producción de 2019 en un momento en que los clientes están ansiosos por recibir las últimas aeronaves y los inversores esperan un aumento en la producción. Antes del incidente, los analistas habían previsto que Boeing entregaría alrededor de 580 aviones de la serie 737 este año, según datos recopilados por Bloomberg.
