Decepción de Moody's

Accionistas, bonistas y analistas pierden la fe en Grifols por falta de transparencia

El informe de la agencia de rating contradice su opinión del pasado 4 de enero, antes del informe Gotham, cuando se mostraba positiva con la compañía ante su futuro financiero tras las venta de la china Shanghái Raas.

Sede de Grifols en Barcelona
Sede de Grifols en Barcelona
CONTACTO vía Europa Press

Grifols cerró 2023 dando la campanada. El anuncio de desinversión 'in extremis' en Shangai Raas por 1.600 millones de euros -en la que había entrado solo cuatro años antes- parecía dar carpetazo a la incertidumbre sobre su situación financiera. Incluso la agencia Moody' felicitó la decisión de la cúpula directiva de la empresa el 4 de enero porque era una noticia "positiva para su perfil de crédito". Solo cinco días después, el informe Gotham puso sobre una serie de preguntas incómodas que dejaron extendieron la sombra la duda. 

La farmacéutica logró en esos primeros días de crisis el respaldo casi unánime de los brókeres y bancos de inversión que siguen la acción. Dos meses después, media docena de analistas han cambiado de opinión y Moody's ha puesto en cuarentena su rating, el pasaporte de acceso a los mercados de deuda en un momento crítico en el que Grifols se disponía a refinanciar pasivos por valor de casi 3.000 millones, tanto bonos como líneas de crédito bancarias, que vencen a lo largo de 2025.

La reestructuración de la primera línea de mando con la salida de Raimon Grifols Roura y Víctor Grifols Deu, o el abandono de las funciones ejecutivas de Thomas Glanzmann a partir de 2025 han dado en parte la razón a los dardos que lanzó Gotham sobre la gobernanza corporativa del grupo. La financiación de Grifols a su accionista Scranton Enterprises, las transacciones cruzadas con esa sociedad, la debilidad de los resultados financieros sin auditar que presentó el jueves y las confusas previsiones para 2024 que tuvo que aclarar el viernes se han convertido en la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de analistas, bonistas y accionistas.

Al desplome de la cotización de las acciones (-40% desde que presentó sus cuentas) ha comenzado a seguirle la de los bonos, que habían permanecido ajenos pese a la crisis. La caída su precio ha sido la mayor en más de tres años en la cotización de alguno de ellos. Grifols tiene emitidas cinco series con vencimientos entre 2025 y 2028 por un importe de 4.500 millones de euros, que pagan cupones del 1,62% al 4,75% y cuyo coste en forma de intereses se estima en 150 millones de euros anuales. Pero es deuda de la era de tipos cero que en el escenario actual verá elevado su coste de forma drástica, según explican fuentes financieras.

Consciente de la atención que suscitaba la presentación, el director financiero de Grifols, Alfredo Arroyo, pronosticó que el flujo de caja libre (FCF) de la empresa alcanzará los 500 millones de euros en 2024, sin embargo, la cifra generó confusión entre los analistas que participaron en la conferencia vetada a las preguntas de la prensa. Varios repitieron la misma pregunta sobre esa métrica. La compañía tuvo que aclararla al día siguiente subrayando que, contando con impactos extraordinarios, el flujo de caja se reduciría a apenas 5 millones este año.

Álvaro Lenze, analista de Alantra, dijo que no pudo entender la guía de flujo de efectivo libre de la empresa, agregando que sus explicaciones le dejaron más preguntas de las que tenía inicialmente, según un informe citado por Bloomberg, que tiempo que señaló "falta de comunicación y transparencia" y advirtió que "podría haber problemas ocultos adicionales, lo que nos llevaría a perder confianza". Juan Ros (Oddo), Álvaro Aríztegui (Renta 4), Pablo de Rentería (Kepler), Fernando Gil (Bestinver) han recortado a 'vender' o 'neutral' desde 'comprar' la recomendación a sus clientes sobre Grifols después de ver sus cuentas.

Los bonistas también han comenzado a vender. Blackrock posee cerca de 200 millones de euros de la deuda de la compañía a través de algunos de sus fondos. Octagon (188 millones), JPMorgan (98 millones), Nordea (90 millones ) y Allianz (80 millones) están en la lista de principales acreedores de los bonos. Santander, Caixabank, BBVA o Bank of America se encuentran entre las entidades con mayor exposición a la deuda bancaria que arrastra la farmacéutica. En total, los pasivos ascienden por encima de los 11.000 millones de euros, aunque si se descuenta la liquidez disponible y los arrendamientos (NIIF 16), la cifra se reduce a 9.420 millones.

Durante los últimos, los movimientos en las acciones han constatado el regreso de los 'hedge funds' bajistas como Millenium Capital (-0,62% del capital), Qube Research & Technology (-1,57%) y el regreso del gigante Ako Capital (-0,62%), que llevaba más de un año apostando a la baja contra Grifols antes de que llegase Gotham. También se han producido nuevas ventas de acciones de los fondos de Capital Group, el que fuera mayor accionista financiero no vinculado a la familia Grifols, pero también se ha producido un descenso de la posición del Santander, que tenía alrededor del 4% de las acciones de clase B que tiene emitidas Grifols.

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