Si quieres dirigir una empresa de éxito, contrata a más mujeres

  • La periodista Emily Chang vincula los buenos resultados empresariales con la inclusión de mujeres, al contrario de lo que dicta Silicon Valley.
Julia Hartz / JD Lasica
Julia Hartz / JD Lasica

Amanda [nombre ficticio] trabaja en un bufete especializado en inmigración de Madrid. Es una de la decena de empleadas que se encarga de tratar a diario con embajadas, oficinas de extranjería, de Hacienda y de la Seguridad Social para lograr permisos de residencia o de trabajo para sus clientes, unas tareas que requieren de un talante diplomático que su jefa sólo aprecia en las mujeres. Por eso, cuando abre una vacante, le pide a la secretaria que quite del montón de currículums los de los hombres. Entre otras cosas, para no perder esa eficiencia, ni romper la cohesión del grupo.

Una empresa con el 100% del personal femenino suena tan extraña como una empresa sin una sola mujer. La diferencia estriba en que la primera es un caso residual, mientras que la segunda ha abundado hasta hace bien poco -excepto con algún puesto específico reservado para mujeres, como el de secretaria- y que en muchos sectores como el tecnológico sigue siendo una realidad. Y, precisamente para acabar con esta barrera fijada en el ideario heteropatriarcal, la periodista Emily Chang ofrece en un artículo publicado en Inc. una serie de razones por la que contratar a más mujeres puede ser lo más rentable para tu empresa.

La escasa presencia femenina en Silicon Valley

En su libro Brotopia: Rompiendo con el club de los chicos de Silicon Valley, Chang expone la ausencia de mujeres en el sector tecnológico y sus causas sociológicas. “Silicon Valley siempre ha celebrado el fracaso, alentando a los fundadores a apuntar a lo grande y errar rápido, levantarse y volver a intentarlo. En ese espíritu, hay un gran fallo que no aparece en la lista: Silicon Valley ha fallado a las mujeres y ya es hora de que la industria se dé cuenta”, explica, al tiempo que recuerda que la ausencia de paridad en puestos directivos provocará que “tardemos una generación en llegar al 50-50 %. Y eso es inaceptable”.

La periodista Emily Chang, durante uno de sus programas en Bloomberg.
La periodista Emily Chang, durante uno de sus programas en Bloomberg.

Porque “las mujeres no sólo representan la mitad de la población, sino que manejan del 70 al 80 % de las compras de los consumidores. Teniendo sólo en cuenta las ganancias, las mujeres no deberían ser excluidas del proceso de imaginar y crear nuevos productos”, sostiene Chang. “Hay pocos empresarios que se percatan de esta oportunidad. Todo el mundo está buscando una ventaja competitiva y sólo algunos líderes tecnológicos se han dado cuenta de que hay una abundancia de talento y de ideas valiosas en un segmento poblacional que, en las últimas tres décadas, ha estado sin explotar. Y, viendo sus negocios inclusivos y filosofías empresariales, podemos hacernos una idea del potencial beneficio que suponen”, argumenta.

Una cultura paritaria atrae a más mujeres con talento

El problema es que, según los cálculos de Chang, el 90 % de la industria tecnológica está monopolizada por hombres. De hecho, el acceso de mujeres a puestos de dirección sigue siendo quimérico. Por eso, considera que “tener a mujeres al mando atraerá de forma natural a más mujeres [al sector]. Julia Hartz, cofundadora y CEO de Eventbrite, asegura que el balance por género en la compañía es de 50-50% y que, quizás, esto se ha logrado como resultado de tener modelos femeninos fuertes en la cúspide”, explica.

“Esos empresarios están intentado crear productos que puedan ser utilizados cualquiera, sin necesidad de ser un experto en informática. Contratando sólo al estereotípico 'friki' informático que IBM y otras empresas modelaban en los 60 y principios de los 70 (aquellos a los que “no le gusta la gente” y “odian las actividades que incluyen interacciones personales”), sería un desastre para este tipo de emprendedores”. Un defecto que Chang sí liga al género (masculino): “Lo que esas compañías necesitan es a trabajadores con conocimientos técnicos y con una profunda empatía hacia el comportamiento de los demás, sus interacciones y preferencias. Para que estas nuevas tecnológicas lleguen a su máximo potencial, simplemente deben ser creadas por equipos con distintos puntos de vista”.

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