Realidad virtual

¿Qué fue del metaverso? Seis razones de su fracaso en las empresas

Plataformas como Meta iban a suponer un auténtico cambio de paradigma en los negocios; hoy en día, las empresas parecen más interesadas en explotar la IA que en la realidad virtual o aumentada.

¿Qué fue del metaverso? Seis razones de su fracaso en las empresas
¿Qué fue del metaverso? Seis razones de su fracaso en las empresas
Pixabay

El metaverso, esa ambiciosa recreación digital de la realidad en la que íbamos a trabajar, socializar y hasta crear economías propias, parecía la siguiente frontera inevitable en la evolución de internet. Incluso los mercados soñaban con un futuro en realidad virtual y aumentada. Sin embargo, el ‘hype’ parece haber ido desapareciendo en los últimos meses, curiosamente a raíz de la irrupción de la inteligencia artificial generativa.

La narrativa corporativa liderada por empresas como Meta (anteriormente Facebook), auguraba una nueva era donde las marcas y los usuarios se sumergirían en un cosmos digital interconectado. Sin embargo, en un momento en el que el 68% de los estadounidenses manifiesta no tener interés en la visión 'Meta' de Zuckerberg y el 85% de la Generación Z se muestra indiferente a la presencia empresarial en el metaverso, cabe preguntarse: ¿qué ha frenado este supuesto futuro inevitable?

La falta de descentralización del metaverso

Uno de los elementos cruciales del metaverso es su naturaleza comunitaria y descentralizada, un ecosistema en el que cada usuario tenga un sentido de propiedad y agencia. Pero la realidad dista mucho de esta visión: la mayoría de los metaversos actuales son juegos multijugador controlados por equipos centralizados. No hay descentralización real, lo que conlleva una desconfianza inherente en estas plataformas.

Interfaces del metaverso son poco amigables

Si el metaverso pretende extenderse más allá de la comunidad gamer, necesita ser accesible. Según diversos estudios, un alto porcentaje de usuarios abandonan una plataforma si encuentran su interfaz compleja o poco intuitiva. Muchos metaversos actuales requieren la instalación de software personalizado, una barrera de entrada que puede disuadir a muchos usuarios potenciales.

Falta de economías estables en el mundo virtual

Desarrollar una economía virtual sólida y duradera es una tarea complicada. Según Bloomberg Intelligence, el mercado del metaverso podría alcanzar los 800.000 millones de dólares para 2024. Sin embargo, a día de hoy, la falta de un modelo económico sólido hace que las empresas tengan dificultades para encontrar un retorno de la inversión en este entorno.

Desconfianza hacia los NFTs

Más de dos tercios de los usuarios muestran su disgusto por la inclusión de NFTs en sus universos virtuales. Esta desconfianza también se extiende al mundo empresarial, considerando que los NFTs parecen más una táctica de monetización que una auténtica forma de otorgar propiedad digital.

Falta de interoperabilidad en el metaverso

Para que el metaverso sea verdaderamente revolucionario, debe permitir una interoperabilidad completa entre diferentes mundos y plataformas. Actualmente, eso es más una ambición que una realidad, lo que frena la adopción masiva y hace que las inversiones empresariales conlleven más riesgos.

Cuestiones éticas y legales del metaverso

Las implicaciones legales de un entorno que aún no está regulado plantean problemas que van desde el cumplimiento del GDPR hasta las transacciones monetarias en un terreno virtual. Esto hace que las empresas se lo piensen dos veces antes de sumergirse de lleno en el metaverso.

¿Tiene el metaverso una revolución pendiente?

A pesar de todo lo anterior, el metaverso sigue teniendo el potencial de cambiar paradigmas, desde la economía hasta la industria del turismo. Pero a menos que se aborden estos desafíos críticos, el metaverso seguirá siendo una utopía digital a la que solo acceden unos pocos elegidos. Y en un escenario donde las empresas ya están explorando cómo la tecnología blockchain podría descentralizar el control de estas plataformas o cómo se podrían mejorar experiencias de cliente mediante la realidad virtual, se hace imperativo corregir el rumbo.

El metaverso puede ser el futuro, pero solo si supera su presente lleno de limitaciones y desafíos. De lo contrario, corre el riesgo de convertirse en un espejismo digital que desaparecerá en la vastedad de promesas tecnológicas incumplidas. Otro hype más que caerá en el olvido.

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