En Nueva York

El joven paseador de perros que llega a ganar más de 122.000 euros al año

Stewart empezó a ofrecer sus servicios en el año 2002. Ahora se dedica al negocio a tiempo completo, si bien declara que trabaja 36 horas semanales, con un precio estimado de 60 dólares por hora de trabajo.

El joven paseador de perros que llega a ganar más de 122.000 euros al año
El joven paseador de perros que llega a ganar más de 122.000 euros al año
©[Erik Mclean]

Hay personas que creen que los profesionales deben escoger entre un trabajo de ensueño y un buen salario, pensando que es imposible vivir haciendo lo que más les gusta con unos ingresos regulares que garanticen que sus necesidades y caprichos están cubiertos. Ryan Stewart, que vive en Nueva York, opina lo contrario: tiene un trabajo a tiempo completo paseando a perros que le reporta más de 100.000 dólares anuales.

"Sin un título universitario, me las he arreglado para ganar seis cifras al año haciendo algo que adoro", afirma Stewart en una entrevista a CNBC. "Ya ni pienso en los perros como algo que amo, sino que son una extensión de mí mismo".

Stewart empezó a ofrecer sus servicios como paseador de perros en el año 2002 como una manera de ganar algún dinero extra mientras buscaba el éxito como bailarín. Ahora se dedica al negocio a tiempo completo, si bien declara que trabaja 36 horas semanales a lo largo de seis días, con un precio estimado de 60 dólares por hora de trabajo, aproximadamente 20 dólares por cada perro que incorpora a su grupo.

Claves para lograr este empleo

Una de las claves que comparte Stewart es que solo ha llegado al punto en el que está después de dos décadas de trabajo, tiempo que ha aprovechado construyendo relaciones profesionales y su reputación, aprendiendo sobre su oficio, tomando encargos de todo tipo. No siempre fue tan selectivo como ahora, que responde afirmativamente a un 10% de dueños de perro que le envían mensajes.

También reflexiona sobre los aspectos negativos del trabajo, como la falta de seguro y vacaciones. Algunos perros han presentado desafíos, dice, pero los peores vienen de parte de los dueños, algunos de los cuales insisten en contactarle mientras está paseando a los perros para vigilarlo, una actitud que se extiende a las cámaras y rastreadores.

Pero lo más importante es lo que ha aprendido en el camino sobre cómo ser el mejor paseador de perros posible, con técnicas y rutinas que le han ganado la confianza de sus clientes. Siempre usa correas en vez de arneses y a veces considera que es mejor dejar sueltos a alguno de los perros más obedientes. Algunos errores le han costado dinero (y clientes), pero la pandemia ha sido una bendición para Stewart, que ha visto como su negocio se multiplicaba a la vez que la gente pasaba más tiempo en casa que en la calle.

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