Esta 'start-up' quiere eliminar pesticidas cambiando la microbiota de las plantas

  • Indigo busca crear un sistema microbiano para las plantas, similar al que habita en los seres humanos, como mecanismo de defensa ante las plagas.
Investigadores de Indigo revisan una de sus plantaciones / Indigo
Investigadores de Indigo revisan una de sus plantaciones / Indigo
Investigadores de Indigo revisan una de sus plantaciones / Indigo
Investigadores de Indigo revisan una de sus plantaciones / Indigo

Uno de los grandes males a los que se enfrenta el planeta en la actualidad es el uso de pesticidas en la agricultura. Aunque en Occidente apenas vemos sus efectos, la irrigación de sustancias nocivas para salud como medio para combatir las plagas ocasiona nada menos que 200.000 muertes directas al año en todo el mundo, según el último informe de la ONU publicado el año pasado. Es más, los pesticidas están relacionados con enfermedades como el cáncer, el alzhéimer o el párkinson, por lo que buscar alternativas más seguras es la única solución para afrontar este problema creciente. Y eso es precisamente lo que pretende la start-up Indigo en EEUU usando bacterias en lugar de agentes químicos, tal y como recoge Bloomberg.

Concretamente, lo que busca este proyecto es crear un microbioma -un ecosistema de bacterias, hongos y virus dentro de la propia planta, similar al que habita en los humanos y nos permite regular, por ejemplo, la actividad intestinal gracias la flora microbiana- que permita prescindir de cualquier elemento exógeno a la hora de controlar los cultivos. Es decir, conseguir que sea la propia planta la que combata a sus depredadores a través de microorganismos inocuos para sí misma.

En España, por ejemplo, el uso de pesticidas está bastante regulado, pero aún así existen poblaciones enteras de animales que están amenazadas por sus efectos tóxicos. El año pasado, Greenpeace y la Agrupación de Defensa Sanitaria Apícola de la Comunidad Valenciana denunciaban que la fumigación en la región había acabado con colonias enteras de abejas, imprescindibles para el ciclo reproductivo en el reino vegetal.

La producción agrícola debería crecer un 70% en los próximos 30 años

Sin embargo, resulta complicado abandonar un sistema tan implantado en la agricultura y que actualmente sirve para abastecer a la gran mayoría de la población mundial: a pesar de los avances en nuevas técnicas como las granjas hidropónicas, gran parte de los cultivos del planeta se encuentran en países en vías de desarrollo, lo que implica que los recursos utilizados para la producción suelen ser más baratos y perjudiciales para la salud y el medio ambiente.

David Perry y Geoffrey von Maltzahn, fundadores de la empresa / Indigo
David Perry y Geoffrey von Maltzahn, fundadores de la empresa / Indigo

Es más, la FAO -Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura- señala que de aquí a 2050 la producción agrícola mundial deberá crecer un 70% para poder alimentar a una población estimada de 9.000 millones de personas. En este escenario, se antoja vital de cara a los próximos años encontrar soluciones ecológicas como la propuesta por Indigo para crear una agricultura sostenible y no nociva.

Un sector en auge

Por eso, actualmente existe una docena de empresas en todo el mundo dedicadas a la investigación en el campo de la agricultura. De hecho, el proyecto de Indigo no sería posible sin los últimos avances proporcionados por empresas dedicadas a la secuenciación genética; por su parte, AgBiome LLC, con fondos de la fundación de Bill Gates, investiga el efecto de los microbios para proteger los cultivos de patata en África; mientras que Gingko Bioworks acaba de anunciar un acuerdo por 100 millones de dólares con Bayer para desarrollar un sistema microbiano que permita a las plantas producir nitrógeno.

Sin embargo, todas estas iniciativas quedan algo descolgadas de Indigo, que ha conseguido financiación por valor de 400 millones de dólares para su investigación. Los científicos del proyecto se centran en la modificación genética de la planta con el objetivo último de crear semillas alteradas para su posterior distribución a escala global. Pero, a diferencia de algunos de sus directos competidores como Monsanto o Dow Chemical, Indigo no pretende vender semillas que den tomates más grandes o más redondos. Sólo más sanos.

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