Casos de éxito

Millonario vendiendo pantalones en 92 días: este joven solo invirtió 200 euros

Antes de convertirse en CEO de LDSman y dar TED talks, Trevor Chapman tuvo que empezar de cero un negocio solo con su ingenio y una conexión a internet.

Trevor Chapman, fundador de LSDMAN.
Millonario vendiendo pantalones en 92 días: este joven solo invirtió 200 euros. Trevor Chapman, fundador de LSDMAN.
@jtrevorchapman / Instagram

Antes de convertirse en CEO de LDSman y dar TED talks, Trevor Chapman tuvo que empezar de cero un negocio utilizando solo su ingenio y una conexión a internet. Su mal historial académico -había dejado los estudios muy joven- le había obligado a pasar de trabajo en trabajo hasta que finalmente había conseguido montar una empresa de paneles solares. Sin embargo, no era algo tan rentable como esperaba. Por eso, un verano decidió invertir 200 euros en montar una web para revender en EEUU artículos procedentes de China. ¿El resultado? En los siguientes 92 días logró facturar su primer millón.

Chapman relata en este artículo de la CNBC cómo comenzó todo. Harto de ver que la venta puerta por puerta de paneles solares jamás le haría rico, recordó una cita del gurú de las finanzas Warren Buffett: "Si no encuentras una manera de ganar dinero mientras duermes, terminarás trabajando hasta que muera". Fue entonces cuando Chapman se fijó en el potencial del e-commerce, un sector en expansión en 2016 que le permitía compaginar su trabajo diario con un hobby para ganar un dinero extra. "Requiere dedicación, como todo lo demás, pero no tienes que arriesgar tu trabajo a tiempo completo para hacerlo", explica.

Tras valorar la viabilidad de su nuevo proyecto, Chapman decidió invertir 200 euros en él: compró dominio en internet por tres euros al año y creó una cuenta de Shopify por 14 euros, aprovechando un período de prueba en oferta; en lo que más invirtió fue en anuncios en Facebook, nada menos que 100 euros al día. Por eso, inevitablemente, el primer día perdió dinero. No solo por la inversión inicial, sino porque quizás el enfoque no era el más adecuado para hacer dinero: "Lo primero que pensé vender online fueron obras de arte mormonas. Probablemente, el servicio estuvo activo durante 10 horas".

Del arte mormón al arte del 'dropshipping'

"Me di cuenta de que lo que estaba vendiendo en internet no era lo suficientemente convincente para generar tráfico", revela. Por eso, decidió cambiar radicalmente su modelo de negocio: pasó a vender pantalones de Kevlar, pasta de dientes de carbón, sillones inflables, fidget spinners... todos ellos elementos bastante populares en las tiendas online que se dedican a vender productos virales. Al buscar productos de fabricantes chinos en Alibaba y Aliexpress, Chapman descubrió otros productos por 5 euros que podía revender por 60 en EEUU. Para evitar el coste y el riesgo de realizar un inventario, su plan era establecer acuerdos con los proveedores (a través del popular servicio de mensajería chino WeChat) para que sus pedidos se enviaran directamente desde sus almacenes en China al cliente en los EEUU, Una práctica conocida como envío directo o dropshipping.

El dropshipping es un modelo de negocio que no es nuevo (Zappos ya lo utilizaba en 1999), pero que se ha popularizado especialmente con el auge de Amazon. En este modelo de negocio, los propietarios de las tiendas pueden vender productos a sus clientes sin tener que almacenar ellos mismos los artículos. Y no hace falta ser Jeff Bezos para hacer dinero, tal y como explican en 'Oberlo': "Por lo general el proceso funciona de la siguiente manera: un comerciante de e-commerce publica productos en su sitio web, desde donde un cliente realiza un pedido y paga por el artículo. Luego, el comerciante completa el pedido haciendo una orden para ese mismo producto al proveedor, quien lo envía directamente al cliente".

En este sentido, lo que el 'dropshipper' realiza únicamente es crear la tienda online e incluir una pasarela de pago, pero ni tiene que crear el producto ni se tiene que encargar del envío. Por ello, para triunfar no vale solo con crear la web, sino que debe tener visitantes asiduamente. Y el comercio nicho es el que más futuro tiene en este sentido: es más fácil vender bicicletas online posicionándote como una tienda online de referencia que disputarle el trono a Amazon. La otra opción, la que Chapman decidió probar, es convertirte en una tienda online de chollos o productos virales.

"Esa es la mejor manera de probar un producto para ver si realmente se va a vender o no", relata. Para él, el 'dropshipping' tenía otros beneficios: a través de un programa llamado ePacket, un acuerdo entre el Servicio Postal de Estados Unidos y los operadores postales extranjeros diseñado para fomentar el comercio electrónico, en realidad era más barato para LDSman enviar desde China, aunque con un ligero retraso. Por ejemplo, el envío de un zoom externo para iPhone desde Shanghai cuesta 2,29 dólares, más de 5 dólares más barato que el coste de enviar el mismo paquete desde EEUU.

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