Cuatro señales que advierten de que tu oficina es tóxica (y alguien es culpable)

  • Los jefes y compañeros tóxicos no siempre son fáciles de identificar, pero su comportamiento puede enrarecer el ambiente de toda la oficina
Esto antes era un lugar plácido / Pixabay
Esto antes era un lugar plácido / Pixabay

Solemos hablar de compañeros con los que es imposible trabajar y jefes que nos hacen la vida imposible, pero, generalmente, el problema no está solo en determinadas personas, sino en la forma en que todas ellas interactúan.

Sí, existen los empleados tóxicos, pero su comportamiento se define, precisamente, porque son dañinos para el conjunto de organización, incluidos sus bienes y personal. En definitiva: si no se acaba con ellos pronto, pueden crear un ambiente enrarecido que se extienda por toda la oficina, convirtiendo ésta en un lugar de trabajo donde todo el mundo es infeliz.

Según un estudio de Harvard Business School sobre este fenómeno, los empleados tóxicos “pueden causar un gran costo organizacional, incluida la pérdida de clientes, la pérdida de la moral de los empleados, una mayor rotación y pérdida de legitimidad entre los grupos de interés”.

Por desgracia, no siempre es fácil identificar si estamos ante un problema así. Este tipo de gente suele ser talentosa y productiva, algo que, desde el punto de vista de los resultados, pueden resultar atractivo. De hecho, cuanto más educados, adinerados y prestigiosos sean, más tóxicos serán. Y más complejo será echarles.

Por ello, como apunta Marcel Schwantes en Inc., es importante que la dirección esté al corriente del ambiente que se respira en cada departamento, dejando a un lado la valoración personal de cada individuo –que puede ser engañosa– para fijarse en una serie de claves que indican que el ambiente se está enrareciendo. Son estas:

1. Los rumores se extienden

A medida que los trabajadores están incómodos en la oficina la información deja de fluir de forma transparente. Se crean grupos en torno a las figuras tóxicas y aumentan los rumores malintencionados. Todos desconfían de todos. Los trabajadores tóxicos buscarán ayuda en el eslabón más débil, en general gente que desconoce su verdadera naturaleza, como los recién llegados, a los que comerán la cabeza con todo tipo de difamaciones.

2. La moral está en su punto más bajo

Si los trabajadores parecen cansados y desmotivados no pienses que es su culpa, piensa que, probablemente, la responsabilidad sea de sus jefes. Unos empleados infelices suelen ser indicativo de una cultura empresarial basada en el miedo y la intimidación, que no da ninguna margen a los trabajadores para mostrar su creatividad y sus fortalezas. Por mucho que piensen que su jefe hace un buen trabajo plantéate que puedes estar equivocado.

Hay lugares en los que no se puede trabajar. / Pixabay
Hay lugares en los que no se puede trabajar. / Pixabay

3. Se pierde el contacto humano

En una oficina tóxica, se considera que las personas son objetos o gastos en lugar de activos, y hay poca preocupación por su felicidad o bienestar. Normalmente, se les obliga a competir entre ellos lo que hace, además, que la relación entre todos los miembros del equipo este enrarecida.

4. Crece el absentismo

En la línea del anterior punto, cuando tu jefe te trata como a un esclavo y te hace competir con tus compañeros, aumentan las situaciones de estrés en el trabajo y, por lo tanto, el absentismo. Puede ser una mera coincidencia, pero si en un departamento hay muchas bajas es lógico plantearse que algo raro está ocurriendo.

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