Cómo crear una 'startup' que puedas vender por 30 millones en dos años

  • Los fundadores de Niche, comprada por Twitter en 2015, desvelan las claves para crear proyectos de futuro que puedan ser rentables en muy poco tiempo
No es fácil hacer un plan de negocio pensado en escalar rápido / Pexels
No es fácil hacer un plan de negocio pensado en escalar rápido / Pexels

En el ámbito tecnológico sucede a menudo: alguien tiene una idea innovadora y empieza un proyecto desde cero; en pocos años, el negocio tiene tantas perspectivas de futuro que algún gigante del sector se interesa y ofrece una millonada por él. En ese momento, el emprendedor tiene que decidir si continuar con lo que ha creado o venderlo y pasar a otra cosa con un buen capital inicial. Y, aunque parezca menos arriesgada, la segunda opción entraña un peligro obvio: ¿y si no aparece una nueva idea? ¿cómo saber si uno es capaz de crear otra startup con la misma rentabilidad?

No existe una respuesta clara. Sin embargo, el ejemplo de Rob Fishman y Darren Lachtman, dos emprendedores especialistas en crear proyectos desde cero para venderlos a gigantes tecnológicos, ofrece algunas claves, tal y como recoge este artículo de Money, una plataforma que permite conectar a anunciantes con estrellas de las redes sociales (tanto mediáticas como influencers). Sólo dos años después, Twitter compró el negocio por entre 30 y 60 millones de dólares.

Proyectos paralelos, de calidad e innovadores

La clave de su éxito no reside sólo en la originalidad de su idea, sino en la capacidad de ambos para emprender proyectos paralelos que amplíen las posibilidades de conseguir dar con ella. Por eso, manejan varios negocios a la vez y se deshacen sólo de aquellos que fracasan o que empiezan a ser tan rentables que alguna gran tecnológica está dispuesta a comprarlo por varios millones de dólares. Actualmente, su gran baza es Brat, una empresa dedicada a las producciones online, especialmente en programas en Youtube, con menores presupuestos que en Hollywood pero con una audiencia potencial mayor. De hecho, según Fishman, Brat consigue unos 50 millones de visitas en Youtube al mes.

Un proyecto que combina una idea innovadora, proyección de futuro y, sobre todo, una apuesta técnica por la calidad. Esa es la otra pata de su trabajo: si no puedes ofrecer una tecnología puntera que aporte un valor añadido al producto o servicio (y permita que no se quede obsoleto en pocos años), mejor no emprender un proyecto. Por ejemplo, cuando decidieron lanzar Niche crearon una plataforma que permite conectar a anunciantes con celebridades, influencers y youtubers para sus campañas, pero que también incluye una oferta de creadores y gestores de contenido, así como un sistema sencillo de distribución y analítica de sus productos. El resultado fue casi inmediato: un año después de la firma de su primer cliente, CBS films, Niche tenía en sus arcas 10 millones de dólares.

Aprender de los errores (y nunca poner todo el dinero en un proyecto)

Pero antes de su gran éxito, el primer proyecto de Fishman fue una app de citas llamada Yoke, que si bien “no fue un gran éxito”, en sus palabras, logró venderlo a BuzzFeed. “Aunque conozcas el mercado, si no logras introducirte en él de la manera adecuada, no tendrás éxito”, explica ahora de aquella experiencia. En cualquier caso, su elección de dejar su primera empresa no fue fácil -ni tan lucrativa como en el caso de Niche-, pero le permitió enfocarse sólo en aquellos campos en los que realmente pudiera innovar y aportar entornos tecnológicamente punteros.

En este sentido, para Fishman hay un punto clave en toda startup: para que sea realmente rentable, no se pueden invertir grandes cantidades desde el principio. Aunque la idea sea genial, incluso aunque haya muchas posibilidades de que tenga un enorme éxito, es preferible empezar con menos y diversificar esfuerzos en varios proyectos que centrarse sólo en uno. “Demasiada gente, antes de definir un proyecto, contrata a programadores y se mete en absurdas campañas comerciales. Nosotros empezamos en una habitación con un portátil. Se trata de probar una idea incluso desde un punto de partida de bajo coste”, resume. Y, si lo haces bien, tendrás éxito.

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