¿Merece la pena irse de Madrid o Barcelona?

Por qué el teletrabajo desde el pueblo puede ser la mejor forma para ahorrar

La crisis del coronavirus ha derivado en una movilidad geográfica inversa a la del siglo XX: ahora, gracias al teletrabajo, el campo puede ser la oficina perfecta.

El pueblo de Lastres.
Por qué mudarse de la ciudad al pueblo puede ser la mejor forma para ahorrar
Wikimedia Commons.

La alerta se repite en cada periódico, en cada telediario: las grandes ciudades suponen el mayor riesgo de contagio de Covid-19, debido especialmente a su altísima densidad de población. El caso más reciente es el de Madrid, donde el imparable avance del coronavirus ha supuesto la imposición de restricciones a la movilidad en parte de la región. De ahí que mucha gente se haya mudado (o, al menos, se lo haya planteado) a las afueras o a segundas residencias en otras zonas con menor tasa de contagios. Y es que a la baja amenaza sanitaria se unen otra serie de ventajas en pueblos y pequeñas localidades de toda España. Entre ellas, que pueden suponer la mejor forma de ahorrar.

La travesía es la inversa a la que se produjo entre el siglo XIX y el XX. Entonces, el éxodo se dirigió del campo a la ciudad; ahora, la tendencia parece ser la contraria: desde el inicio de la pandemia, mudarse al pueblo ha pasado de ser una solución puntual antes (o, mejor dicho, en previsión) del estado de alarma a ser la opción más recomendable a nivel sanitario (menos gente, más libre). Además, la deslocalización que ha supuesto la irrupción del teletrabajo también ha hecho posible irse a vivir al campo sin tener que sufrir por ello una merma en los ingresos. 

No es de extrañar que el interés por comprar una vivienda en una localidad de menos de 5.000 habitantes haya aumentado en un 13,2% entre enero y agosto, según datos de Idealista. Considerando que, de media, vivir en un pueblo con esta población suele ser mucho más barato que en una gran ciudad como Madrid o Barcelona, la ventaja competitiva que ofrece esta opción en términos económicos puede ser realmente interesante. Especialmente por seis motivos.

1. Viviendas más baratas

Las viviendas suelen ser más baratas en los pueblos que en las grandes ciudades, donde el precio del metro cuadrado se encarece principalmente por la ubicación. Por poner un ejemplo práctico, con 50.000 euros de presupuesto es muy improbable encontrar una casa en Madrid capital (a no ser que sea completamente a reformar o en una subasta), mientras que por ese precio se pueden adquirir casas incluso en los pueblos más bonitos de España. Evidentemente, de los precios del alquiler ni hablamos: prohibitivos en las grandes ciudades, son realmente asequibles en las pequeñas localidades.

2. Se paga poco en seguros

Otra de las ventajas es que, normalmente, en los pueblos de menos de 5.000 habitantes se suele pagar muchos menos en asegurar las viviendas, ya que se presupone que existe menos riesgo de robo o incidencias que en una gran ciudad, donde un incendio o un desastre climático puede afectar a más viviendas al estar unas muy cerca de las otras. Además, la antigüedad de los edificios los hacen más susceptibles de presentar problemas estructurales o de instalación, por lo que las aseguradoras suelen cobrar algo más.

3. El transporte no es un gasto

Excepto si vives en un pueblo perdido de la civilización, la mayoría de las localidades de menos de 5.000 habitantes cuentan con suficientes servicios (supermercados, farmacias, bares) como para vivir sin tener que salir fuera. Aún así, los viajes a pueblos cercanos, al no ser diarios, no suponen un excesivo gasto en gasolina, mientras que el aparcamiento es la gran ventaja: mientras que en ciudades como Madrid hay zonas de estacionamiento limitado (de pago), transporte público (de pago) o servicios de e-mov (de pago) como alternativas, en el campo es posible aparcar en prácticamente cualquier sitio. Y gratis.

4. Todos los productos son más baratos

No se trata de un topicazo de una película de Mariano Ozores: cuando una persona 'de provincias' llega a una gran urbe como Madrid, una de las primeras desagradables sorpresas que se encuentra es que los 'cubatas' cuestan entre 6 y 15 euros, dependiendo del local. "En el pueblo, por tres euros tienes lo mismo", argumenta. Y es cierto, ya que la mayor parte de los bienes de consumo (especialmente la hostelería o ropa) son insultantemente más baratos en un pueblo que en una gran ciudad.

5. Son mejores para emprender

Además, si tu sueño es emprender, lo mejor que puedes hacer es irte al pueblo: al no existir una competencia tan feroz como en una gran ciudad, sea cual sea tu negocio, es más fácil triunfar. De hecho, según la estadística anual de IRPF que publica la Agencia Tributaria, los municipios de España con mayor renta per cápita son principalmente pueblos: actualmente, Pozuelo de Alarcón, Avinyonet del Penedès y Boadilla del Monte son los tres en cabeza de la lista. En términos de ingresos por negocio, no existe una estadística en España, pero un estudio en EEUU nos sirve para extrapolar los datos: según NerdWallet, los pequeños pueblos ingresan de media 4 millones de dólares al año, por 1,4 millones de media en grandes ciudades. Si miramos a una región principalmente rural como Extremadura y la concentración de cárnicas en torno a ella, las cuentas cuadran.

6. Destino turístico más barato

Desde el inicio de la pandemia del coronavirus, los viajes al pueblo han ido en aumento. Especialmente porque se han convertido en una forma de pasar las vacaciones de verano de forma más barata. En este sentido, mientras que los destinos turísticos de sol y playa han tenido que rebajar sus precios para amoldarse al bolsillo de una sociedad española en crisis, los destinos rurales han mantenido sus precios. Y aún así han seguido siendo bastante más baratos de media. Por eso hay quien incluso lo ha aprovechado para hacer un alquiler turístico de larga estancia y pasar en el pueblo el confinamiento y el verano, gracias a la posibilidad del teletrabajo.

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