¿Un ‘Spotify’ de bicis eléctricas? Así es la innovadora idea de dos emprendedores

Wifly es un servicio de ‘renting’ que opera en Madrid y ofrece alquiler de bicicletas eléctricas pagando una suscripción mensual. Jaime Sacristán, uno de sus artífices y el primer protagonista de eVisionarios, un proyecto de Endesa para poner en valor a emprendedores en clave eléctrica explica esta idea que anima a la movilidad sostenible en las ciudades.

OFRECIDO POR ENDESA

Las calles de ciudades europeas como Ámsterdam, Copenhague o París son un gran ejemplo: la movilidad en bicicleta es común en ellas, con una opción de transporte más sana y sostenible con el medio ambiente.

En Madrid, personas como Jaime Sacristán están seguras de que este tipo de movilidad es el futuro. Por eso, decidió emprender junto a su socio Carlos Aguado. Su proyecto, Wifly, permite el alquiler de bicicletas eléctricas mediante una suscripción mensual, al puro estilo ‘renting’.

Jaime es el primer protagonista de eVisionarios, contenidos en colaboración con Endesa en los que descubriremos perfiles que han apostado por la innovación, el emprendimiento y el desarrollo de iniciativas en clave eléctrica que hacen mejor y más sostenible nuestro entorno más cercano. Y todo ello, y al igual que Endesa, apostando por la movilidad eléctrica para hacer más fácil nuestra vida en las ciudades.

Wifly te da derecho al uso de una bicicleta eléctrica durante un tiempo, con todos los servicios de mantenimiento, reparaciones y seguro contra robo”, explica este joven emprendedor. “De forma sencilla, es un modelo de suscripción, de la que te puedes dar de baja cuando quieras y en la que se puede comprar la bicicleta en cualquier momento”.  

Jaime está al frente de Wifly, un sistema de 'renting' de bicicletas eléctricas.
Jaime está al frente de Wifly, un sistema de 'renting' de bicicletas eléctricas.
Elena Buenavista

Una idea para el usuario

Jaime es usuario activo de bicicletas en la ciudad. Con el uso diario, se dio cuenta de algo: “La idea de Wifly nace de una necesidad que teníamos nosotros mismos”, explica. “El problema principal es que no existía un modelo adaptado para un usuario que quiera moverse en bicicleta todos los días pagando un precio normal. Nuestro objetivo era tener un precio similar al del abono de transporte”, apunta.

Y lo han conseguido: Hoy, el servicio permite contar con una eBike desde 29 euros al mes. “Es un paso más al pago por uso, pero sin tener que comprarte la bicicleta y teniendo todos los servicios”, cuenta, y recuerda cuando, usando otros servicios, pensaba que “ojalá pudiese llevarse las bicicletas a la puerta de casa”.

Wifly permite elegir una bicicleta y utilizarla de forma indefinida por un pago mensual, contando con diversos servicios según el nivel de suscripción elegido. Como si de un coche de renting se tratara, el usuario puede elegir si mantener la bicicleta, adquirirla o renovarla por un modelo nuevo.

“Aunque al principio le dimos muchas vueltas, hemos elegido un modelo más sencillo. Y hemos descubierto algo: aunque al principio los clientes venían con intención de comprar, al final casi todos se han quedado en modelo de suscripción gracias a los servicios que prestamos”, sonríe.  

Los fundadores de Wifly, en una foto de archivo.
Los fundadores de Wifly, en una foto de archivo.
Wifly

Un paso adelante para la ciudad

Wifly opera en una ciudad, Madrid, en la que circular en bicicleta aún es una opción minoritaria. Para Jaime, el cambio pasa por dos vertientes: por un lado, animar la creación de carriles bici seguros, que animen a más personas a pasarse a este vehículo; por otro, incentivar a las empresas, para que puedan ofrecer este tipo de opciones de movilidad a sus empleados. “Cualquiera que haya ido a París últimamente habrá visto que, desde que este tipo de decisiones se aplican, se ve un maremoto de bicis por la calle. La relación es bastante directa”, apunta.

Según este emprendedor, es hora de crear espacios más verdes en las ciudades: “Hay dos problemas muy grandes: la ocupación de espacios y el tráfico, y la falta de zonas verdes”, explica.

Para él, la solución pasa por movernos, cada vez más, en vehículos pequeños que reduzcan además el consumo energético. “Es una cuestión de usar vehículos eléctricos, pero no solo eso: también es usar menos energía, porque si seguimos consumiendo al ritmo en el que estamos, tenemos un problema”, explica.

Por ello, Wifly plantea su desarrollo en la oferta de más vehículos uniplaza o biplaza, como motos y patinetes eléctricos. “El principal cambio está ahí: en movernos en vehículos más pequeños y dejar más sitio en las ciudades para zonas verdes, de ocio, de paseo...”, cuenta. “Al final, es un cambio de mentalidad. Es intentar hacer trayectos menos largos, moverse en bici, andando o en moto, y buscar lugares que estén cerca de casa”.  

Una apuesta por el medio ambiente

Esta apuesta por la proximidad es, para Jaime, una de las claves para la sostenibilidad del planeta y las ciudades. En ello, por supuesto, también tiene que ver la electrificación. “El cambio a vehículos eléctricos es importante para reducir la contaminación en las ciudades”, asegura. “En eso tiene un papel crucial”.

Según este empresario y emprendedor, las compañías tienen un testigo vital a la hora de emprender acciones para preservar el entorno. “Creo que las empresas, los ciudadanos y el mundo en general deben estar concienciadas; lo considero fundamental”, apunta convencido. “Todos conocemos ya los efectos del cambio climático y del calentamiento global, y cada uno tenemos la posibilidad de cambiarlo”.

En el caso de las empresas, apunta, pueden animarse acciones como la economía circular o la movilidad sostenible para empleados; a nivel individual, anima a que todo el mundo tome medidas por el planeta: pequeñas acciones como consumir menos, apoyar el negocio de proximidad o, ¿por qué no? Comenzar a moverse en una bicicleta eléctrica. “Si cambiamos uno o dos pequeños hábitos, el efecto puede ser muy grande a nivel global”, sentencia.  

Un llamamiento a la movilidad sostenible

Dar el primer paso es difícil, pero Jaime lo tiene claro: una vez coges la bicicleta, el sentimiento de libertad y el aire en la cara, incluso en invierno, se vuelven adictivos. “Honestamente, le diría a la gente que lo pruebe una semana y que verá como disfruta mucho más que en el coche”, anima. “Por supuesto, es algo que estás haciendo por el planeta, y eso es importante, pero es que además es una forma de moverse mucho más agradable”.

Imagina una ciudad sin atascos; un camino en el que pensar, en el que poder parar en cualquier momento a comprar o a saludar. El joven emprendedor habla sobre conocer las maravillas de la ciudad, sobre evadirse y pasar un momento agradable mientras te transportas. “¡Y aparcando prácticamente donde quieras!”, concluye con una sonrisa.