La transición energética creará 130.000 empleos en nuevas áreas de actividad

  • Las nuevas normas de edificación, el vehículo eléctrico y el autoconsumo supondrán empleo de más calidad en los próximos años
La UE se fija un objetivo de energías renovables del 32% para 2030
La UE se fija un objetivo de energías renovables del 32% para 2030
EFE

Nada dura para siempre. Los vientos favorables que han empujado la economía en los últimos años se agotan. La subida del petróleo y de los tipos de interés y la saturación del mercado turístico, entre otros factores, pueden lastrar el crecimiento. Hasta aquí la mala noticia. Hay otra buena: la transición energética tomará el relevo de alguno de esos vientos de cola, debilitados, para atraer hasta 100.000 millones de euros de inversión y crear 132.000 empleos de calidad hasta 2030.

La contribución de las medidas de sostenibilidad al crecimiento y a la mejora del empleo no es algo que destaque solo el Gobierno, que está obligado a lanzar continuos mensajes de optimismo y confianza. Expertos como Javier García Breva, responsable del informe IPM Los empleos de la transición energética, también creen que la transición energética permitirá un cambio de la orientación de la economía hacia un modelo productivo de mayor valor añadido y con empleos de calidad.

La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, estimó en una entrevista reciente que la descarbonización supondrá inversiones de entre 70.000 y 80.000 millones de euros hasta 2030, requerirá mucho apoyo y complicidad y, sobre todo, será una oportunidad para la creación de empleo verde.

Los empleos de la transición

Pero el documento Los empleos de la transición energética va incluso más allá y calcula que el cumplimiento de los objetivos de sostenibilidad y medioambientales que impulsa la UE requerirá hasta 100.000 millones de inversión y creará 132.000 empleos.

Si se cumple el vaticinio, la transición hacia una economía descarbonizada contribuirá a tapar uno de los grandes agujeros del modelo productivo español: la baja calidad del empleo que se crea con un crecimiento aparentemente robusto. Lo dice la OCDE (Outlook Employment 2018): en España, sumando el paro, la tasa de inactividad y el empleo a tiempo parcial involuntario, el 41,5% de la mano de obra está infrautilizada. Es algo que preocupa, y mucho a Bruselas.

Gráfico renovables.
Gráfico renovables.

La UE tiene como objetivo el 32% de consumo final de renovables en 2030 (14% en el transporte). Para ello prevé actuar en áreas diversas como la movilidad o la edificación. Pero sin trabajadores bien formados, los objetivos pueden estar en riesgo. Hasta la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha recomendado a los Gobiernos acciones para mejorar la formación de trabajadores en la transición energética.

Los beneficios de apostar por la formación de nuevos trabajadores relacionados con la sostenibilidad medioambiental son grandes. Según detalla la propia OIT en el informe Perspectivas sociales y el empleo en el mundo 2018, hasta 2030 se van a crear en todo el mundo 24 millones de empleos relacionados con las acciones contra el cambio climático, cuatro por cada uno de los puestos relacionados con los combustibles fósiles que van a desaparecer.

Una gran oportunidad

Para España es una oportunidad. El trabajo sobre los empleos de la transición energética identifica hasta ocho nuevas profesiones que tendrán futuro en el escenario que se adivina: instalador especialista en autoconsumo; especialista en rehabilitación energéticaedificios de consumo de energía casi nulo; especialista en redes urbanas eficientes de calefacción y refrigeración; gestor energético; gestor de vehículos eléctricos; técnico en instalaciones de biomasa; técnico en gestión de demanda y especialista en huella de carbono y economía circular.

El empujón a la transición energética no sólo puede beneficiar al empleo. Además, mejorará los continuos incumplimientos en materia de emisiones que ponen de manifiesto los análisis sobre España de la Agencia Europea de Medio Ambiente. Durante el periodo 1990-2015 la UE redujo sus emisiones un 24% mientras que España las aumentó un 17% hasta colocarse como el tercer país europeo donde más crecieron. La economía necesita un motor más limpio.

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