El mayor apoyo desde González en el 83

Sánchez salva el primer trámite de PGE y bascula con ERC y Cs para llegar a 2023

El Gobierno de coalición logra reunir 198 votos para superar las enmiendas a la totalidad. ERC, Ciudadanos, EH Bildu o PDeCAT se ofrecen a facilitar el proyecto de ley que abriría la puerta a completar la legislatura.

Sánchez e Iglesias han cuadrado los Presupuestos de 2021 'a codazo limpio' para asegurar su contrato de alquiler en Moncloa durante todo lo que resta de legislatura.
Sánchez salva el primer trámite de PGE y bascula con ERC y Cs para llegar a 2023
Dani Gago

El Gobierno de coalición ha logrado sacar adelante el primer trámite de los Presupuestos Generales del Estado de 2021 con un apoyo sin precedentes. El escenario que tienen ahora ante sí Pedro Sánchez y Pablo Iglesias es el más amplio de los últimos años. Justo un año después de presentar el primer Ejecutivo entre dos partidos, PSOE y Unidas Podemos han podido reunir hasta 198 apoyos para rechazar las enmiendas a la totalidad. El dilema ahora es elegir al bloque de la investidura, junto a EH Bildu, u optar por la vía Ciudadanos.

El proyecto político más importante para el Gobierno ya está en marcha. 198 diputados (se esperaban 199 pero uno de los 'síes' ha estado ausente) han facilitado superar este primer 'matchball'. Precisamente este fue el trámite que no logró superar Pedro Sánchez en 2019, una votación que le obligó a convocar elecciones. En el 'no' la oposición ha logrado reunir a 150 votos

Los partidos que han apoyado al Gobierno son ERC, Ciudadanos, PNV, EH Bildu, PDeCAT, Más País, Nueva Canarias, PRC, Teruel Existe y Compromís. PP, Vox, JxCAT, CUP, UPN, Foro Asturias, Coalición Canaria y el BNG. Los 198 apoyos para seguir tramitando las cuentas públicas no tienen precedentes. El récord lo tenía Felipe González en sus primeras cuentas públicas, en 1983, cuando consiguió 181 apoyos.

De cara al debate de enmiendas que se avecina, fuentes de ERC, Cs y PNV avisan de que van a pelear por introducir modificaciones en los PGE y que su aprobación no está ni mucho menos decidida. Los de Inés Arrimadas piden un incremento de los recursos destinados a la Sanidad, especialmente para la atención primaria que se está demostrando esencial para combatir esta pandemia. También buscan elevar las ayudas directas a autónomos, pymes y empresas (menos de 50 trabajadores) que hayan visto su actividad e ingresos reducidos en un 50%, así como una inyección directa -no préstamos ni créditos- que cubra hasta 75% de la facturación del ejercicio anterior. Ayudas, defienden, que no tendrían de devolverse. Y la Tarjeta Sanitaria Única. El PNV pide eliminar el incremento en el impuesto del diésel. Y el Gobierno se prepara para algún gesto hacia Cataluña teniendo, eso sí, la opción de Cs en la recámara.

Mientras se suceden los contactos parlamentarios, Moncloa ha dado orden de pisar acelerador para aprobar los Presupuestos Generales de 2021. Sánchez quiere que entren en vigor el 1 de enero y va a exprimir el calendario al máximo para que sean tramitados de forma exprés en las Cortes Generales. "Lo vamos a intentar", advierten desde Hacienda. El objetivo es evitar prorrogar unos días los PGE de Cristóbal Montoro, unas cuentas públicas que se aprobaron apenas una semana antes de que Sánchez llegara a La Moncloa en la moción de censura.

Los PGE de 2021 darían a Sánchez e Iglesias la llave para completar la legislatura. En Moncloa lo saben y por eso se respira optimismo. En Unidas Podemos hay un ambiente similar, aunque quizá algo más cauto. Unas cuentas, además, que se aprobarían en un momento especialmente convulso y con un anuncio realizado ayer por el presidente que no invita al optimismo: las vacunaciones masivas no llegarán hasta el mes de mayo. Illa había hablado hace sólo unos días de principios de año. Quedan, por tanto, seis meses para el momento más esperado por todos.

¿ERC y Bildu o Cs?

El pulso en el seno del Gobierno hacia dónde debe orientarse la negociación a partir de este momento es evidente. Los de Pablo Iglesias no quieren a Ciudadanos y los socialistas ven problemas en la negociación que hay abierta con Bildu. El anuncio de ayer de Arnaldo Otegi dando el primer 'sí' a la coalición provocó reacciones muy diferentes. El PSOE sabe que es un movimiento que tiene aristas, como quedó demostrado el pasado mes de mayo cuando el grupo parlamentario pactó la derogación laboral "íntegra" de la reforma laboral. Tuvo que intervenir hasta la vicepresidenta Nadia Calviño. En la formación morada, en cambio, la sensación es la opuesta. Lo dijo el propio vicepresidente segundo: "La disponibilidad de la EH Bildu para votar sí a los PGE es una buena noticia. Demuestra responsabilidad y compromiso para avanzar con políticas de izquierdas. El bloque de la investidura se refuerza y será de legislatura y de dirección de Estado".

Negociaciones entre Gobierno y EH Bildu hay, explican desde ambas partes. Son discretas pero hay avances. Y se están llevando a cabo a alto nivel. Lo desveló el propio Otegi. Y quedó visualizado el pasado jueves en una reunión de María Jesús Montero y Nacho Álvarez con Mertxe Aizpurúa y Oskar Matute. La fotografía no quería difundirla el PSOE, sí Unidas Podemos. También ERC. Sobre la mesa hay negociaciones con la izquierda abertzale para acabar con algunos aspectos de la reforma laboral, como las limitaciones al ámbito temporal del convenio colectivo y la prioridad aplicativa de los convenios de empresa sobre los sectoriales. Los "aspectos más lesivos" en la norma de Fátima Báñez, en definitiva, que no chirrían a Calviño y que ya fueron pactados en segunda instancia en julio. Pero son los las únicas medidas sobre la mesa. En cualquier caso, el Gobierno mantiene una máxima: cualquier cambio se hará en negociación con sindicatos y patronal. Las sensaciones, en definitiva, son buenas y el preacuerdo ya está ahí. Con sumar a los 13 diputados del grupo de Gabriel Rufián estaría prácticamente hecho.

De forma paralela, el PSOE está a otro socio de investidura, el PNV. Este miércoles, en el Congreso, Sánchez se reunió en su despacho de la zona de Gobierno con Andoni Ortuzar, presidente del EBB, la Ejecutiva de los 'jeltzales'. Cuentan que cuando el máximo representante de Sabin Etxea acude a Madrid es para "cosas importantes". Desde su entorno confirman una intensa agenda de trabajo en la capital y desde el PSOE prefieren no hacer comentarios. El grupo parlamentario vasco dirigido por Aitor Esteban sigue negociando con el Gobierno aspectos de los Presupuestos como la eliminación de la subida del impuesto al diésel que aún figura en las cuentas públicas. También hay buenas sensaciones en esta mesa.

La cuarta vía de negociación abierta, además de con ERC, PNV y EH Bildu, es con Ciudadanos. Hay contactos fluidos por tres carriles: el de Inés Arrimadas con Pedro Sánchez; el de Carlos Cuadrado con Félix Bolaños; y el de Montero y Álvarez con el grupo parlamentario naranja. Desde la formación lo tienen claro: "Vamos a negociar hasta el final", aseguran. No les importa, aseguran, la fotografía final si se cumplen las "líneas naranjas" fijadas. Una de ellas es la eliminación de la enmienda que suprime el castellano como lengua vehicular, puesta sobre la mesa esta semana. No es menor, opinan en el Gobierno.

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