El PP quiere abrir en este curso político que acaba de comenzar el debate sobre la posibilidad de implantar la llamada 'mochila austriaca' en España. El mecanismo es un fondo personal que el trabajador va acumulando a su favor en los supuestos de despido improcedente, de movilidad geográfica, para el desarrollo de actividades de formación o en el momento de su jubilación. Los populares, según explican fuentes del equipo económico de Génova, van a insistir en esta fórmula que han recomendado desde el Fondo Monetario Internacional (FMI) hasta el Banco de España. Unidas Podemos y los sindicatos, sin embargo, la deshechan.
El equipo que dirige la vicesecretaria de Sectorial del PP, Elvira Rodríguez, que seguirá siendo por expresa decisión de Pablo Casado la responsable económica del partido, considera que la 'mochila austriaca' podría ser una solución a una parte de los problemas estructurales que viene acumulando el mercado laboral español y el sistema de pensiones. El trabajador acumularía en esa cuenta personal e intransferible un fondo para poder usarlo en diferentes supuestos, lo que podría ayudar a aliviar las prestaciones por desempleo, por ejemplo, según defienden las mismas fuentes del PP.
El partido confía en que una parte del Gobierno de coalición valorará su propuesta. Se remiten al primer Ejecutivo de Pedro Sánchez, el del PSOE en solitario. Era abril de 2019 y el Ministerio de Economía remitió a Bruselas en el Plan Nacional de Reformas una propuesta para abordar la implantación en España de la 'mochila austriaca'. Nadia Calviño fue la defensora de este mecanismo que levantó ampollas entre sus socios, externos en aquel momento, de Unidas Podemos y en el propio socialismo. La hoy vicepresidenta primera llegó a pedir un informe a la OCDE, ayudada por el viento favorable que soplaba y sigue haciéndolo desde la Comisión Europea, donde se muestran favorables a su estudio.
Pero tras el 10-N la 'mochila austriaca' desapareció de la discusión política y Calviño metió en un cajón el proyecto y el documento encargado ad hoc a la OCDE. Se convirtió en un tema prácticamente tabú, pese a que la propia Moncloa había incluido también el mecanismo en la llamada 'Agenda del Cambio', el primer gran proyecto de país de Sánchez. Unidas Podemos y los socios de la investidura hicieron variar la estrategia económica en este sentido. La irrupción de Yolanda Díaz en el Ministerio de Trabajo fue importante para que el asunto desapareciera del pacto de coalición.
En julio de 2020 la 'mochila austriaca' volvió a ser objeto de debate en el Congreso. Junts la puso sobre la mesa en la Comisión de Reconstrucción de la cámara baja en una votación que fue apoyada por PP, Ciudadanos, Coalición Canaria y Teruel Existe. Unidas Podemos también votó a favor en un primer momento pero se trató de un mero error que más tarde fue corregido con un voto particular que acado declinando la medida. El partido de Inés Arrimadas, por cierto, es uno de los más firmes defensores del mecanismo, al que bautizaron como 'mochila naranja' y que vienen proponiendo programa tras programa electoral. El PP es consciente de que una parte del votante de la formación es favorable a su implantación. Un dato: en Génova no descartan que Albert Rivera participe en su próxima Convención, en octubre, lo que sería un paso más en su intento para aglutinar al antiguo votante de Cs en todo el territorio.
En Génova no descartan que Albert Rivera participe en su próxima Convención
La 'mochila austriaca' ha sido una de las recomendaciones que el FMI hizo a España el pasado mes de noviembre para intentar solucionar algunos de los problemas del mercado laboral español. "La gran brecha en los costes de despido entre los trabajos fijos y temporales es el principal factor que contribuye a la dualidad laboral", exponía el organismo dirigido entonces por Kristalina Georgieva.
El Banco de España, por su parte, también ha valorado de forma positiva la posibilidad de implantar en España la 'mochila austriaca'. Y lo ha hecho planteando un sistema transitorio de apoyo público sustentado con alrededor de 8.000 millones de los fondos europeos. Ese es, precisamente, el modelo en el que se basa el PP para la propuesta que va a defender a lo largo del próximo curso político: aprovechar la llegada de las transferencias comunitarias para abordar soluciones como esta.
La 'mochila austriaca' no será el único instrumento económico que el PP pondrá encima de la mesa en este nuevo curso político. Pablo Casado ha dado orden a sus cuadros de centrar en la economía la oposición al Gobierno, explican fuentes de la dirección, que se irán desglosando con el telón de fondo de la Convención del partido en octubre. Eso no significa que se vayan a dejar de lado asuntos como la Educación, la Sanidad o la unidad territorial, pero el PP sí enarbolará su discurso con asuntos como la gestión de los fondos europeos, la bajada de impuestos, la flexibilidad en el mercado laboral, la eliminación de la burocracia, la importancia de la formación o la despolitización de los reguladores, entre otros asuntos.
Casado también está incorporando nuevos perfiles del ámbito económico a su entorno. Es un sanedrín siempre comandado por Elvira Rodríguez, a quien el presidente del PP define como "Mrs Maastricht". Nombres a los que está recurriendo la cúpula popular son José Abad, que actualmente trabaja en el FMI y que ha sido nombrado consejero de Red Eléctrica; Jaime Caruana, expresidente del Banco de España y del Banco Internacional de Pagos; el expresidente de Endesa, Manuel Pizarro; el exsecretario general de Presidencia del Gobierno y actual secretario general y del Consejo del Banco Santander, Jaime Pérez Renovales; el del exsecretario de Estado de Empleo y actual socio responsable de EY Insights, Juan Pablo Riesgo; y el del expresidnete de Aena, Jaime García-Legaz. Sin olvidar, por supuesto, a José María Rotellar, al que el líder de los populares recurre con frecuencia. Son una parte de su 'shadow cabinet' o 'consejo de ministros en la sombra'.
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