Empieza la cuenta atrás. Con los contagios disparados, las CCAA siguen inmersas en una contrarreloj para blindar una vuelta a clase que aún no aporta garantías. Madrid no es una excepción. Las autoridades sanitarias y educativas de la región que preside Isabel Díaz Ayuso han acelerado en la última quincena de agosto para ultimar protocolos. El BOCEM se ha hecho eco este lunes de la última batería de propuestas que vuelven a apostar por una vuelta a las aulas presencial que solo avala la suspensión generalizada de la asistencia si la situación es límite.
La actualización de este 31 de agosto que ha publicado la autoridad regional no da un paso atrás: "Con carácter general, la actividad lectiva será presencial para todos los niveles y etapas del sistema educativo, priorizándola para el alumnado de menor edad, al menos hasta el segundo curso de la Educación Secundaria Obligatoria. La suspensión generalizada de la actividad lectiva presencial por parte de la Comunidad de Madrid únicamente se adoptará ante situaciones excepcionales". Asimismo, la propia Díaz Ayuso ha atajado las críticas sobre los plazos con los que han trabajado las autoridades sanitarias de la comunidad y ha defendido que "no es correcto decir que Madrid va tarde". Así, la presidenta autonómica ha insistid en que la suya ha sido la primera comunidad autónoma en anunciar su plan para el regreso a las aulas de los alumnos madrileños.
El citado documento otorga a la Consejería de Educación y Juventud, liderada por Enrique Ossorio, la batuta de la vuelta a las aulas. Sin extralimitar sus capacidades, "el departamento podrá a dictar, en el ámbito de sus competencias, cuantas medidas sean precisas para la ejecución de lo establecido en esta Orden". Ossorio, que desde el primer momento ha insistido en que su departamento seguiría el ritmo marcado por la Consejería de Sanidad, ya adelantó hace algo más de una semana que la escena que se barajaba la comunidad se asemejaba al conocido como 'Escenario II'. El texto de este lunes viene a confirmar esta valoración.
"Podemos parecernos al escenario dos”, anticipó el titular de la consejería de Educación hace unos días. Y es que las autoridades sanitarias han estado trabajando en protocolos que respondan a cuatro escenarios posibles, en materia educativa, en función de la evolución de la pandemia. "En el segundo prevén que los más pequeños van todos (a clase) pero menos alumnos por aula, y que los mayores una parte de la enseñanza fuera 'online' y otra presencial”.
Además de reforzar el papel del órgano que lidera Ossorio, el texto de la consejería vuelve a poner en el foco la polémica figura del coordinador Covid, que ha levantado ampollas en la comunidad educativa desde el primer momento. "Todos los centros ducativos designarán un coordinador para los aspectos relacionados con COVID-19 que debe estar familiarizado con todos los documentos relacionados con centros educativos y COVID-19 vigentes". Pese a las críticas de los docentes, la insistencia de la consejería es clara.
La comunidad educativa insiste en que sus profesionales no tienen ni la formación ni la competencia para llevar a cabo esta labor, que extralimita las labores exigibles a pie de pizarra. El texto de este lunes confirma que Madrid vuelve a hacer oídos sordos a las protestas de los profesores. "Esta persona actuará como interlocutor con los servicios sanitarios a requerimiento de la Dirección General de Salud Pública o por propia iniciativa cuando deba consultar algún asunto y deberá conocer los mecanismos de comunicación eficaz que se hayan establecido con los responsables sanitarios de la Dirección General de Salud Pública", atribuye el BOCM.
La coordinación entre departamentos y la capacidad de respuesta ante los brotes que puedan darse -y previsiblemente se darán- entre los pupitres, determinarán el éxito de la vuelta presencial a las aulas. Sobre el papel, la comunidad ha reforzado estos canales de cooperación. "Se constituirá un grupo de coordinación y seguimiento de la evolución de la pandemia formado por representantes de la Consejería de Sanidad y de la Consejería de Educación y Juventud de la Comunidad de Madrid", apunta el documento institucional que firma el propio consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero.
La pandemia ya ha puesto en el punto de mira esa capacidad de coordinación entre instituciones. Aunque las lagunas de esta cooperación no solo han salido a relucir en el seno de la comunidad de Madrid, la gravedad de la crisis de las residencias en el territorio madrileño puso en la picota las fórmulas regionales de respuesta conjunta -en este caso entre la Consejería de Sanidad y la de Políticas Sociales y Familia-. Ahora, el Gobierno de Díaz Ayuso tiene la oportunidad de limpiar su expediente, con todas las miradas puestas en un septiembre que suena a tormenta.
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