El INE se trasladará a Manoteras en enero ante el estado ruinoso de su sede central

  • Abordará una profunda reforma del edificio, remozado por Ferrovial en 2005 con una inversión de 22 millones de euros, que durará al menos cuatro años.
Fotografía futura sede del INE / José González
Fotografía futura sede del INE / José González

Poco más de una década después de su jubiloso estreno como una de las nuevas joyas arquitectónicas del Madrid del siglo XXI, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha decidido echar el cierre a su original y remozada sede central en el madrileño Paseo de la Castellana después de que un rosario de incidentes -desprendimientos, desconchones, goteras, problemas de climatización...- hayan cuestionado seriamente la idoneidad de la misma para acoger un centro de trabajo, ya no solo por su mayor o menor comodidad sino por el incumplimiento de los requisitos más básicos para garantizar la seguridad de los trabajadores.

El Consejo de Dirección del Instituto Nacional de Estadística (INE), que hace un par de meses ya solicitó la 'declaración de emergencia' para el edificio ante el encadenamiento de incidentes, ha decidido de común acuerdo con la Dirección General de Patrimonio, y en atención a los informes que sobre el edificio han realizado los servicios del Ayuntamiento de Madrid, aprobar la realización de una reforma estructural en su sede central que exigirá el cierre de la misma y trasladar a toda la plantilla que a día de hoy desempeña su trabajo allí (algo más de 800 empleados) a una nueva sede provisional que estará en el número 50 de la Avenida de Manoteras, según han confirmado a La Información fuentes del organismo.

Aunque no había una decisión definitiva adoptada al respecto, la Dirección del INE ya venía trabajando desde varias semanas atrás en el traslado de sus servicios centrales a una nueva ubicación en previsión de que los informes municipales aconsejaran el cierre definitivo del edificio ante la gravedad de los últimos incidentes, el último de los cuales sucedió hace apenas un par de semanas y obligó a clausurar el Salón de Actos del edificio después de que uno de los plafones situadas en el mismo se precipitara sobre el piso.

El INE había puesto la búsqueda de una nueva ubicación en manos de la Dirección General de Patrimonio del Ministerio de Hacienda, el organismo público encargado de la gestión del patrimonio inmobiliario del Estado, con el objetivo de encontrar un alojamiento barato en alguno de los edificios de oficinas propiedad de la Administración del Estado. 

La encomienda de esta tarea a Patrimonio no es una simple cuestión de gestión sino también un imperativo del plan de racionalización del patrimonio inmobiliario del Estado puesto en marcha en su día por Cristóbal Montoro, que establecía como uno de sus principios la liquidación sistemática de los contratos de alquiler de los organismos estatales con terceros y la optimización del uso de la planta inmobiliaria del Estado en busca de ahorros presupuestarios.

Desde el año 2012, esta estrategia ha permitido al Estado reducir en 47 millones de euros la factura anual a la que tiene que hacer frente por tener que alquilar edificios de oficinas a proveedores privados. El INE no va a contribuir a este ahorro. La ausencia de edificios disponibles adaptados a las necesidades del instituto en el portfolio del Estado ha obligado al INE y a Patrimonio a rastrear el exigente mercado privado de oficinas de la capital de España en busca de una nueva sede.

Y la han encontrado en el Edificio Albor Plaza, un centro de oficinas enclavado entre los números 50 y 52 de la Avenida de Manoteras, dónde también se alojan firmas como 'Galería del Coleccionista' o la consultora Everis, que se ofrecía desde hace semanas como potencial sede corporativa en los portales especializados en el segmento inmobiliario de oficinas por una cuota mensual superior a los 300.000 euros mensuales (3,6 millones anuales). No han trascendido, sin embargo, las cifras por las que se ha apalabrado este edificio por parte del INE.

Traslado en enero

Las fuentes consultadas por La Información sí confirman que la intención de la Dirección del INE es abordar el traslado de sus Servicios Centrales a la nueva sede provisional en el barrio madrileño de Manoteras a principios de 2020, "entre enero o febrero, como muy tarde", y que la permanencia en este nuevo enclave podría prolongarse al menos durante los próximos cuatro años, que es el periodo que se ha calculado como necesario para abordar los trabajos de reforma estructural que necesita la actual sede del Instituto Nacional de Estadística.

El Consejo de Ministro habilitó el pasado mes de agosto una línea de crédito de 500.000 euros para abordar las actuaciones más urgentes al objeto de 'estabilizar' las condiciones del edificio, que había sufrido desprendimientos de partes de la fachada y de algunos componentes del tejado. El coste de la reforma total está pendiente de evaluar y, según fuentes del instituto, incluso está en cuestión si el edificio se rehabilitará para volver a acoger la sede central del INE o se le buscará otro destino.

Ferrovial, en el punto de mira

El penoso historial de incidencias de la remozada nueva sede estrenada por el INE en el año 2007 ha puesto en el punto de mira el trabajo realizado por la empresa constructora: Ferrovial. Según ha podido saber La Información, tanto sindicatos como organizaciones profesionales han exigido explicaciones a la Dirección del INE sobre las actuaciones tomadas por la institución contra Ferrovial a cuenta de los problemas constantes que el edificio ha tenido casi desde el momento mismo de su ocupación y pidiendo que se garantice la reparación de los inconvenientes causados al organismo y sus trabajadores.

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