De cara a la tramitación de los Presupuestos

Debate en el Gobierno por el impuesto al diésel: Iglesias pide a Sánchez congelarlo

Pablo Iglesias y el resto de dirigentes de Unidas Podemos en el Gobierno están intentando que en los próximos Presupuestos no se incluya la polémica subida del impuesto del diésel, según explican diferentes fuentes gubermantales consultadas por La Información. El área morada del Ejecutivo de coalición considera que se trata de una reforma fiscal que van a pagar todos los españoles, incluidos los ciudadanos pertenecientes a clases medias y bajas, por el mero hecho de disponer de un vehículo que se mueve con este combustible y que se trata de una medida que se podría aplazar a otro momento de la legislatura. Piden, en definitiva, que el Ministerio de Hacienda congele la modificación de esta tasa y priorice otras subidas fiscales.

El Gobierno está dividido con la subida del impuesto al diésel. Por un lado se sitúa la vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y la titular de Hacienda, María Jesús Montero. Ambas son partidarias de incluir en los Presupuestos de este 2020 el incremento en esta figura fiscal para equipararla a la de la gasolina, repitiendo de esta forma el plan fracasado en las cuentas públicas del año pasado que no vio la luz por la negativa de ERC. La oposición a esta hoja de ruta parte de los ministros morados que, liderados por Pablo Iglesias, creen que se trata de un impuesto que debería retrasarse para la segunda mitad del mandato.

Fuentes gubernamentales aseguran que el propio Iglesias ya ha trasladado a Sánchez su visión sobre el impuesto del diésel en reuniones y espacios de confianza que les unen. Consideran los morados que el Gobierno de coalición debería priorizar en este momento otras figuras fiscales como la reforma del Impuesto de Sociedades o la del IRPF. Es decir, en UP creen que el Ejecutivo debería abordar ahora impuestos que afectan a clases altas, empresas y grandes fortunas antes de reformar el del diésel. Desde la parte morada en el Ejecutivo prefieren no hacer declaraciones al respecto. 

Desde Hacienda aseguran que el plan inicial de María Jesús Montero pasa por incluir la subida del diésel en los Presupuestos que ya está elaborando el Ministerio y repetir el esquema de un incremento de 3,8 céntimos por litro. Son conscientes, no obstante, de que les espera un importante ejercicio de pedagogía ante una de las tasas más polémicas en la opinión pública. Actualmente hay en España más de 13 millones de vehículos diésel pero desde el equipo de la ministra de Hacienda quieren dejar claro que la subida no afectará a todos: volverán a excluir a los profesionales que cada día recurren a uno de estos vehículos para trabajar.

Las fuentes gubernamentales consultadas indican que, si no hay cambios de última hora como consecuencia de la petición que ha hecho Iglesias, el impuesto al diésel se incluirá dentro del paquete de "fiscalidad verde" que busca penalizar comportamientos contraproducentes desde el punto de vista medioambiental. Recuerdan que las autoridades comunitarias llevan tiempo recomendando al Gobierno español acabar con esta bonificación del diésel. Hay que recordar que en los PGE de 2019 el Gobierno calculó que esta medida supondría unos ingresos de 670 millones de euros anuales.

La subida del impuesto al diésel está sorteando, eso sí, presiones de las firmas automovilísticas, que son reacias, en general, a esta tasa. El sector ha visto desplomarse durante 2019 las ventas de este tipo de vehículos, según los datos de Anfac, la Asociación Nacional de Fabricantes de Coches y Camiones. Y eso que el Gobierno de Sánchez solo lanzó el "globo sonda" de acabar con este combustible. Durante 2019 se vendieron 1.258.260 turismos y todoterrenos, de los cuales únicamente el 27,9% fueron diésel. Desde el año 1994, hace 25 años, no se había registrado una cuota de mercado tan baja.

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En 2050 no podrán circular coches que emitan CO2

La vicepresidenta para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, afirmó hace unos días en la rueda de prensa posterior al consejo de ministros que en el proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética en el que trabaja el Gobierno se "mantiene a rajatabla" lo establecido por la Unión Europea que contempla que desde 2050 no podrán circular vehículos que emitan dióxido de carbono (CO2). Además, indicó que el texto en el que trabaja el Ejecutivo recoge una modificación que ahora contempla la obligatoriedad de que todos los municipios de más de 50.000 habitantes creen zonas de bajas emisiones.

Tasa a los billetes de avión, a los plásticos, Google y Tobin

El resto de impuestos verdes vendrán en forma de proyecto de ley, es decir, fuera de los Presupuestos de este año. Los dos inminentes son una tasa específica a la utilización del plástico y otra al uso del transporte aéreo, según adelantó La Información la semana pasada. Ambos salieron a consulta pública el pasado viernes.

El impuesto que gravará el transporte aéreo afecta especialmente a la compra de billetes de avión. Ya fue sugerido hace unas semanas por la vicepresidenta para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, como una tasa a aplicar en nuestro país. De hecho, en Francia ya se aplica: el país vecino tiene en vigor desde este año una 'ecotasa' que afecta a todos los vuelos que salgan de aeropuertos franceses al exterior del país. Una tasa similar fue lanzada en Alemania con el nombre de "impuesto climático" como una propuesta de la canciller, Angela Merkel, de reducir los gases de efecto invernadero. Otros países donde está vigente son Italia, Reino Unido, Noruega o Suecia, entre otros. La clara consecuencia de este impuesto al uso del transporte aéreo supondrá un incremento de los billetes de avión. Una fundación del PSOE calculaba que la recaudación que generaría esta tasa rondaría los 1.300 millones de euros.

El impuesto que penalizará el uso de envases de plástico prevé, por su parte, desincentivar comportamientos también contrarios al medio natural y, en definitiva, premiar una apuesta por recipientes limpios. El consumo de plástico es un problema a tener en cuenta tanto a la hora de producir como a la hora de reciclar o reutilizar. Se trata, además, de una tasa que ya ha sido propuesta por la Comisión Europea y que podría ser una herramienta para apuntalar el presupuesto comunitario.

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