No descarta una compañía

El dueño de Pegasus admite desconocer quién penetró en el teléfono de Sánchez

La empresa israelí NSO Group asegura que se comprometerá a investigar "cualquier sospecha de uso indebido" y que "cooperaremos y ayudaremos con cualquier investigación gubernamental".

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NSO no descarta a una compañía como autor del espionaje a Sánchez y Robles.
POOL MONCLOA / BORJA PUIG DE LA BELLACASA

El pasado lunes -día festivo en Madrid- La Moncloa anunció una rueda de prensa de urgencia y por sorpresa. Una comparecencia que generó en los minutos previos todo tipo de hipótesis. Sobre las 9:30, el rostro serio del ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, apareció en escena para informar en menos de cuatro minutos que el presidente del Gobierno y la ministra de Defensa habían sido espiados por el programa informático Pegasus. Se trataba de un hecho inédito en la democracia y cuya autoría se desconocía. "Un ataque externo", sentenció Bolaños. Esta acusación genérica, que el Ejecutivo no ha sabido concretar, se ha ceñido en recalcar que la intrusión no corresponde a un organismo del Gobierno. Un abanico de posibilidades que apunta ahora a países- como Marruecos o Rusia- o también a compañías privadas.

El sistema Pegasus es un programa informático de espionaje que pertenece a la empresa NSO. Una compañía -calificada de misteriosa para los expertos- y que se encarga, según relata en su página web, de crear tecnología para ayudar a las agencias de los gobiernos a prevenir e investigar el terrorismo y el crimen con el fin de salvar miles de vidas en todo el planeta. Fue fundada en 2010 por tres israelíes y, desde entonces, su control ha ido pasando por las manos de diversos fondos norteamericanos y británicos hasta llegar hoy a tener casi mil empleados. Aunque hace un año la compañía ya fue noticia, porque a través de su software 'estrella' se espiaron más de 50.000 teléfonos móviles de políticos, periodistas y activistas de todo el mundo, ahora vuelve a estar en el foco de la polémica tras una información revelada por The New Yorker y una investigación interna por parte del Gobierno.

El periódico La Información se ha puesto en contacto con la compañía israelí NSO. La empresa no descarta que una compañía -y no un país- pueda estar detrás del espionaje al presidente Sánchez y a la ministra de Defensa Robles. De hecho, desde que se conoció la noticia, Rusia y Marruecos se han convertido en los principales candidatos por la opinión pública. Una realidad que la empresa que ofrece el sistema Pegasus extiende a otros actores. NSO, después de ser preguntada por este periódico sobre si el espionaje se ha podido deber a las interferencias de un país o de una empresa privada, no ha podido confirmar ni desmetir ninguna de las dos opciones.

"No estamos familiarizados con los detalles de este caso concreto", han sentenciado. Que una compañía pudiera utilizar su programa, era una hipótesis que hasta ahora rechazaba, ya que Pegasus solo era supuestamente vendido a gobiernos. Lo que abre ahora un abanico de posibilidades sobre quién espió el móvil del presidente. Una situación que genera más incertidumbre. Por otro lado, la compañía israelí -ante la polémica que ha suscitado este caso dentro de nuestro país- ha afirmado que "nos hemos comprometido a que investigaremos cualquier sospecha de uso indebido, y cooperaremos y ayudaremos con cualquier investigación gubernamental sobre estos temas."

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El dueño de Pegasus admite desconocer quién penetró en el teléfono de Sánchez.

Europa Press

NSO trata de justificar su papel en la crisis. "Somos un proveedor de software, la empresa no opera la tecnología ni tiene conocimiento de los datos recogidos. La compañía no sabe ni puede saber quiénes son los destinatarios de sus clientes, pero aplica medidas para garantizar que estos sistemas se utilicen únicamente para los usos autorizados". Además, la empresa condena los ataques que se han producido. "La firme postura de NSO en estos temas es que el uso de herramientas cibernéticas con el fin de vigilar a políticos, disidentes, activistas y periodistas es un grave uso indebido de cualquier tecnología y va en contra del uso deseado de dichas herramientas críticas".

Este escenario se vuelve aún más dramático para el Ejecutivo ya que, una vez denunciado el hecho, no sabe de quién se ha podido tratar. Aunque su actuación -de presentar al gobierno como una víctima- parece indicar que, entre sus propósitos, se incluía aminorar la firmenza con la que los independentistas iban a cercarlos estos próximos meses, dicho objetivo no se ha cumplido. Ahora, ERC y Junts se muestran escépticos sobre la veracidad de este relato y la opinión pública expresa sus opiniones, basado en conjeturas, acerca de lo ocurrido. Un contexto que, quizá, explique por qué otros gobiernos -como Gran Bretaña o Francia- han desestimado confirmar los supuestos espionajes que, según dicen algunos medios, también habrían sufrido.

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