La extrema derecha se asienta en Cataluña

Vox irrumpe como cuarta fuerza en el Parlament y se lleva por delante al PP

La formación de Garriga y Abascal entra con 11 escaños y casi cuadruplica a los 3 de Casado, que empeora su resultado anterior y logra hacerse con ninguno de los 30 sillones que se ha dejado Ciudadanos.

l presidente del PP, Pablo Casado, el alcalde de Badalona (Barcelona), Xavier Garcia Albiol, el candidato al 14F, Alejandro Fernández, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, en un acto en Badalona
Vox irrumpe como cuarta fuerza en el Parlament y se lleva por delante al PP.
 EUROPA PRESS

Era una previsión anunciada. El ‘sorpasso’ de Vox sobre el PP en los comicios catalanes se ha materializado hasta el punto de que la formación de Garriga y Abascal casi cuadruplica a los de Casado, irrumpe con 11 escaños en el Parlament y se convierte de la noche a la mañana en la cuarta fuerza política de Cataluña, por delante de formaciones como la CUP y En Comú Podem y con casi el doble de sillones que Ciudadanos, los ganadores de hace cuatro años.

Las peores expectativas que se cernían en los últimos días de campaña sobre el PP se han cumplido y Alejandro Fernández apenas ha logrado mantener los 4 diputados que tenía la formación (se ha quedado en 3) tras una campaña de altibajos en la que ha pesado mucho la pelea con la extrema derecha y donde los populares no han podido captar ninguno de los 30 escaños que ha perdido Ciudadanos. Al final, se trata del peor resultado del PP en la historia en Cataluña. 

El partido de extrema derecha se ha asentado con fuerza en el Parlament gracias a los 7 escaños que ha logrado en Barcelona, todos ellos a costa de Ciudadanos, dado que los demás partidos soberanistas mantienen su parte anterior en la Ciudad Condal, donde el PSC se ha hecho con más de una docena de los escaños que tenían los de Arrimadas, la gran perdedora. El mensaje radical y maximalista de Ignacio Garriga ha servido para captar a los votantes que estaban muy defraudados con Ciudadanos y, además, descartaban al PP por el centralismo de su mensaje electoral y la escasa fuerza de su candidato, que apenas lleva dos años al frente del partido en Cataluña. 

El PP no ha calado con su mensaje de derecha moderada constitucionalista en un feudo donde ya le fue difícil lograr apoyos en las últimas elecciones generales, y se queda con un escaño menos de los cuatro que tenía, de forma que no logra siquiera formar un grupo parlamentario, como era su objetivo. Las últimas declaraciones de Casado sobre el 1-O, tachadas de contradictorias por los nacionalistas y que tampoco sentaron bien en los seguidores populares, han pesado en la recta final de la campaña. De hecho, los tres escaños del PP se centran en Barcelona, de forma que el partido de Casado se queda sin el escaño que tenía desde hace cuatro años en Tarragona y sin representación parlamentaria regional en cada una de las tres provincias catalanas. 

Frente a esos malos resultados del PP, los de Abascal se hacen con representación en todas las provincias catalanas, incluso llegan a tener dos escaños por Tarragona, tras hacerse con el que han perdido los populares. A pesar de ello, los votos de la derecha no van a servir para formar una mayoría  constitucionalista en Cataluña dada la caída de Cs y el PP. 

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