Tras la eventual ruptura del banco francés con Bankia 

Crédit Agricole, favorito para sellar una alianza internacional con Sabadell

La entidad que preside Oliu busca un acuerdo con un banco europeo para convalidar su proyecto tras romper con BBVA. Entre las opciones que se barajan el francés Crédit Agricole figura como favorito.

Oliu y Guardiola, presidente y CEO de Sabadell, renuncian al variable de 2020
Josep Oliu y Jaime Guardiola, presidente y CEO de Sabadell. 
EFE

Sabadell decidió hace apenas unos días romper las negociaciones con BBVA en las que se estudiaba una posible fusión. Apenas once días después de que se confirmase la existencia de los contactos entre ambas entidades, la que podría haber sido la tercera operación de concentración de esta nueva ola saltaba por los aires. Sabadell, ante la posibilidad de que esto ocurriese, ya tenía un plan B bajo la manga cuyos aspectos principales se dieron a conocer el mismo viernes: continuar en solitario y desinvertir ciertos activos, como TSB o el negocio de México. Además, dentro del mercado financiero se maneja la alternativa adicional de una alianza estratégica que implique un intercambio de capital con otra entidad europea, lo que le permitiría conseguir sinergias en ingresos. 

La entidad que encabezan Josep Oliu y Jaime Guardiola ha puesto la mirada en distintos países del entorno europeo, entre los que destacan Francia e Italia,  tal y como señalan los analistas del sector. Entre las opciones barajadas figuran marcas como BPM o Crédit Agricole, cuyos ejecutivos han estado meses atrás estudiando posibles intercambios corporativos. La entidad francesa es la que ofrece un perfil de negocio más cercano a los intereses del Banco de Sabadell y la que mejor podría encajar en una  potencial alianza. No en balde, Crédit Agricole mantiene en la actualidad una joint venture con Bankia orientada al segmento de crédito al consumo que  tendrá que ser rescindida tras la fusión de ésta última con Caixabank. 

Los mercados francés e italiano han sufrido muchos movimientos en las últimas semanas y, al igual que las entidades españolas, sus bancos también necesitan mover ficha para ganar eficiencia y mejorar la rentabilidad. Las cartas alpinas ya se han cambiado de manos. Francia, en cambio, aún tiene tres grandes entidades con apetito: BNP Paribas, Société Générale y Crédit Agricole. La primera de ellas, encabezada por Jean-Laurent Bonnafé, es uno de los principales bancos en el continente y sería, de acuerdo con las mismas fuentes, demasiado grande para la operación que busca Sabadell, pues estaría muy descompensado en lo que a tamaño se refiere. 

La segunda opción sería Société Générale. La entidad que encabeza Paulin Talabot tiene un importante problema con la eficiencia. Según los últimos datos, los gastos fueron tres cuartas partes de sus ingresos netos a cierre del mes de septiembre. El banco cuenta con el objetivo de reducir los costes a 16.500 millones para el cierre del ejercicio, pero aún así no sería suficiente para ponerse al nivel de sus pares europeos. Por esta circunstancia, tampoco sería la mejor opción para la entidad catalana. 

El preferido sería Crédit Agricole, según diferentes analistas del mercado. La entidad gala acaba de lanzar la compra del banco italiano Crédit Valtellinese (Creval) por 737 millones en efectivo tras fallar en sus aspiraciones por hacerse con Banco BPM -resultante de la fusión de los antiguos Banco Popolare y la Banca Popolare di Milano-. El apetito de la francesa por el sur del continente no habría desaparecido con esta compra y existiría la posibilidad de que uno y otro sellen un acuerdo. 

Además, este banco francés se verá obligado a poner fin su alianza en España con Bankia una vez que se cierre la fusión de la heredera de Caja Madrid con CaixaBank. Cabe recordar que Crédit Agricole y la firma que encabeza José Ignacio Goirigolzarri lanzaron a principios de este ejercicio, antes incluso de que el coronavirus fuese un riesgo real para nuestro país, una joint venture dedicada a los créditos al consumo en nuestro país bajo la marca 'Soyou'. El objetivo de la ahora caduca unión con Bankia era liderar la financiación al consumo en nuestro país a través de los puntos de venta y con la vista puesta en los préstamos personales.

Los franceses ostentaban el 51% del capital, mientras que la española hacía lo propio con el 49% restante. La firma que capitanea Philippe Brassac podría quedarse con el 100% de la sociedad una vez que se reciban las autorizaciones regulatorias de la fusión de CaixaBank que se sellará en las juntas de accionistas de esta misma semana, por lo que, a juicio de los analistas del mercado, Sabadell podría ser el banco perfecto para tomar el relevo de Bankia y facilitar que Crédit Agricole continúe ligado al mercado español. 

Desinversiones de Sabadell

Más allá de esta opción, Sabadell también contemplará en la hoja de ruta que presentará durante el primer trimestre de 2021 otras estrategias para ganar eficiencia en España al tiempo que analizará con sus asesores alternativas estratégicas de creación de valor respecto a los activos internacionales del grupo. En este punto se incluiría, además de la filial británica TSB, el negocio de la entidad catalana en México. Sabadell adquirió la marca británica en 2015 por más de 2.300 millones de euros pero una venta en un mercado tan agitado como el de Reino Unido en otro momento hará que el precio de una hipotética operación, según los analistas del mercado, se quede muy por debajo de esta cantidad.

El objetivo a partir de ahora para la entidad de Josep Oliu es seguir en solitario ganando eficiencia y centrándose en el mercado nacional como foco principal para un negocio que, tras la fusión fallida con BBVA, necesita reducir costes. Y debe de hacerlo más pronto que tarde, pues en apenas dos sesiones bursátiles -la del viernes y la del lunes- las acciones de la entidad catalana se han situado por debajo de lo que estaban antes de que se hicieran públicas las negociaciones. El pasado viernes 14 cerraron la sesión en los 0,34 euros, mientras que este lunes volvieron a teñirse de rojo y se situaron en los 0,33 euros tras perder más de un 6%. El mercado no se ha tomado nada bien la marcha atrás de la fusión y necesita una hoja de ruta para volver a valorar a la entidad. 

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