El fabricante de bebidas austriaco Red Bull ha reconocido que funcionarios de la Comisión Europea y de la autoridad de Competencia austriaca visitaron sus instalaciones el pasado 20 de marzo de forma sorpresiva ante las sospechas de prácticas anticompetitivas. En un breve comunicado, Red Bull ha asegurado que la compañía cooperará con la Comisión Europea y ha anunciado que cualquier otra información sobre el caso deberá ser solicitada directamente al Ejecutivo comunitario.
El Ejecutivo comunitario no detalló inicialmente el nombre de la empresa ni los países en los que tuvieron lugar las visitas. Lo que Bruselas sí ha apuntado es que las denominadas inspecciones no anunciadas son un paso previo en una investigación sobre presuntas prácticas anticompetitivas. En este sentido, ha recordado que esto no presupone que la empresa sea culpable de un comportamiento anticompetitivo aunque sobre la mesa existen indicios que pueden apuntar hacia abusos de posición dominante.
Red Bull cerró el año pasado con unos ingresos de 9.684 millones de euros, un 24 % más que el año anterior. Además, en todo el mundo, se vendieron más de 11.000 millones de latas de esta bebida. Por su parte, el fundador y propietario de la compañía Dietrich Mateschitz, de varios clubes del fútbol y escuderías de Fórmula 1, entre otros, falleció el pasado octubre a los 78 años de edad.
Presuntas prácticas anticompetitivas
El procedimiento previsto en estos casos no establece un plazo legal para completar las investigaciones sobre una conducta anticompetitiva. Su duración depende de varios factores, incluida la complejidad de cada caso, la medida en que las empresas cooperen con la Comisión y el alcance del ejercicio de los derechos de defensa, precisó la Comisión Europea.
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