En un movimiento crucial en la política digital estadounidense, el comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes de EEUU ha dado un paso significativo hacia la prohibición de TikTok en el país. Con 50 votos a favor y ninguno en contra, el comité aprobó una propuesta legislativa que establece un ultimátum a TikTok: desligarse de su propietaria china, ByteDance, o enfrentar una prohibición en territorio estadounidense.
Esta medida, aún lejos de ser definitiva, exige la aprobación tanto de la Cámara de Representantes como del Senado, además de la ratificación gubernamental. No obstante, recientes declaraciones de Karine Jean-Pierre, portavoz de la Casa Blanca, indican un apoyo gubernamental al proyecto, considerándolo de "importante" relevancia. Asimismo, el liderazgo republicano en la Cámara Baja ha expresado su intención de someter la ley a votación pronto.
Los congresistas Mike Gallagher (republicano) y Raja Krishnamoorthi (demócrata), quienes introdujeron la ley, han enfatizado la preocupación por la seguridad nacional. En un comunicado, manifestaron que "mientras TikTok sea propiedad de ByteDance, controlada por el Partido Comunista de China, presenta una grave amenaza para la seguridad nacional estadounidense". Por su parte, ByteDance ha interpretado esta ley como una prohibición encubierta de TikTok en EEUU.
El debate sobre TikTok y su relación con la seguridad nacional no es nuevo. El expresidente Donald Trump ya intentó imponer una prohibición similar, citando preocupaciones de seguridad, aunque su intento fue eventualmente revocado por el actual presidente Joe Biden.
La polémica de TikTok en EEUU
Mientras tanto, la app, con 170 millones de usuarios solo en EEUU, se encuentra en una encrucijada. Durante la administración Trump, ByteDance llegó a negociar con Microsoft para una posible venta parcial, pero estos planes no llegaron a materializarse. El expresidente Donald Trump (2017-2021) intentó prohibir TikTok aludiendo al mismo motivo de la "amenaza para la seguridad nacional", aunque la medida terminó en los tribunales y fue anulada por el ahora presidente, Joe Biden, sin que entrase en vigor.
Gallagher ha defendido ahora la medida, describiéndola no como una prohibición, sino como "una intervención quirúrgica diseñada para extirpar un tumor y salvar al paciente en el proceso". Este enfoque sugiere una estrategia para mitigar los riesgos de seguridad sin eliminar completamente la popular aplicación de la vida digital estadounidense.
La decisión del comité representa un momento significativo en el debate sobre la influencia y el control de las grandes empresas tecnológicas, especialmente aquellas con vínculos estrechos con gobiernos extranjeros. A medida que el proyecto de ley avanza, se espera un escrutinio continuo y debates intensos sobre el equilibrio entre seguridad nacional y libertad en el espacio digital.
