El Parque Warner Madrid reclama recuperar la conexión por ferrocarril que tuvo desde su apertura y hasta que el gobierno de la Comunidad de Madrid, propietario de la infraestructura, decidiera clausurarlo en 2012 alegando baja demanda. La dirección del parque temático ha hecho público su interés en recuperar la línea de tren que unía San Martín de la Vega con Pinto, donde se efectuaba el transbordo a Madrid, con el objetivo de facilitar el acceso a los clientes y trabajadores del parque.
Desde Parque Warner defienden la alternativa del tren como forma de disponer de un medio de transporte de calidad y sostenible para su público. En la actualidad, el 90% de sus visitantes acceden en coche a la instalación, situada a 35 kilómetros del centro de Madrid. Esta situación genera de forma recurrente importantes colas en los accesos, llegando a registrarse demoras de hasta hora y media en temporada alta.
El único transporte público disponible para llegar hasta el parque de atracciones es una línea de autobús que califican de "deficiente", debido a la necesidad de efectuar transbordo, lo que extiende el desplazamiento hasta unos 70 minutos, frente a la media hora que se tarda en vehículo privado desde el centro de la capital. "Es un servicio inadecuado, sobre todo para familias con niños pequeños", explican.
Desde Warner Madrid han reclamado reforzar las frecuencias de las líneas 410, 412 y 413 que conectan el parque de ocio con Villaverde, Pinto y Ciempozuelos, sin que hayan visto satisfechas sus demandas. Para hacer frente los picos de visitantes, han gestionado con el concesionario de estos servicios interurbanos, La Veloz, la puesta en marcha de lanzaderas directas desde la estación de Méndez Álvaro.
Reuniones con la Comunidad de Madrid
La dirección del parque de ocio asegura haber mantenido varias reuniones con las consejerías de Transportes y Turismo de la Comunidad de Madrid para poder abordar una solución. "Una mejor conexión por tren traería importantes beneficios a Parque Warner y su entorno, como la mejora del servicio del transporte público a la localidad de San Martín de la Vega, la reducción del tráfico rodado y de la contaminación en la Comunidad de Madrid", explican.
La compañía gestora, Parques Reunidos, justifica su reclamación como motor económico de la zona, ya que la instalación da empleo a más de 1.000 personas y atrae múltiples visitantes a la región madrileña. En concreto, sus cifras muestran que el 45% de su público procede de fuera de Madrid y se hospedan en la región al menos una noche. "Es una gran palanca para el turismo", sostienen.
La Comunidad de Madrid se ha comprometido a restaurar los antiguos edificios de viajeros de las dos únicas estaciones de este ramal, que han sufrido un importante deterioro por el vandalismo. También se vallarán estas instalaciones y limpiarán los aparcamientos que daban servicio a los escasos viajeros del extinto servicio de Cercanías. 'La Warner' se suma así a las reivindicaciones del alcalde de San Martín de la Vega, localidad en la que se sitúa el parque, quien ha solicitado la reapertura de la línea como forma de resolver los problemas de transporte de su municipio.
Una línea creada 'ad hoc'
La historia del ferrocarril a San Martín de la Vega tiene su origen en las exigencias de los entonces propietarios del parque, Warner Media, para llevar a cabo el proyecto. Su propuesta inicial contemplaba la construcción de un monorraíl desde otra localidad cercana, Valdemoro, que fue rechazada por la entonces Consejería de Obras Públicas del gobierno de Alberto Ruiz Gallardón (PP). Ambas partes acabaron consensuando la ejecución de un ramal ferroviario desde Pinto, que construiría y financiaría la Comunidad de Madrid, convirtiéndose en responsable del mismo.
La línea se inauguró el 6 de abril de 2002, cuatro días antes de que abriera el Parque Warner, tras invertir 86 millones de euros en ella. Renfe se convirtió en operadora del servicio de Cercanías y creó una nueva línea, la C-3a, entre Pinto y San Martín de la Vega. Esa operativa fue la condena del tren desde su primer día: la necesidad de transbordar en Pinto para continuar el trayecto hacia Madrid desincentivaba a los viajeros, que veían cómo sus trayectos se alargaban al no garantizar la conexión horaria con los trenes de la línea C-3.
La puntilla llegó con la crisis económica. La baja demanda de viajeros, unos 190 diarios de media, fue la excusa utilizada por la Comunidad de Madrid para suprimir definitivamente este servicio. El ejecutivo regional aseguraba que esta clausura permitiría ahorrar 3,3 millones de euros anuales. El 4 de abril de 2012 se cerró definitivamente.
Pero la decisión del gobierno de Esperanza Aguirre no se quedó ahí. Al año siguiente ordenó el desmantelamiento total de la línea, de modo que en 2013 se arrancaron vías, los postes de catenaria y la infraestructura de telecomunicaciones que todavía no había sido robada o vandalizada, quedando solamente los edificios de las estaciones. Apenas habían pasado 11 años desde que se puso en marcha.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios