Pagarán 1.500 millones este año

El mercado mantiene en vigilancia a la banca por el impacto del impuesto 'extra'

Los analistas advierten de que mantener el tributo más allá de 2024 puede afectar al atractivo inversor de las entidades al limitar el reparto de dividendos y frenar la atracción de capital a medio plazo. 

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El mercado mantiene en vigilancia a la banca por el impacto del impuesto 'extra'. 
Nerea de Bilbao (Infografía)

La gran banca española extiende las subidas en bolsa y contiene las pérdidas del Ibex 35, que ha arrancado el año con dudas. La expectativa de otro ejercicio dorado en lo que a beneficios se refiere al calor del retraso en la bajada de los tipos de interés contribuye a este tono positivo. Un optimismo compartido tanto por las entidades como por analistas, que confían en su capacidad para mantener la rentabilidad a doble dígito bajo el paraguas de unos ingresos por intereses estables. Si bien el mercado considera que los desafíos para este 2024 son limitados ante la resistencia del mercado laboral y de la economía, factor especialmente favorable para los bancos más enfocados en el negocio nacional, alertan de que los riesgos pueden venir de las dudas existentes en torno al impuesto extraordinario al sector.

"La incertidumbre política sigue siendo uno de los principales obstáculos para los inversores, especialmente en lo que respecta a la escasa certidumbre legal y fiscal", señalan desde Deutsche Bank. En un informe titulado '¿Protegido de la tormenta?', los expertos de esta casa de análisis critican la falta de claridad acerca de que este tributo se convierta en permanente, motivo que les ha llevado a rebajar el precio objetivo de la mayoría de entidades y avisan de que los inversores "desconfían de los retos que se avecinan". Esta tasa, que grava con un 4,8% los ingresos por intereses y las comisiones, se ha prorrogado hasta el 31 de diciembre de 2024. Aunque no hay nada en firme, apuntan que la intención de mantenerlo en el tiempo restaría atractivo a los bancos. 

No obstante, prevén que de confirmarse, su impacto sería más reducido en el beneficio por acción, si se tiene en cuenta que los tipos de interés van a bajar y, por tanto, se reducirá su volumen de negocio. En este sentido, calculan que los bancos cotizados afectados "seguirán soportando una carga" de más de 1.400 millones en los próximos años. La cifra está por debajo de los casi 1.500 millones que desembolsarán este año las seis grandes, en base a las cifras aportadas durante la presentación de los resultados anuales. De esta cantidad, la mayor parte corresponde a CaixaBank, que pagará unos 500 millones, tal y como ha avanzado. El importe restante se reparte entre Banco Santander (338), BBVA (285), Banco Sabadell (190), Bankinter (100) y Unicaja (77).

Pero Deutsche Bank no es la única firma que se mantiene en guardia. Carola A. Saldias Castillo, analista de Scope Ratings, argumenta que puede perjudicar la competitividad y la atracción de capital a medio y largo plazo. "Un impuesto permanente y más estricto obstaculizaría una mayor consolidación en el sector bancario español, ya que los grupos diversificados internacionalmente limitarían su exposición a países en los que la presión fiscal es mayor" remarca. La experta pone el foco en los bancos de tamaño más reducido que tienen por delante el reto de "mejorar la eficiencia". Pese a que, en su opinión, la carga tributaria podría "limitar el crecimiento", indica que la tasa es positiva para el crédito, en la medida que los bancos cuenten con limitaciones regulatorias y políticas que limiten los riesgos tanto al alza como a la baja. Con todo ello, defiende que sus efectos han sido "manejables". 

Por su parte, Nuria Álvarez, analista de banca de Renta 4, se desmarca de esta visión. "El mercado ya ha descontado que sea indefinido", indica. A su juicio, tiene más importancia a ojos del mercado los múltiplos de cotización que las consecuencias derivadas del mismo, que repercute en las remuneraciones a los accionistas. Una de las principales quejas lanzadas desde el sector al nuevo ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, durante la ronda de contactos que mantuvo el pasado mes de enero radicaba en su diseño. Al margen de que contabilizar pérdidas no exime de su pago, ya que se paga en función de los ingresos, cargaron contra su carácter "discriminatorio" al dejar fuera a aquellos con ingresos inferiores a 800 millones, como son las firmas extranjeras o las cajas rurales, situación que, en su opinión, les hace competir en desventaja en la operativa local. 

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