Inditex y su crisis saudí: ¿Quién es su socio local investigado por corrupción?

  • Es el 'partner' del grupo gallego en la implantación local de sus cadenas, como Zara, Massimo Dutti o Uterqüe; y exdueño de la desaparecida Blanco.
Imagen de una tienda de Zara en Arabia Saudí.
Imagen de una tienda de Zara en Arabia Saudí.

Es uno de los nombres fuertes del empresariado de Arabia Saudí y responsable de llevar a su país algunos de las grandes cadenas de distribución, como GAP, Top Shop, Clarks, Banana Republic o Superdry. Pero, sobre todo, Fawaz Abdulaziz Alhokair se ha convertido en uno de los actores clave del 'retail' árabe gracias a firmas españolas. Ha sido el socio local de Cortefiel, Mango y de las cadenas del grupo Inditex (Zara, Massimo Dutti, Bershka, Uterqüe, Pull & Bear, Oysho...). También fue propietario de Blanco, hasta que la cadena echó el cierre tras sucumbir a la liquidación.

Ahora su poder está en entredicho. Fawaz Alhokair es uno de los investigados en la megaoperación de investigación por un presunto caso de corrupción, según adelantó la agencia Bloomberg, en la que han caído desde ministros a empresarios (y millonarios) saudíes. Uno de ellos es Alwalid Bin Talal, que ha invertido en empresas como Apple, Twitter o News Corp y está considerado uno de los 30 hombres más ricos del mundo. La cuestión no es menor. No en vano, las investigaciones están impulsadas por el príncipe heredero Mohammed bin Salman, quien también trataría de mitigar las aspiraciones de un bloque político y económico contrario a la actual línea de sucesión.

En esas investigaciones, Fawaz Alhokair fue retenido hace unos días en el hotel Ritz Carlton, según las citadas fuentes. Y sus cuentas, congeladas, lo que complicaría los planes económicos de su grupo de distribución que, además de ser socio de algunos de los grandes de la moda occidental, también gestiona espacios y centros comerciales.

En el caso de Inditex, Fawaz Alhokair ha sido socio del grupo gallego no sólo en su implantación en el país árabe, también en otros mercados, como Azerbaiyán, Georgia y Jordania, entre los que suma cerca de 200 tiendas. Sólo en su país, entre las distintas cadenas con las que opera, Alhorkair supera los 1.500 puntos de venta y la fortuna personal del empresario se estima en más de 1.200 millones de dólares (el equivalente a 1.011 millones de euros).

La caída de Blanco

La investigación por presunta corrupción no es el único borrón en su carrera empresarial. Ahí la caída de Blanco se convirtió en su principal fracaso. En 2014 salió al rescate de la enseña española tras su primer concurso de acreedores. Pagó por ella cerca de 40 millones de euros (aunque nunca confirmó el importe) y puso en marcha un plan de reestructuración, con cierre de locales y recorte de empleo incluidos. No fue suficiente.

A finales de 2016, Blanco anunció el cierre del centenar de tiendas que permanecían abiertas y el despido de sus 850 empleados. Hoy, algunos de sus empleados tratan de relanzar la enseña bajo la denominación New Blanco y la antigua dirección de la cadena está siendo investigada por la Audiencia Nacional tras la denuncia presentada por Plataforma de Afectados por la Situación de Blanco (empleados y proveedores). Acusan a los exgestores de estafa, insolvencia punible y alzamiento de bienes.

Alhokair nunca ha desvelado qué factura conllevó la fracasada inversión en Blanco pero la nueva investigación en su país local puede tener otra derivada económica: frenar el intento de sacar a bolsa su negocio de centros comerciales.

Mientras, Inditex no confirma si las investigaciones a su socio saudí afectarán a sus planes en una de las principales potencias económicas de Oriente Medio. Hasta ahora, las crisis que han impactado la imagen del grupo gallego, más que a sus socios, han afectado a sus proveedores. Una de las últimas, en Turquía.

Algunas de las prendas de las tiendas turcas de Zara contaban con una doble etiqueta. La primera, la oficial de la prenda. La segunda, con un mensaje: "Yo fabriqué esta prenda de Zara que vas a comprar pero no me pagaron por ello". Esta última, obra de los empleados locales de Zara en solidaridad con los trabajadores de Bravo, una fábrica turca subcontratada por Inditex, Next y Mango que quebró en 2016 dejando a 140 familias en la calle con los salarios pendientes de cobro.

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