Glovo saca la tijera en su negocio de supermercados. La compañía española ha anunciado hoy a la plantilla de esta división el inicio de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectaría a un centenar de empleados. Arranca ahora la negociación, por lo que se prevé que esa cifra pueda modificarse. Es la consecuencia del cierre de seis de estas 'dark store' en diferentes ciudades de España. Desde la dirección alegan "difícil acceso a la financiación" y una "evolución insuficiente del volumen de negocio". El sindicato UGT, mayoritario en la empresa, denuncia un "endurecimiento" de las condiciones salariales de la plantilla que se queda en los establecimientos que se mantendrán abiertos.
Este jueves se ha comunicado a la plantilla el cierre de los centros de Bilbao, Pamplona, Tenerife, Las Palmas, Alicante y Granada. El resto de establecimientos en Barcelona, Madrid, Zaragoza, Valencia, Sevilla, Málaga y Palma de Mallorca permanecerán abiertos. En total son en torno a un centenar de empleados que eran contratados de manera directa por parte de la empresa y no eran autónomos como los 'riders'.
Ahora arranca la negociación de la dirección de la multinacional dirigida por Óscar Pierre con la plantilla que se alargará durante un mes. Por tanto, la cifra final no se conocerá hasta mediados del próximo mes de febrero. Sea como sea, según explican fuentes de la empresa, estas salidas representan aproximadamente un 10% del total de empleados de esta división de supermercados.
La compañía alega un "difícil acceso a capital e inversión" y una "evolución insuficiente del volumen de negocio" registrado en los últimos meses en estas tiendas. Un portavoz de la firma apunta a que esas cifras de facturación hacía que no hubiera previsión de ser rentables. Super Glovo se abrió antes de la pandemia con el objetivo de crecer en el reparto de compras de conveniencia repartidas por sus propios 'riders'. Ahora busca reducir la inversión.
Desde UGT, sindicato mayoritario en el comité de empresa de esta división, aseguran que junto con este ERE ha habido un "endurecimiento" de las condiciones laborales del resto de empleados. Insiste en que la firma se ha descolgado del convenio de sector y ha recortado la remuneración salarial eliminando complementos como el plus de transporte, el de trabajo en festivo o el de vestuario. Para la organización la situación económica alegada por la empresa es "dudosa".
Ya en 2023, la empresa también llevó a cabo un despido colectivo para sus oficinas centrales en Barcelona, coincidiendo con otro recorte de la matriz -la alemana Delivery Hero-. En total salieron 140 empleados después de un acuerdo entre la dirección y la plantilla con un aumento de las indemnizaciones. A nivel global, la plataforma anunció la salida de un total de 250 trabajadores -el resto se repartían entre otras oficinas-.
La pugna de los 'riders'
En paralelo a estos ajustes en la plantilla propia, la compañía sigue inmersa en su pugna con el Ministerio de Trabajo por su modelo laboral con los repartidores. Delivery Hero anunció el pasado mes de noviembre, en la presentación de resultados del tercer trimestre del año, que provisionará entre 30 y 45 millones de euros trimestrales como "pasivo contingente" por las potenciales multas de la Inspección de Trabajo. Los germanos ya admitieron que habían recibido la primera acta por su modelo revisado basada en la nueva 'ley rider'.
Esa cantidad se sumaría a los 400 millones que desveló también ese 2023 y que se referían al periodo comprendido entre los veranos de 2021 y 2023. La española cerró el ejercicio 2022 con unas pérdidas netas de 412 millones de euros. Las cifras del pasado ejercicio no están aún disponibles, pues no se ha presentado el informe anual por la firma alemana ante el regulador del país.
