¿Qué compañía se echa antes a la mar?

Cruceros varados y tripulantes en ERTE o atrapados: el verano es una incógnita

Mientras que algunas navieras abren la puerta a salir a navegar durante el verano; otras, como la española Pullmantur, retrasan su vuelta a las aguas hasta el mes de noviembre. 

Cruceros varados
Cruceros varados y tripulantes en ERTE o atrapados: el verano es una incógnita.
L.I.

Las aguas están en calma y eso es todo un calvario para las compañías de cruceros, que —unas más que otras— ven todavía lejos la vuelta de sus navíos a los mares y cada vez más altas las pérdidas económicas. A mediados de marzo, las navieras anunciaron el cese de su actividad ante la irrupción de la Covid-19 en Europa y, en el mejor de los casos, mandaron al ERTE a sus tripulantes. Algunos de ellos, como los de Carnival Corporation, no pudieron ni siquiera ser repatriados y han tenido que pasar la pandemia a bordo, atracados en el puerto de turno. El verano se antoja una incógnita para el sector. Al tiempo que firmas como la española Pullmantur anuncian que no retomarán sus trayectos hasta otoño, otras como MSC sondean varias fechas a principios de agosto para volver. La decisión final, sin embargo, la tienen los Gobiernos de cada estado, todavía temerosos del virus, pero conscientes de la importancia de no perder el ritmo que marque la competencia.

En palabras de Alfredo Serrano, presidente de la filial española de CLIA ('Cruise Lines International Association'), una especie de patronal del sector, "antes de la crisis sanitaria, España era el segundo país que más cruceristas recibía y el cuarto que más generaba". Para él es importante que el Ejecutivo sea "lo suficientemente ágil como para abrir los puertos a tiempo" y, así, no perder comba con el resto de países. "Barcelona es, hoy por hoy, el principal puerto del Mediterráneo" y esa es una categoría que, según Serrano, tiene que lograr mantener cuando las compañías se vuelvan a echar a las aguas. Las navieras, eso sí, necesitan que los dirigentes europeos "marquen cuanto antes los protocolos en los puertos" para retomar los viajes con seguridad: "Ellos son los responsables del entorno regulatorio", desliza el presidente de CLIA. 

Aún no se ha reestablecido la actividad en ninguna medida, pero CLIA transmite a La Información la intención de que se pueda "empezar a navegar de forma prudente y tímida durante esta verano, especialmente en Europa". De todas formas, el gigante del mar lo tendrá difícil para volver a levantarse. Se trata de embarcaciones preparadas para acoger a miles de personas y por ello deben actuar con mucha cautela. No obstante —según informa 'Cinco Días'— otras empresas que comercializan cruceros mucho más lujosos, con capacidad para solo 100 o 150 personas, como A-Rosa y Nicko Cruises (ambas con sede central en Alemania), ya empezaron a realizar trayectos fluviales a principios del mes de junio y esperan asaltar pronto la frontera marítima.

Tripulantes 'en tierra' y ERTE

Un crucero es una microsociedad compleja en la que, además del pasaje, conviven tripulantes con rangos salariales muy distintos. Desde el capitán, cuyo sueldo puede llegar a rondar los 10.000 euros mensuales; hasta el personal básico de limpieza, que, según la agencia ThoughtCo, cobra un sueldo que rara vez supera los 600 euros al mes. Entre medias, los 'barmans', los camareros de mesa o los chefs —por poner algunos ejemplos— perciben habitualmente unos 2.000 euros mensuales y, en algunos casos, los chefs llegan hasta los 3.500. Son trabajadores que, como en cualquier sector, solo tienen sentido si hay clientes. Cuando la pandemia lo paralizó todo y las navieras echaron el cierre, los trabajadores tuvieron que volver a casa, pero no siempre fue tan fácil. "Ha sido una temporada dura para la tripulación: en muchos casos no pudieron regresar a sus respectivos lugares de origen", tercia Alfredo Serrano. 

En su mayoría, los tripulantes de las embarcaciones son originarios de países asiáticos y suramericanos. Cuando los estados cerraron fronteras y cortaron líneas aéreas, muchos no pudieron volver. "Algunas empresas fletaron sus propios vuelos para repatriar a los empleados", asegura Serrano, "pero no hubo espacio para todos". Es el caso, por ejemplo, de parte de la tripulación de Carnival Corporation. La empresa británico-estadounidense-panameña aseguró, tal y como informa la Agencia Efe, que durante el mes de julio espera poder gestionar la vuelta a sus hogares de 21.000 empleados que todavía siguen varados en distintos puertos del mundo. En conversación con 'La Información', Alfredo Serrano asevera que "en algunos casos no se pudo repatriar a los tripulantes por la conectividad aérea, pero, en otros, tuvieron la culpa todas las dificultades que impusieron las autoridades estatales". 

Fue una "pesadilla" para ellos, en palabras de Serrano, no poder pasar los días más angustiosos de la crisis sanitaria con sus familias. En el caso de la naviera española Pullmantur —que en 2019 logró las mejores cifras de los últimos 15 años— en la actualidad ya no tiene ningún tripulante en esa situación, tal y como han afirmado fuentes de la compañía a este diario. Lo que sí que han tenido que llevar a cabo son procesos de ERTE con parte de su plantilla. A priori, se trata de la situación 'menos mala' teniendo en cuenta el tipo de contrato que predomina en el sector, a menudo de carácter temporal.

Medidas de seguridad y colaboración entre puertos

De los 8,6 millones de personas afectadas por Covid en todo el mundo, 3.o00 pueden vincularse a la industria del crucero, según datos de CLIA. De todos modos, durante los meses de pandemia "las compañías han trabajado para ampliar las medidas de seguridad y ofrecer una experiencia segura tanto para los pasajeros, como para los tripulantes", detalla Serrano. En cuanto al caso concreto español, "un destino al que llegan año tras año 11 millones de visitantes a través de los puertos", es esencial "transmitir tranquilidad a los turistas europeos y del resto del mundo". Los datos que maneja la patronal, a pesar de la situación, no son en absoluto malos: las reservas de cruceros para el año que viene están por encima que las del año pasado.

Por otro lado, existe un factor que puede acabar convirtiéndose en un serio problema si no hay coordinación entre los puertos. Serrano argumenta que "para que la actividad crucerística sea fluida, tienen que ponerse de acuerdo en las normas de seguridad todos los puertos". Un crucero efectúa paradas, habitualmente, en cuatro, cinco o seis ciudades; por lo que, con tal de que las precauciones tengan resultado, las medidas de seguridad deberían ser las mismas en todas las escalas: la colaboración estrecha de todos los puertos se revela como el enésimo reto de la Covid-19. Fuentes del puerto de Barcelona sitúan en el mes de agosto la fecha en la que "la mayoría de compañías" se plantean retomar los viajes. Para entonces, confían en que "la pandemia estará controlada en España" y Moncloa habrá levantado las restricciones.

La precaución y las prisas conjugan un complejo pero necesario equilibrio con el que poner en marcha un sector que generó en España 47.860 millones de euros en cifras del 2017 y más de 110.000 empleos (datos de la Asociación Nacional de Empresas Náuticas). La agilidad del Gobierno a la hora de retirar las restricciones y la habilidad de vender la marca España como un destino seguro será fundamental para mantener al país a la cabeza de Europa y del mundo. 

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