Credit Suisse y UBS abren un nuevo horizonte para 'confiar' en las fusiones

Por lo general, son muchos los obstáculos que impiden a una megafusión entre bancos europeos tener un buen desenlace. Las preocupaciones sobre la participación en el mercado, la alineación tecnológica, la integración de clientes y el amplio laberinto regulatorio, construyen una barrera formidable para que este tipo de fusiones funcionen. No obstante, la integración entre UBS y Credit Suisse llevada a cabo el pasado mes de marzo, está ganando enteros para cambiar el paradigma.

Dejando a un lado que las circunstancias en Suiza eran especiales y este rescate no es un modelo ejemplar para que otros sigan su estela, el desarrollo de esta fusión empieza a evidenciar que no sólo se ha creado un competidor masivo, sino que una fusión de este tamaño puede funcionar bien, incluso si se lleva a cabo con prisa. "Las operaciones fusionadas en Suiza podrían generar sinergias significativas con el tiempo, lo que se traduce en un desarrollo positivo", señala Johann Scholtz, analista de acciones de Morningstar, en unas declaraciones recopiladas por Bloomberg.

Bajo un contexto marcado por un posible pico en los tipos de interés a la vista, el impulso generado por el aumento de los ingresos por intereses netos podría tener fijada su fecha de caducidad, empujando a la industria una vez más a buscar nuevas vías de ahorrar costes. Desde esta perspectiva, es alentador ver que las acciones de UBS están funcionando tan bien.

Los beneficios superan los riesgos de integración

Las acciones de la entidad suiza subieron un 6.1% después de presentar sus resultados del segundo trimestre y han subido aproximadamente un 63% desde un mínimo intradiario el 20 de marzo, cuando se anunció la adquisición. Esas ganancias han superado a sus pares, con el índice Stoxx 600 Bank todavía por debajo de su máximo alcanzado hace casi seis meses. Así, de este repunte se puede deducir que los accionistas han llegado a la conclusión de que los beneficios de la nueva institución superan los riesgos de integración.

"En general, los resultados son menos complicados de lo esperado", señala el analista de JPMorgan, Kian Abouhossein. "Aun así, se necesitan más detalles". La orientación del banco hacia la rentabilidad "ilustra el poder de fuego que debemos esperar de la integración de Credit Suisse", agrega. Por otro lado, la decisión de UBS de reinstalar a Sergio Ermotti como director ejecutivo parece haber sido un éxito, demostrando que la junta de supervisión entendía que hacer que una fusión funcione requiere tener al personal adecuado al timón desde el principio. 

Las pérdidas de empleo que acompañan a una fusión de este calibre son otro dolor de cabeza importante con el que lidiar. Pero en este aspecto UBS ha logrado mantener la estabilidad y ha esquivado tormentas políticas durante todo el proceso de integración de Credit Suisse. En esta coyuntura, el buen devenir de esta fusión, podría llevar a los políticos europeos a considerar que una fusión bancaria puede ser beneficiosa, sin esperar a que una crisis obligue a abordar el asunto.